Destacan la vida del sacerdote Lorenzo Massa

VIEDMA (AV)- Todos los matices que rodearon la vida del cura salesiano Lorenzo Massa, fundador del club San Lorenzo de Almagro y del Batallón de Exploradores de Don Bosco, fueron volcados a las páginas de un libro destinado a rescatar sus huellas. La obra, financiada por ex alum-nos de Don Bosco de Viedma y Patagones, fue presentada durante la visita que realizó a esta capital el rector mayor de esa congregación católica mundial, el mejicano Pascual Chávez Villanueva.

El motivo es que en 230 páginas se aglutinan como hechos trascendentes el rumbo marcado por los salesianos en la contención social y deportiva, la estadía de Massa en Patagones en la década de 1940 y una rica temática de la vida en un país y una Patagonia de comienzos del siglo XX.

Para tamaño acontecimiento estuvieron presentes el vicepresidente de San Lorenzo, Néstor Daffinoti, un impulsor de la obra, Edgardo Bagli, y numerosos seguidores del club.

En esa oportunidad se resaltó la figura del sacerdote fallecido en 1949 en su relación con el club y su paso por la comarca Viedma-Patagones.

El texto que cuenta con recopilaciones de distintos archivos salesianos y redactado por el investigador Antonio Marcattili, hace referencia al ambiente -con la fundación de otras instituciones- que se iba creando detrás de la pelota cuando fue introducido por los ingleses en 1867, en épocas de Bartolomé Mitre como presidente.

«Forzosos de Almagro»

El principal antecedente, según relata el libro, fue el equipo denominado «Los Forzosos de Almagro» creado en torno del Oratorio San Antonio de ese sector porteño, que ni siquiera era barrio, pues en 1908 Almagro apenas llegaba a la categoría de suburbio, conformado por chacras, hornos de ladrillo y baldíos.

En ese tiempo arrabalero, había que «catequizar» a los aprendices de malevos, como cariñosamente se les llamaba a los componentes de temibles pandillas.

Y todo empezó por una cuestión accidental, cuando el sacerdote salvó a un chiquilín de morir bajo un tranvía. El cura les ofreció el espacio del Oratorio para jugar a la pelota, a cambio de asistir a las clases de catecismo.

El libro describe los relatos del cura cuando los «muchachones» liderados por Antonio Scaramusso -su primer presidente- se le aparecieron en el Oratorio para pedirle un aula y realizar la asamblea constitutiva. También cuenta los esfuerzos que hizo para que la primera comisión directiva adquiriera el predio de Avenida La Plata al 1.700, un terreno que era propiedad de las Hermanas de María Auxiliadora.

San Lorenzo venció al tiempo y a medida que se avecinaba el golpe militar que lideró el GOU, Patagones comenzó a gozar de la bonachonería del padre Lorenzo. Pasó varios años, por lo que el autor decidió incluir un capítulo especial con su estadía en la ciudad maragata donde si bien no trabajó por el fútbol, merced a su acción anterior con el club de Almagro, ya eran una realidad los San Lorenzo de Conesa y de Stroeder.