Venezuela: Maduro consolida su poder y preocupa a la región

El régimen venezolano consolido en las legislativas el control de las instituciones y endurece la represión. Temen que se agraven la crisis humanitaria, la emigración, la criminalidad organizada y las tensiones con países vecinos.

Los votantes miran las listas en un centro de votación durante las elecciones legislativas y de gobernadores en Caracas, Venezuela, el domingo 25 de mayo de 2025.(AP Foto/Ariana Cubillos)

L as últimas elecciones legislativas en Venezuela indican que el chavismo consolidó el poder de Nicolás Maduro, que acentuó la represión política y el aislacionismo de su gobierno a las presiones internacionales, mientras que no estaba claro si la estrategia abstencionista de la oposición serviría para fortalecer su estrategia o acentuará la desmovilización de la ciudadanía. Este escenario de estancamiento político y con proyecciones de una recesión económica en los próximos meses, genera preocupación en los países de la región, ya que podría acentuar fenómenos como la masiva emigración, criminalidad internacional, inestabilidad política y tensión con países vecinos, que termine afectando a todo el subcontinente.

Según los últimos reportes de agencias internacionales, el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), conquistó en las elecciones del domingo pasado 23 de las 24 gobernaciones y ratificó su mayoría absoluta en el Parlamento para los próximos cinco años.
Maduro consolida así el control de las instituciones del país 10 meses después de su cuestionada reelección, marcada por masivas movilizaciones de protesta, graves disturbios y arrestos masivos. Y con esta mayoría prepara una reforma de la Constitución de la que hay poca información, pero que seguramente aumentará el perfil autocrático del régimen.

La oposición asegura que el régimen sufrió una derrota: su líder María Corina Machado llamó a no participar y sostuvo la poca afluencia en los centros electorales representa un repudio al Gobierno. La autoridad electoral, acusada de servir a Maduro, fijó la participación en 42,6% de los 21 millones de electores registrados, pero según el recuento de organizaciones independientes la cifra fue mucho menor: entre el 15 y el 25% del padrón, el nivel más bajo de la historia reciente.
Un ala opositora disidente decidió participar, pero consiguió migajas: un puñado de diputados y la gobernación del estado Cojedes (centro). El chavismo se queda con el control absoluto de la Asamblea Nacional hasta 2031 y los poderes regionales hasta 2029.

El analista político Luis Vicente León resumió a la agencia AFP que el resultado del comicio deja “un chavismo fortalecido en el control institucional, una oposición dividida y con representación limitada, y una mayoría social desmovilizada”.

“La abstención (…) lo que hace es empeorar su situación”, explicó también a la AFP el politólogo Pablo Quintero. “Genera un proceso de desafección política, de desilusión, resignación por parte de la gente”.
Por ahora, los llamados opositores a un quiebre interno del régimen no dan resultados. La Fuerza Armada ha jurado lealtad una y mil veces a Maduro, que les ha multiplicado su poder. No está claro cuál es el siguiente paso para la oposición.

Días antes de la elección se produjo la detención del dirigente Juan Pablo Guanipa, próximo a Machado, y de otros 69 opositores acusados de integrar una “red terrorista” para sabotear los comicios. El gobierno desplegó a más de 400.000 efectivos para la votación, restringió los pasos fronterizos y suspendió la conexión aérea con Colombia.

También consolidó su poder Diosdado Cabello, otro pilar del régimen. La nueva oleada represiva contra los opositores, que incluyó a 17 extranjeros, como el argentino Pablo Carrasco, un profesional de seguridad informática que trabajaba para una empresa internacional. Argentina, Ecuador y Estados Unidos emitieron alertas a sus ciudadanos para no viajar al país caribeño, ya que podrían ser detenidos arbitrariamente como estrategia negociadora del gobierno, como ocurrió con el gendarme Nahuel Gallo.

Paralelamente, Maduro también logró ubicar en el Parlamento a figuras clave de su entorno. De hecho, su hijo, “Nicolasito”, tuvo una importante aparición en la campaña. Lo que confirma el intento del régimen de asegurar continuidad y recambio generacional.

Por otra parte, el fantasma de una recesión vuelve a ensombrecer el panorama económico de Venezuela. Las empresas petroleras extranjeras que operan en el país volvieron a ser objeto de sanciones por parte de Estados Unidos desde el 27 de mayo por orden de Donald Trump. Por el momento, solo Chevron confirmó que abandona la producción de petróleo en ese país, aunque mantiene sus equipos a la espera de negociaciones.

Unos 7,89 millones de venezolanos viven fuera de su país, huyendo de la pobreza y el autoritarismo.

La producción petrolera se ha derrumbado durante el chavismo, pasando de más de tres millones de barriles diarios a menos de un millón en la actualidad, con pisos que han llegado a los 400.000 b/d. Expertos en el área coinciden en que, si se confirma el fin de las licencias, inevitablemente se provocará una recesión que terminará con la lenta recuperación de los últimos tres años.

Los países de Latinoamérica siguen de cerca la combinación de este clima de desánimo por la crisis política, aumento de la represión y empeoramiento de la situación económica y humanitaria, ya que podría gatillar una nueva ola inmigratoria desde el país caribeño.

Se calcula que unos 7,89 millones de venezolanos viven fuera de su país, según la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU y que otros 1.4 millones podrían emigrar si la situación política y económica empeora. Colombia, Brasil y Ecuador son los principales receptores de venezolanos que huyen de la crisis. Pero también Chile, Perú y Argentina reciben inmigrantes, sobre todo después que Estados Unidos endureciera las condiciones de asilo político, deportando en vuelos a Caracas a cientos de venezolanos. En varios países se han reflotado reclamos de mayor control migratorio y exigencia de visas a venezolanos , así como casos de xenofobia.

Otro factor que preocupa a los países latinoamericanos es la consolidación de Venezuela como plataforma del crimen organizado y del narcotráfico. El caso más emblemático es el del Tren de Aragua, organización criminal fundada en 2014 en las prisiones de Venezuela implicada en secuestros, robos, tráfico de drogas, prostitución y extorsión, así como en la explotación ilegal de oro y la trata de personas. Se cree que tiene presencia desde Estados Unidos a Chile y Argentina, y tanto expertos como líderes opositores aseguran que esta y otras organizaciones criminales cuentan con la complicidad de amplias franjas del Estado venezolano.

Para dar un ejemplo, el jueves pasado fuerzas de seguridad argentinas detuvieron a 12 personas que integraban una supuesta célula en nuestro país del Tren de Aragua, informó el Ministerio de Seguridad. “Se presume, además, que las actividades giraban en torno a una red de lavado de activos con posible destino al financiamiento del terrorismo internacional”, señaló un comunicado del ministerio.

Finalmente, en las elecciones también se reflotaron las tensiones con Guyana por la zona fronteriza del Esequibo, rica en petróleo y disputada entre ambos países. La elección de un gobernador en ese territorio agrava la situación. Un conflicto bélico terminaría con la caracterización de Sudamérica como “zona de paz” a nivel internacional.

(Fuentes: informes de las agencias AFP/AP/BBC Mundo y Real Instituto Elcano)


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