El dilema de los teléfonos en la Línea Sur

El funcionamiento de los servicios de telefonía fija y móvil en esta zona rionegrina deja bastante que desear. Los usuarios, cansados.

INGENIERO JACOBACCI (AJ).- «Vieja, a que no sabés de dónde te estoy llamando», decía el sargento Sabino Morales cuando Telefónica de Argentina instaló el primer y único teléfono para los vecinos de Clemente Onelli, en la línea sur patagónica.

Con este eslogan la recién llegada empresa prometía revolucionar el mercado de las comunicaciones y mejorar notablemente la mismísima calidad de vida de los habitantes de este pueblito perdido en la pre cordillera y de toda una región, carente hasta ese momento, de un servicio telefónico que le permita al usuario poder comunicarse sin problemas.

La publicidad se hizo públicamente conocida ya que dio vueltas por todos los canales de televisión de país, pero las promesas de la empresa rápidamente quedaron en el olvido.

Hoy los usuarios de telefonía fija que brinda la Telefónica de Argentina y móvil provista por Movistar -únicas prestadoras en la región- son tan deficientes, que el simple hecho de poder establecer una comunicación normal es toda una odisea.

Tanto en el servicio de teléfonos fijos como en el de los celulares, los usuarios abonan las mismas tarifas que en el resto del país, aunque la tecnología obsoleta que tiene Jacobacci no les permite acceder a los mismos servi

cios.

En cuanto a la telefonía fija, por ejemplo, los usuarios no cuentan con un oficina comercial donde poder realizar reclamos, presentar una quejas, o dar de baja al servicio, y cada vez que queda fuera de servicio una línea, deben esperar varios días para que un técnico de Bariloche llegue a la ciudad a arreglar el desperfecto.

A esto se le suma la falta de capacidad de la central.

Las solicitudes de nuevas línea tardan meses en conectarse, pero la contrapartida es que quienes las solicitan deben abonarla por adelantado.

Fuentes confiables aseguraron que «la central de Jacobacci tiene capacidad para 800 líneas y actualmente se encuentra saturada. Por esta razón, cada vez que hay u pedido pora la instalación de una nueva línea hay que esperar la baja de algún usuario».

Eso no es todo, los usuarios del sur tampoco pueden acceder al servicio de Internet, ni al de identificación de llamadas, entre otros, que ofrece periódicamente la empresa a los usuarios de esta zona, ofrecimiento que ellos mismos califican como una «burla».

Este es tan sólo el panorama de los usuarios de telefonía fija. En cuanto a los celulares, el problema es mucho mayor y afecta a más de 1000 usuarios de la localidades sureñas.

El enlace analógico, que es el que actualmente funciona en estos lugares, no sólo limita a los usuarios a acceder a los servicios que brinda la tecnología digital, como el sistema GSM, el envío de mensajes de texto y fotografías, sino que además la mayoría de las veces ni siquiera les permite establecer una comunicación.

Las mismas fuentes antes citadas señalaron que «la central móvil tiene la capacidad para solamente 6 líneas simultáneas y en la zona existen más de 1000 celulares en funcionamiento «.

Por esta razón, cuando alguien recibe una llamada en su teléfono celular, la mayoría de las veces el aparato figura como «apagado o fuera del área» .

Esto genera que se active el servicio unimemo con el costo que éste representa para el usuario cada vez que quiere escuchar sus mensajes.

(AJ)

En búsqueda de una solución

Son infinitos los reclamos que los habitantes de la línea sur presentaron por la deficiencia del servicio.

Desde hace meses los usuarios de Telefónica de Argentina y Movistar vienen gestionando ante los organismos competentes para que éstos tomen definitivamente cartas en el asunto y así estar en igualdad de condiciones respecto del resto del país.

Lamentablemente, hasta el momento las operaciones no tuvieron éxito y el servicio sigue con las deficiencias de siempre.

Las quejas sido presentadas por particulares ante las oficinas de defensoría.

Incluso el legislador Carlos Toro, en un intento por modificar esta situación, presentó un proyecto de ley que tienen anexada miles de firmas, a organismos como Telefónica de Argentina y Movistar, Comisión Nacional de Comunicaciones, Defensoría del Pueblo, Defensa al Consumidor, entre otras.

El resultado siempre es el mismo y sólo provoca la desazón de los habitantes de la zona. En casi todos los casos las respuestas por lo general son que se están ocupando del tema y que hay que tener paciencia, pero los meses siguen pasando y la situación en vez de mejorar, empeora notablemente. (AJ)


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