De 230 aspirantes a policía, sólo aprobaron 70

CHOELE CHOEL (AVM).- En Valle Medio, de 230 jóvenes que se presentaron como aspirantes a policías sólo pasaron 70, e incluso este número podría ser menor dado que en la escuela de cadetes los terminaran de evaluar físicamente. Un dato clave fue que gran parte de quienes aspiraban a ingresar no pudieron superar el examen psicológico, en el que no sólo había evaluaciones vinculadas a la psicología, sino un test de ciertos contenidos básicos. Allí se notó la pobre formación de muchos jóvenes, ya que por ejemplo, aspirantes oriundos de Choele Choel, no sabían cómo se escribía el nombre de su propia ciudad. La posibilidad de entrar a la policía es para muchos jóvenes, más que una cuestión de vocación o de servicio a la comunidad, una posibilidad de acceder a un trabajo estable, con aportes y obra social. Por eso, cada año las inscripciones congregan a un altísimo número de jóvenes en todos los puntos de la provincia, pero especialmente en zonas como Valle Medio, donde los jóvenes no tienen una importante oferta de posibilidades laborales o estudiantiles. Es así que muchos jóvenes y no tanto -el tope de edad es 32 años- de toda la comarca, se anotan todos los años con la esperanza de ingresar a la Escuela de Policía. Incluso se da el caso de algunos que se han llegado a anotar hasta 3 ó 4 veces. El bajo nivel intelectual en algunos, y el nerviosismo que puede jugar una mala pasada cuando se realiza el examen psicológico en otros, se convirtió en un escollo insuperable para no pasar el examen preliminar. Así lo explicaban desde la Unidad Regional Cuarta de Policía, porque se han dado casos de jóvenes con estudios secundarios completos que no han podido pasar algunos test extremadamente sencillos. Desde la Regional se indicó que en uno de los ejercicios “había que dibujar un árbol y ponerle nombre. Después el sicólogo les dijo que les iba a preguntar ¿qué nombre tiene el árbol?. Sin embargo, varios aspirantes escribieron al lado del dibujo ¿qué nombre tiene el árbol?. Otros casos llamativos fueron cuando en vez de escribir Choele Choel, escribieron “Chuele Chuel”. De los 230 que se anotaron, 15 no pasaron los primeros exámenes médicos, como altura, salud bucal, etc. De todos ellos sólo 80 aprobaron el examen psicológico. Y de ese total sólo 70 fueron llamados, dado que el resto no pudo completar los exámenes médicos -como análisis, radiografías, etc.- por falta de dinero, dado que se los debe hacer en forma privada. Pero no significa que estas 70 personas hayan ingresado, ya que aún faltan los exámenes de conocimientos en lengua, matemática y ciencias sociales, además de evaluar los resultados de los estudios médicos. Quienes superen estas pruebas, deberán pasar por una preparación de seis meses para recién poder estar en las calles uniformados como agentes.

Es más una salida laboral que una vocación

CHOELE CHOEL (AVM).- Uno de los problemas que enfrenta la Policía de Río Negro, es que la gran mayoría de quienes se inscriben para poder ser policías, no lo hacen como fruto de su vocación sino con la esperanza de tener una salida laboral estable.

De esta manera, los jefes policiales aseguran que muchos de ellos terminan por abandonar, o cuando están en servicio activo, no cumplen con el régimen reglamentario de la Policía.

Por ejemplo, se mencionó el caso de uniformados que no tienen incorporado el espíritu de obediencia o de cumplir con los horarios estipulados, lo que los lleva a tener días de arresto o incluso afrontar sumarios.

Pero para los jóvenes de la comarca que no tienen otras posibilidades de estudios, dado que en la zona la oferta es limitada, significa poder llegar a tener un trabajo estable.

Para un alto oficial de la Regional Cuarta, «la vocación sólo se adquiere cuando se tiene el uniforme. Es imposible de otra manera pensar cómo es ser policía y que se siente. Antes de ingresar sólo se lo puede imaginar».

Quienes más se vuelcan por esta posibilidad son jóvenes que no han terminado la secundaria o que tienen su primaria completa, lo que no les permite acceder a otro tipo de trabajos.

Pero la gran mayoría de ellos ven sus esperanzas frustradas al no poder superar los exámenes previos.

Esta situación no sólo significa una encrucijada para decenas de jóvenes de la zona, sino un desafío para las estructuras políticas, dado que se debe comenzar a generar proyectos donde estas personas tengan una inserción real. Inserción que está directamente vinculada con la dignidad que significa tener un trabajo digno.