El juicio abrió la polémica por el hospital de Rincón

Un herido La directora dijo que no hay banco de sangre. que ser derivado a Neuquén y murió.

RINCON DE LOS SAUCES (ARS/AN).- La citación de los directivos del hospital a declarar en un juicio oral que se realiza en Neuquén, por el crimen de un hombre que murió por una hemorragia después de ser apuñalado, fue ayer el tema excluyente en esta localidad. En el debate surgió el interrogantes de si la muerte de la víctima se debió a la herida que recibió, si hubo una probable mala praxis, si influyó la carencia de medios para su atención o si existió una presunta falla en el operativo del traslado del herido a Neuquén.

Apenas se conoció a través de «Río Negro» el desarrollo de la audiencia por el homicidio de Sandro Marángel, por el que está acusado Luis «El Rayo» Guzzetta, se disparó la polémica en diversos sectores de la comunidad local.

Las carencias del hospital, que abarcan desde cuestiones de infraestructura a las de orden funcional, han sido motivo de reiterados reclamos de la población. Y el juicio por este desenlace fatal no hizo otra cosa que reavivar la polémica.

Los directivos del hospital reconocieron las carencias estructurales que existen en el establecimiento, como la falta de un banco de sangre -uno de los aspectos que se mencionó en el juicio- y de guardias permanentes de la ambulancia. En otras ocasiones se ha señalado que tampoco se cuenta con un quirófano.

La directora del nosocomio, doctora Josovic, en un primer momento no quiso hacer declaraciones a este diario. «Estoy muy ocupada y el resto de la semana también lo estaré. Los puedo recibir la semana que viene», manifestó.

Ante la insistencia de «Río Negro» para conocer su opinión sobre la actual situación del hospital, Josovic se limitó a confirmar algunas falencias.

¿Hay banco de sangre?, preguntó el cronista. «No», respondió la funcionaria.

Ante la consulta de que si hay guardias activas de los choferes de las ambulancias, dijo que «se mantienen las guardias pasivas», y dio por finalizado el diálogo.

La funcionaria sería una de las personal citadas a declarar hoy en el juicio (ver aparte).

Los temas más polémicos en torno al funcionamiento del hospital son precisamente la carencia de quirófano, de guardias activas de los choferes de ambulancias y de banco de sangre.

Al tener sólo guardias pasivas para los choferes, cuando se produce un accidente o urgencia en horas de la madrugada, el médico o enfermera responsable debe ubicar al conductor donde se encuentre, para que concurra con la ambulancia hasta la urgencia.

Por lo general, las unidades se encuentran en la playa de estacionamiento del hospital, por lo que el chofer debe dirigirse al nosocomio y posteriormente al lugar de la emergencia.

A pesar de que las autoridades del lugar lo niegan, en casos de extrema urgencia se registraron demoras de hasta 30 minutos, para socorrer a personas que estaban a dos o tres cuadras del hospital.

«La falta de un banco de sangre es inadmisible teniendo en cuenta la cantidad de accidentes producidos en los yacimientos petroleros», manifestó con indignación un vecino, en medio de una charla de café.

Datos proporcionados por una petrolera indican que la mayoría de las urgencias producto de esta actividad, requieren de asistencia completa en el lugar y no traslado a Neuquén en avión.

Será un debate decisivo para el imputado

NEUQUEN (AN).- El punto central que se pretenderá definir hoy cuando se reanude el juicio por el crimen de Sandro Marángel, quien murió después de recibir una puñalada en el abdomen, es si fue la herida en sí misma -que le perforó el hígado y un pulmón- o una presunta mala praxis posterior, lo que determinó el desenlace fatal.

Despejar ese interrogante es determinante para graduar la culpabilidad del acusado, Luis «El Rayo» Guzzetta, y consecuentemente la condena que le impondrían.

Guzzetta está acusado de homicidio simple, un delito que se castiga con una pena de 8 a 25 años de cárcel, pero su situación podría beneficiarse significativamente si los jueces entienden que la muerte no fue causa de la herida que le produjo la hemorragia, sino del posterior fallido tratamiento que recibió la víctima.

Marángel fue apuñalado alrededor de la 3.30 de la madrugada del 28 de noviembre del año pasado y murió a las 11, después de una hemorragia, en el hospital Castro Rendón, a donde fue derivado desde Ríncón de los Sauces en avión.

El forense José Sorbera dijo en el juicio que existió un incremento del riesgo para la vida de la víctima, en la medida que no fue asistida correctamente.

Uno de los factores en que sustentó esa opinión fue que no se le suministró la cantidad de sangre que hubiera necesitado.

Otra duda surgió en la demora de llevar al paciente a un centro donde se lo pudiera asistir con mayores medios.

Las alternativas de la derivación de Marángel a esta ciudad en un vuelo sanitario, cerca de seis horas después de recibir la puñalada, serán debitas en la audiencia de hoy.


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