Desmesura y desmesura…
–Cuando se reflexionan sobre momentos de la historia argentina o de su presente, suele apelarse a aquella pregunta de un personaje de Vargas Llosa en “Conversación en la Catedral”: “¿Cuándo se pudrió todo, Zavalita?”. ¿Le sirve para preguntarse sobre nuestro presente? –Cómo arranque… sí, sí. Sucede que en este país la desmesura siempre está al acecho. Viene de lejos, por supuesto. La desmesura como sinónimo del país, la desmesura en el ejercicio del poder. La desmesura de “Clarín” no imaginó la desmesura de Kirchner. Ambos se incitaron desde la desmesura… –Usted suele hablar de un odio militante a “Clarín” por parte del kirchnerismo. ¿Qué es un odio militante? –Lo llamo así porque es ese tipo que se alimenta y retroalimenta permanentemente… –¿Lo trató a Magnetto? –Sí, claro. –¿Habló de estos temas con él? –Sí, claro, pero era otro momento, siempre en relación al proyecto de ley. Y cuando me fui del Comfer, un amigo me llamo y me dijo: “Dice Magnetto que al irte vos comienza la guerra contra él”… Yo me fui al menos proponiendo una guerra racional. –¿Quiénes influyen hoy sobre Cristina? ¿Cómo es su círculo inmediato desde el punto de vista de las ideas? –Nada, no hay nada que merezca ser considerado en términos de calidad de reflexión, de política creativa. Digamos: la ambición de lo que se llevan no los motiva a pensar en la trascendencia de lo que dejan. Tienen la misma impronta que Menem… –¿Todos miran a tomar una renta inmediata? –Y sí. El drama es que en Argentina la política no conduce, conducen los negocios… Fui a Tucumán. Ahí, Alperovich es el poder de los quioscos arriba de la gente… negocitos. La política necesita contener la ambiciones, no puede ser conducida por los ambiciosos. –¿El 2015 será un choque de liderazgos? –¡Ruego que no, por favor! Para ser un país fuerte necesitamos liderazgos maduros, pares. Yo juntaría en una mesa a Binner y a Macri, a De la Sota y a Massa… Aunque con Massa están construyendo una nueva jefatura individual que no les sirve nada más que a los que hacen guita… –¿No le gusta Massa? –Me parece que la construcción es igual que la de Menem o la de Kirchner, o peor. –¿Por qué peor? –Porque los que están ahí sabés que cansan. Con el cuento de que son jóvenes expresan lo más viejo de la Argentina. –El kirchnerismo irá con una figura… –Olvídese. Menem se fue a la casa sin dejar heredero. Hay un grado de la ambición del individuo que jode hasta a los hijos. –¿Genéticamente algo muy particular? –Escúcheme: los hijos de Menem y Kirchner, cuatro en total, ninguno llegó a la universidad, porque la ambición de los padres era tal que los hijos no entraban en la vida… (Julio Bárbaro es licenciado en Ciencias Políticas, peronista, exdiputado nacional, extitular del Comfer, autor varios ensayos y acaba de publicar “La Política”).
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