El exótico “Paraíso”

Proviene de Asia y todas sus partes tienen efectos tóxicos.

Teodorico Hildebrandt elJARDIN@RIONEGRO.COM.AR

Su nombre técnico es Melia azedarach y en nuestro país recibe el nombre de “Paraíso”. Es originario de la región del Himalaya y se ha asilvestrado en regiones de clima templado cálido de nuestro país. En nuestra región del Alto Valle su comportamiento es errático, ya que hay árboles que llegan a adultos y viven muchos años y otros que sucumben sin motivos aparentes, un fenómeno que se verifica también en otras regiones del mundo. El más popular entre nosotros es el “paraíso sombrilla” (variedad umbraculifera). Todas sus partes son consideradas tóxicas, especialmente sus frutos secos, que son más tóxicos que los verdes y contienen neurotoxinas, en especial tetranortriterpeno. Como caen profusamente al suelo, pueden quedar al alcance de los niños. Las referencias más concretas sobre intoxicaciones se han producido mayoritariamente en China, donde se ha informado de unos 2.000 casos desde 1968. Se cita que de 6 a 8 frutos y entre 30 a 40 semillas pueden desencadenar afecciones digestivas, nerviosas, cardiovasculares y respiratorias, pudiendo ser mortales. Sus síntomas tóxicos son dolor abdominal, vómitos, diarreas, congestión pulmonar, rigidez y falta de coordinación, mucha sed, sudoración fría y calambres, algunas veces acompañada de convulsiones y muerte por falla respiratoria en las 12 a 15 horas posteriores. Los frutos y hojas en dosis entre 0,66 a 25 gramos, 25 de fruto por kilo vivo pueden matar a un bovino adulto y serían menos peligrosos en cerdos y cabras. Los pájaros, especialmente las cotorritas (“Catitas”), consumen sus frutos secos sin daños, pero tiene efectos narcóticos sobre pájaros cantores. Desde el punto de vista agrícola, se están experimentando biocidas con las hojas y frutos secos pulverizados, que tienen efectos inhibidores de la alimentación y de la muda en insectos, por lo que en la India se los usa como preventivo sobre plagas de polillas en depósitos textiles. Tiene un pariente muy cercano, el “Neem” (Azadirachta indica), que ya tiene amplio uso como biocida en cultivos, porque es de efectos mucho más potentes que el “Paraíso”, pero es más sensible al frío, lo que ha dificultado su cultivo en nuestra región. No hay registro de intoxicaciones en nuestro país, aunque puede ser también que no se hayan diagnosticado acertadamente.


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