El “crespón” o “espumilla”
Árbol bajo, hermosa floración y raíces amigables.
El Jardín de Casa
Voy a dar comienzo a una serie de notas dedicadas al arbolado urbano, un tema que desde hace muchos años me preocupa, a la vista de las continuas extracciones y masacres (mal llamadas “podas”) que se producen en nuestras ciudades del Alto Valle, extensivo al resto de nuestra Patagonia Norte. Los argumentos para esta práctica muchas veces innecesaria, se basan especialmente en el temor de nuestros vecinos al daño que producen las raíces de los árboles de calle y a la posibilidad de sufrir daños por roturas de ramas en esta región de fuertes vientos. Por eso voy a hacer hincapié en aquellas especies y variedades que pueden llegar a ser alternativas interesantes, especialmente por ser de porte bajo y copas a veces tipo “sombrilla” (umbraculíferas). Voy a comenzar por el arbolito de menor desarrollo de los que ya se están plantando en las veredas, el llamado “crespón” (“espumilla” para los litoraleños). DESCRIPCION Su nombre técnico es Lagerstroemia indica y es originario de la China. Su nombre común se debe al aspecto de sus flores, cuyos pétalos se asemejan al papel crepé. En nuestra región ya se ven muchos en las veredas, alcanzando alturas entre los 8 a los 10 metros al cabo de unos diez años, por lo que hay que esperarlo un poco para que dé sombra. La plantación es de 3 metros entre árboles. Debido a ese escaso crecimiento, en veredas no necesita podas, lo que representa un buen ahorro de dinero y preocupaciones y sólo se realizan para obtener mejor floración, aunque sin ella igualmente es espectacular en racimos densos de colores blanco, rosa, fucsia y rojo a comienzos del verano y por unos dos meses. En el verano, su sombra es semidensa, con hojas pequeñas, ovaladas, de color verde suave, que en otoño se vuelven de un atractivo color entre amarillo, cobrizo y naranja antes de caer total y rápidamente. Todo el año, especialmente en invierno, muestra un hermoso tronco, de color canela con franjas blancas que se descascara parcialmente, pareciéndose muchísimo al arrayán de nuestra zona andina. Es un árbol sano. La única enfermedad que he visto, son manchas blancas en su follaje ocasionadas por el oídio, un hongo al que aquí conocemos como “ceniza” y que no le ocasiona demasiado daño, salvo el mal aspecto. Lagerstroemia fauriei es otra especie de flor blanca y resistente a esta enfermedad, por lo que lo que se ofrece en los viveros es mayoritariamente una cruza entre ambos, aportando esa resistencia, el colorido de su tronco y las flores de color blanco. Es de destacar que sus raíces no son para nada agresivas, no ocasionan daños y es bastante resistente a sequía.
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