Libertad por decreto: Milei y una cruzada desreguladora con nombre y apellido

El decreto fundacional de Javier Milei amenaza seriamente la división de poderes, y cancela la posibilidad de debatir en detalle reformas que podrían contar con apoyo legislativo. La exacerbación extrema del individualismo, y el beneficio directo a las grandes corporaciones de la economía.

El 20 de diciembre ya no será recordado únicamente como aquel día tristemente célebre del año 2001 en que la crisis social, política y económica culminó con la renuncia del Presidente Fernando De La Rúa, y su partida en helicóptero de la Casa Rosada, tras contar 37 muertos en la represión policial a la manifestación popular espontánea.


Desde este año, el 20 de diciembre será recordado también como el momento en que un gobierno ultraliberal recién asumido decidió hacerse con las facultades del Poder Legislativo, y atropellar la institucionalidad hasta un nivel pocas veces vista en la historia argentina.


El decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70/2023 promulgado por el Presidente Javier Milei legisla acerca de una cantidad tan amplia de temas económicos y sociales, que resulta casi imposible encontrar aspectos de la vida en sociedad que queden por fuera de la nueva normativa.


No hay antecedente en la historia argentina reciente de un Presidente que se atribuya el poder de legislar con semejante alcance y profundidad, omitiendo el debate legislativo, la pluralidad de voces y la proporcionalidad en la representación política.


No es un tema menor. La cruzada desreguladora en la que se ha embarcado Milei deja enormes vacíos legales en materia económica, y deja librados a su suerte a millones de usuarios, consumidores, y ciudadanos.
La norma promulgada por Milei genera una “tabla rasa” en materia judicial en infinidad de temas que hacen a las relaciones económicas más básicas.


Yo individuo, el centro del universo



“Esa doctrina que algunos podrían llamar izquierda, socialismo, fascismo, comunismo, y que a nosotros nos gusta catalogar como colectivismo, es una forma de pensamiento que diluye al individuo en favor del poder del estado. Es el fundamento básico del modelo de la casta”, introdujo el Presidente en la presentación del mega decreto por cadena nacional.


“Es una doctrina de pensamiento que parte de la premisa de que la razón de estado es más importante que los individuos que componen la nación”, agregó antes de introducirse en la lectura de solo 30 de los artículos.


La declaración de principios de Milei en la previa a la presentación del DNU, amerita un análisis tan profundo como el propio DNU.
Se desconoce si el Presidente en verdad equipara al fascismo con el comunismo. Si no comprende que el fascismo surgió a inicios del Siglo XX en las entrañas del continente europeo como una expresión de anti comunismo visceral. Si en verdad Milei desconoce que el comunismo ruso sometió al fascismo alemán y sentenció el final de la Segunda Guerra Mundial, en la toma de Berlín el 2 de septiembre de 1945.

Toma de Berlín (1945). El comunismo derrotó al fascismo alemán de Hitler.


O si en verdad utiliza el recurso de equiparar ambas visiones antagónicas del mundo para posicionarse como una alternativa a todo lo demás, en una época en la que semejante aberración conceptual puede pasar desapercibida para la mayoría.


Como sea, el argumento de base utilizado por Milei para fundar la necesidad y la urgencia del decreto, es el ataque directo al “colectivismo”, y la exacerbación al extrema del “individuo” como el sujeto político protagonista.


Es un síntoma de época. El foco puesto en el individuo, en el interés personal, en el proyecto privado, en el progreso propio.
La idea más básica de Adam Smith. Aquella que promulga que si cada individuo procura su propio beneficio, el resultado final es el beneficio del conjunto.


El humanismo llevado a su punto más elevado. Aquel en el que “yo me preocupo por mí mismo, sin importar lo que suceda con el vecino”, y en el que aquel Leviatan que supo describir Hobbes, el estado, dejó de ser una garantía del derecho individual y se ha convertido en un monstruo que amenaza el interés particular de aquellos que dice proteger.

En el nuevo paradigma, el estado, como representación última de la construcción colectiva, ya no será el responsable de dar respuestas a las urgencias y necesidades, sino que será “el individuo” el que deberá procurarse a sí mismo esas respuestas.


