Danza contemporánea, un arte que llega hasta la computadora

Margarita Bali es un ejemplo de cómo la danza contemporánea evoluciona. Una verdadera pionera en nuestro país de la videodanza, coreógrafa, bailarina, videasta, docente y codirectora desde 1975 de la compañía «Nucleodanza» con la que supo actuar en Río Negro, su actividad es una continua búsqueda. Lo último, debido a su pasión por la computadora, combina tecnología y movimiento en «Ojo al Zoom», un espectáculo de estreno postergado en la Argentina, que ya se hizo en los Estados Unidos, donde Bali vivió y estudió diversas disciplinas, incluso en el amplio panorama de la plástica. «La danza contemporánea no se detiene» afirma.

– ¿Cómo es tu estética con la danza?

– Mi estética circuló por tantos estilos que no se puede clasificar fácilmente. Pero es cierto que tuve que ver con la tecnología en los últimos 6 ó 7 años, y de alguna manera está afectando el trabajo que estoy haciendo. Y no solamente en la danza sino también en instalaciones, videoinstalaciones y plástica en general, donde también aplico la técnica. Y por ejemplo en mi espectáculo «Ojo al zoom» donde uso los programas de software que facilitan la interactividad, aprenderlos es como que me abrió un camino distinto tanto en las artes plásticas como en la danza.

Porque también es cierto que en la danza contemporánea hay muchas escuelas, obviamente alguien haciendo danza en los años 70 no es lo mismo que en los 80, 90 y la actualidad. La danza contemporánea envejece rápido, y, como en las artes plásticas, uno está en una continua búsqueda de nuevas expresiones y tiene sus períodos, y cada período de cada artista es distinto, aunque algunos se quedan en uno toda la vida. Pero hay un cambio, incluso en lo que hacen los artistas en los Estados Unidos, Europa y también en la Argentina. La danza contemporánea es un arte que se mueve mucho.

– ¿La computadora es parte de esa evolución?

-La computadora me encanta, creo que es un instrumento para crear y se sabe usar. Por ejemplo yo hago edición digital de video, videodanza, un arte que tiene sus precursores, pero justamente me metí mucho en el tema en la parte que tiene que ver con la filmación y edición, al editar mucho con otra gente que manejaba los equipos, me decidí a hacerlo yo sin intermediarios, para poder jugar con el material libremente, en lo que hace a cortes, fundidos, rítmicas, trabajo de color, etc. Porque en ese trabajo, llega un momento en que no pienso solamente en la danza, sino en la obra como totalidad: la imagen, el color, el movimiento, la música, la rítmica, el contenido…

Para mi la danza en este momento es un elemento más dentro de todo u concepto. Incluso estoy haciendo trabajos sin danza, como las instalaciones. Todo es una estética que se relaciona.

Hice una videodanza en Uruguay , cerca de La Pedrera, donde hay unas dunas inmensas; lo hice con un equipo de bailarines que filmé en ese medio. Además hice tomas de un barco hundido en esa zona, trabajos de video con un premio del Fondo de las Artes que desembocaron en la obra «Naufragio in Vitro», obra escénica que incorpora los bailarines en vivo y la proyección como soporte visual. Pero trabajé tanto con la arena que me interesó como sustancia en movimiento y la filmé sola, coloreada, como un calidoscopio . Como ves todo comenzó con la danza pero en la búsqueda estética se fue transformando y sigue haciéndolo, ya que cosas y lugares siempre me sugieren nuevas posibilidades.

 

Julio Pagani

 

Tecnología y movimiento

Margarita Bali tiene una experiencia notable para sus búsquedas.

Con 37 obras realizadas con «Nucleodanza», (equipo al que siempre puede acudir), sus coreografías para el Contemporáneo del San Martín , sus giras por todo el mundo, participación en más de 30 festivales , la Beca Guggenheim, el premio en el Concurso Fundación Alexander Onassis en Grecia, la participación en el filme «El exilio de Gardel» de Solanas, obras como «Arena», «Agua» , «Asalto al patio», «Dos en la cornisa» etc; sus estudios de pintura y escultura y diseño en Seattle, Universidad de California y mucho más en premios y proyectos multidisciplinarios ,conforman un abultado currículum de buceadora del arte.

Casualmente «Ojo al Zoom» surgió en una universidad de Arizona donde Bali conoció a una bailarina americana egresada de la Juilliard, fue en un seminario de tecnología, y se decidió a trabajar en una obra con ella, quién facilitó toda la estructura técnica de la obra, donde también interviene un bailarín.

La pieza se estrenó en los Estados Unidos y no pudo hacerse todavía en Buenos Aires porque esta bailarina tuvo un delicado accidente de tendón. Mientras espera estrenar, Margarita Bali describe toda la parafernalia técnica que soporta el proyecto: equipos de proyectores y computadoras, además de compositor en vivo, programador de artes digitales, (experto en programación interactiva). Esto supone «imágenes que se corresponden ( guerra de Irak, atentados de las Torres Gemelas y otras) como lo hace el sonido con el movimiento, ya que este genera el sonido. El bailarín en este caso es un poco un instrumentista, su movimiento es detectado por cámaras y sensores, la información pasa a una computadora y a través de un programa va a distintos bancos de datos de sonido, por eso el movimiento genera el sonido en varias instancias de la obra» señala la coreógrafa para quién «el mundo de afuera se mete en la obra».

Bali sabe que esta obra necesita de la infraestructura acorde y es difícil por los costos de llevar al interior, una vez estrenada en Buenos Aires. Todavía recuerda su experiencia en el Valle, y una nota muy especial que le hicieron en el «Río Negro». Mientras tanto permanece alerta a las nuevas experiencias, esas vivencias donde hace intervenir todo lo que se le ocurre y está a su alcance, como una totalizadora del arte y la técnica. (J. P.)