Del sistema jubilatorio vigente

Viedma

Cuando hablamos del sistema previsional argentino hacemos referencia a la gestión de Anses que administra un conjunto de beneficios previsionales al mismo tiempo que gestiona una serie de beneficios asistenciales que no deberían confundirse con el régimen jubilatorio.

Que otra cosa que beneficios asistenciales son por ejemplo: a) 4.100.000 AHU distribuidos entre 2.200.000 beneficiarios carenciados pero en etapa productiva a razón de $3.108 mensuales; b) asignaciones familiares por maternidad y asistencia económica a personas en estado de vulnerabilidad, en número indeterminado, y c) más de 3.000.000 de mal llamadas “jubilaciones” de personas que al cumplir la edad mínima para jubilarse y sin haber efectuado aportes jubilatorios previos o hechos en mínima medida reciben un beneficio asistencial equiparable a una jubilación mínima. Tomando el valor mínimo actual de $ 15.892 representan un costo anual de $ 620.000 millones; mientras que la suma de los rubros b) y c) tienen una proyección en el presupuesto 2020 de más de 600.000 millones de pesos.

En otros términos los gastos extra previsionales o asistenciales consumen más del 40% de los recursos previsionales de Anses. No cabe duda que tales beneficios deben estar a cargo del Estado e incluidos en el presupuesto de las áreas destinadas al bienestar social a cargo del Tesoro Nacional y no deberían cargarse al presupuesto previsional que no puede soportar semejante carga.

Lógicamente que si los gobiernos populistas que se van sucediendo optan por la solución fácil, el sistema previsional se descapitaliza y entonces se concluyen en que la movilidad es insostenible y deficitaria y por ende debe achicarse la pirámide previsional, es decir, disminuir los ingresos de los beneficios más altos en favor de los más bajos, aún cuando los primeros son los que más aportes han efectuado y por más tiempo y los segundos los que efectuaron menos aportes o simplemente ninguno.

Dos datos que revelan cómo se ha achatado la pirámide previsional en los últimos 25 años: en 1995 se fijó un tope jubilatorio de 3.100 pesos/dólares y una jubilación mínima de 150 pesos/dólares. En consecuencia el haber máximo equivalía a 20,6 jubilaciones mínimas. A partir de marzo del corriente esa relación se redujo a un tercio, es decir que 6,4 jubilaciones mínimas equivalen a una jubilación máxima de $ 103.067. La pregunta es ¿hasta cuándo se piensa achatar la pirámide previsional? o ¿tendrán los jubilados no privilegiados que continuar siendo “solidarios”?

Jorge Abelleira DNI 7.897.018


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