Declaró un sobreviviente que vio a Juan Herman con vida

La semana entrante serán los últimos días de testimoniales del juicio de la “Escuelita VI”. En agosto se prevén los alegatos y en septiembre la sentencia. Son 8 acusados de delitos de lesa humanidad por los secuestros y torturas contra 10 personas.

Miguel Ángel D´Agostino fue el último que vio a Juan Herman con vida en el centro clandestino “El Atlético”, en Buenos Aires.

No hay otros testimonios conocidos que puedan explicar qué pasó con el joven de Bariloche luego de que un grupo de militares con armas largas que se identificaron como de la Federal, irrumpiera en su hogar el 16 de julio de 1977 y lo secuestrara.

En este juicio, 7 de los 8 imputados están acusados por la incursión en la casa de los Herman, las torturas que padeció el joven los días que permaneció en la región y hasta el traslado a su destino final.

La jornada se desarrolló casi sin pausas hasta las 13. La semana entrante habrá tres días con los últimos testigos y después del 31, algunos de los acusados aseguraron que hablarán en indagatoria. No se conoce si dirán lo que saben sobre los secuestros o torturas por los que llegaron acusados al juicio. En enjuiciamientos anteriores, sólo algunos se refirieron a los hechos puntuales, mientras que otros acusados utilizaron el tiempo para manifiestos, por ejemplo, sobre porqué no reconocían a los jueces civiles en su juzgamiento.
De los 10 casos por los que se lleva a cabo este juicio, Herman es el único desaparecido.

D´Agostino tenía 18 años y tenía casi un mes en el sótano de la policía federal cuando Herman llegó a su celda de 1.60 x 1.80.
“Me dijo que era de Bariloche y que su apellido se escribía como hermano, pero sin la o”, dijo.

Lo trasladaron con un grupo que sacaron de allí a mediados de agosto de 1977. No estaban en celdas ni los escuchamos más”.

Miguel D¨Agostino, compañero de cautivero de Herman en “El Atlético”.

En un tiempo posterior a su liberación, D´Agostino fue hasta la casa de la familia en Bariloche, pero el médico Juan Herman descreyó de sus dichos. “Le habían mentido tanto sobre dónde estaba su hijo que desconfió”, explicó a los jueces.

Luego hubo otros contactos con la familia, la declaración de D´Agostino en la Conadep, en el juicio a las Juntas militares y los testimonios ante el Cels.
“El no sabía dónde estaba y se mostraba desconcertado por estar allí. Sabía que había llegado en avión y que era un aparato civil o militar que hizo una o dos escalas en las que había subido y bajado gente”, dijo D´Agostino.

Aseguró que Herman le confió que era hijo de un médico, que estudiaba abogacía, su hermana estudiaba arquitectura y que tras el secuestro de la casa paterna, permaneció custodiado y tabicado en Bariloche por unas dos noches antes de que lo subieran al avión, encapuchado. “Sacaron a varios de las celdas. Fue un traslado en grupo, y ya no estaba más”, dijo.


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