El Kun Agüero, mezcla brava de potrero y picardía

El notable jugador no superó la afección cardíaca y se despide del fútbol. En Independiente, Atlético Madrid, Manchester City y la Selección dejó su sello inconfundible signado por el gol.

Con las lágrimas cortadas a cuchillo, con su orgullo de futbolista abollado por el golpe de su propio corazón, el Kun Agüero llora por su suerte ante los ojos del mundo. El destino menos complaciente le cuelga los botines de manera anticipada a uno de los mayores talentos que ha dado el fútbol argentino en los últimos tiempos.

Una arritmia cardíaca imprevista cerró su carrera a los 33 años, que comenzó a los 15 cuando Oscar Ruggeri era técnico de Independiente y lo mandó a la cancha con su cara llena de asombro y adolescencia que nunca abandonaría. El Kun se hizo hombre, en todos lados fue ídolo pero el tiempo fue incapaz de borrar su gesto típico, mezcla brava de barrio y picardía.

El potrero del Kun se hizo de elite y lo demostró con cada camiseta que vistió. No fueron muchas, aunque con todas Agüero dejó esa peculiaridad de jugador único signado por el desparpajo, oportunismo y también mucho talento.

En Independiente jugó apenas 56 partidos e hizo 24 goles, suficientes para entrar de lleno en la idolatría del hincha de Rojo, que desde que se fue al Atlético Madrid en el 2006 esperaba el regreso del hijo pródigo. No podrá ser.
En Avellaneda, el Kun rodó momentos únicos para esa película personal que el hincha guarda para sí. Los goles a Racing en cada clásico, en la Doble Visera o en el Cilindro, y ese slalom inolvidable que desarmó a Diego Crosa, actor necesario e involuntario de una de las más brillantes jugadas del Kun en el club de sus amores.

El desembarco de Agüero en el Atlético Madrid a cambio de 28 millones de dólares, fue el punto de partida para que el Colchonero se quitara de encima su complejo de inferioridad ante el siempre poderoso Real Madrid, concretado con la llegada de Diego Simeone, meses después de la partida al Manchester City, donde el definitivamente el Kun levantaría su reino.

Con el Kun Agüero al comando del equipo, el Atlético Madrid salió del ostracismo al ganar la Copa UEFA y la Supercopa de Europa

Al venir del Aleti, Agüero entendió rápidamente qué hacer para despojar del lastre a un club que llevaba 44 años viviendo a las espaldas de un Manchester United cargado de gloria. El agónico gol a QPR que le devolvió la gloria al City, y que justamente relegó al United de Ferguson, fue la mayor explosión de júbilo de club donde tras diez años, Agüero partió hacia Barcelona siendo la figura insoslayable en la vida deportiva de los Citizen.


La deuda que le quedará al Kun fue jugar junto su amigo Leo Messi en el Barsa, quien tuvo que partir obligado hacia París.
Raro privilegio el de Joan Laporta, el nuevo presidente de los culés que llegó para ocupar el lugar del ‘malo’ Josep Maria Bartomeu. Vio a Messi bañado en lágrimas despedirse del Barcelona, y ayer lo hizo, en circunstancias diferentes claro, en el adiós del Kun Agüero.

Aquella deuda a nivel club, quedó saldada en Brasil con la Selección Argentina, donde los amigos entrañables levantaron la Copa América poniendo fin a años de sufrimiento albiceleste.

Messi y Agüero. Los amigos, en la gloria tan anhelada al conseguir la Copa América 2021.


El Kun puede irse tranquilo, si hasta le hizo un gol al Real Madrid en el único partido serio que jugó en el Barsa. El adolescente eterno, que fue amo y señor tanto en Avellaneda como en Madrid, y proclamado rey de Inglaterra, se va del fútbol con la voz quebrada y el alma en la mano, pero con la certeza de haber dejado su grito de gol impregnado en cada hincha que lo vivió y lo disfrutó.


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