Pero al mismo tiempo, el ataque al colectivismo es la renuncia explícita a la sinergia que surge de la interrelación con el prójimo, de la identificación social de “causa común”, de las redes vinculares.
El vano intento de controlar la protesta, va en la misma línea. La idea de que es posible controlar la forma en que la población se expresa, chocó contra sí misma a pocas horas de nacer. El “protocolo antipiquete” logró poner a raya a las agrupaciones de izquierda por la tarde del miércoles, pero se mostró impotente ante los cacerolazos que surgieron en distintos puntos del país.


La compulsa que plantea Milei con el DNU no es solo legal. No son solo regulaciones que se van. La intención del Presidente, y probablemente de gran parte del electorado que lo llevó al poder, es la de un verdadero cambio de paradigma.


Uno que transforme la manera de pensar del ciudadano común. Uno que establece que el estado, como representación última de la construcción colectiva, ya no será el responsable de dar respuestas a las urgencias y necesidades, sino que será “el individuo” el que deberá procurarse a sí mismo esas respuestas.


Presidente, no monarca



“Si no les gusta el modelo, hagan un partido político y ganen las elecciones”, bramó Cristina Fernández en una de sus interminables cadenas nacionales allá por el año 2011.
En aquel momento la Presidenta se sentía empoderada, acababa de ganar las elecciones con el 54% de los votos. Tan empoderada que se sentía validada para tomar decisiones cuestionables para gran parte de la población.


Finalmente sucedió. Un grupo neófito de dirigentes, creó un partido político nuevo, con un perfil ideológico antagónico, y derrotó en elecciones libres a las dos expresiones más acabadas de la grieta política de los últimos veinte años.


Llamativamente se repite también la secuencia. El Presidente Milei entiende que el 56% que lo acaba de elegir lo habilita para cualquier tipo de decisión.
Incluso si ello implica un avasallamiento histórico a la división de poderes consagrada en la Constitución Nacional de Alberdi que el propio Milei pondera.

Quienes apoyaron a Milei eligieron un Presidente, no un monarca. El Poder Legislativo es el que garantiza tal contrapeso de poder y representatividad.


Sucede que con un DNU que modifica o transforma más de 300 leyes de una sola vez, el Poder Ejecutivo no sólo hace uso y abuso de la capacidad legislativa excepcional que le otorga la Constitución. En ese mismo acto priva además al propio Poder Legislativo de ejercer la función que le es inherente, la de debatir, elaborar y estructurar las leyes.


Vale decirlo sin eufemismos. El 56% de los votantes que apoyó a Milei, eligió un Presidente, no un monarca. La presencia del Poder Legislativo tiene por objetivo precisamente garantizar tal contrapeso de poder, y representatividad de las provincias en la disonancia de voces parlamentarias.


Quien mejor expresó el punto fue el diputado nacional y presidente de la UCR, Martín Lousteau. “Los DNU no se pueden modificar: se aprueban o rechazan enteros. Además, con este método, en cuatro años podría venir otro presidente y mediante otro Mega DNU hacer exactamente lo contrario. Ninguna reforma de fondo duradera puede lograrse de esta forma”, indicó en un extenso hilo de twitter.

Agregó que “El presidente debería reemplazar este inválido DNU por una ley espejo que se pueda votar por capítulos, y convocar a extraordinarias para darle tratamiento urgente. Así las reformas positivas, que tendrán consenso, podrán sancionarse y las que no lo sean, evitarse”.


La forma termina tapando el bosque del contenido. Probablemente sean valiosas y necesarias muchas de las reformas contenidas en el decreto. E incluso probablemente el acuerdo con muchas de las reformas, sea mayoritario. Pero la ausencia de construcción de consensos, termina generando el rechazo institucional de muchos que tal vez acompañarían si se acepta dar el debate.

Genera además la sospecha de que quizá algunas de las reformas que entraron en el “combo” del decreto, no son verdaderamente “necesarias y urgentes”.
Pese a lo ridículo que pueda parecer, pudieron incluso promulgarse 300 decretos, y dar la posibilidad al Congreso de la Nación de expresarse a favor o en contra de cada una de las reformas.


“No mandó las medidas al Congreso porque la idea es mostrar una imagen de cambio de régimen” explicó al día siguiente de presentado el DNU, su principal ideólogo Federico Sturzenegger. Toda una definición de rumbo.
En un mundo en que las palabras suelen banalizarse, declaraciones como estas cobran un enorme significado.


En este sentido una referencia inevitable son las declaraciones de la la Vice Presidenta Victoria Villarruel en la previa al balotaje, cuando en una entrevista expresó: “Cómo resolves un país devastado si no es con una tiranía”.


La decisión de incluir en un mismo decreto desde la Ley de Góndolas o la Ley de Alquileres, pasando por las sociedades anónimas deportivas, la medicina prepaga, el régimen aeronáutico, hasta llegar a una rústica reforma laboral o del mismísimo Código Civil, y decidir todo ello sin consenso legislativo, es más propio de un gobierno autócrata y autoritario, que de una república democrática.


Libertades individuales con nombre y apellido



No hay quien sepa responder hasta el momento, cuál es exactamente el rol que ocupa Federico Sturzenegger en el gobierno.
Lo cierto es que por ahora, actúa como el arquitecto del gobierno del Presidente Javier Milei.
Sabido es que el ex funcionario macrista fue el autor del decreto que Milei hizo propio, y que para su elaboración, Sturzenegger trabajó arduamente con un nutrido grupo de estudios jurídicos y contables del país y del exterior.

Arquitecto. Federico Sturzenegger, el ideólogo del mega decreto promulgado por Javier Milei.


En otras palabras, el debate que Milei le niega a los legisladores, se lo brindó amablemente Sturzenegger a los representantes legales y económicos de distintos sectores empresarios que casualmente, son los mayores beneficiarios de la desregulación que establece el decreto.


La insistencia del Presidente en las libertades individuales, contrasta con el golpe directo que genera la ausencia de leyes al bolsillo de los “individuos” de a pie. Un sencillo ejemplo del efecto de la desregulación es el inmediato aumento de entre el 40% o el 50% en el precio de la medicina prepaga.


Sin embargo, es sencillo advertir el nombre y apellido de los individuos a los que el decreto de Milei les amplía la libertad.


La derogación de la Ley de Tierras (26.737) que establecía un límite a la compra de campos por parte de extranjeros de 1.000 hectáreas en la zona núcleo, beneficia de manera directa al magnate británico Joe Lewis o al italiano Carlo Benetton.


La modificación al artículo 34 de la Ley Argentina Digital (27.078), es la virtual liberación del negocio de internet satelital. Detrás asoma la empresa Starlink, de Elon Musk.

El debate que Milei le niega a los legisladores, se lo dio Sturzenegger a los representantes legales y económicos de distintos sectores económicos.


La modificación del artículo 38 de la Ley de Farmacias (17.565), habilita la venta directa al público de medicamentos en droguerías y farmacias. Un beneficio concreto al modelo de negocio de Farmacity, la empresa emblema del ex funcionario macrista Mario Quintana.


La liberación del espacio aéreo mediante la derogación de las leyes 12.507 y 19.030, habilita el libre ingreso de las empresas aerolíneas extranjeras a la operación de las rutas argentinas, pero es además un guiño al histórico padrino político de Milei, Eduardo Eurnekian, consesionario de los aeropuertos argentinos.


La desregulación de la medicina prepaga mediante la modificación de la Ley 26.682, tiene como grandes ganadores a las prepagas más importantes del país como OSDE, Galeno y la Swiss Medical de Claudio Belocopitt.


La modificación de la Ley de Tarjetas de Crédito (25.065), fue celebrada en las redes por un exultante Marcos Galperín, el inefable dueño de Mercado Libre.


Pero el artículo tal vez más polémico en el decreto 70/2023 promulgado por Javier Milei, es el 334. En el mismo se habilita la incorporación de la figura de Sociedades Anónimas a las entidades deportivas. Solo el ex Presidente Mauricio Macri, que militó hasta el cansancio dicha figura durante su gestión entre 2015 y 2019, y que intentó sin suerte llegar al poder en Boca para implementar el modelo que en Europa permite convertir los clubes de futbol en empresas, entiende la necesidad y la urgencia de implementar tal figura en Argentina.

Dato

50%
El aumento en las cuotas de la medicina prepaga tras la desregulación por decreto.


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