El paseo costero Limay y el efecto espacio verde

Recorrer el nuevo parque costero del río Limay es una experiencia placentera.  Caminar, correr, andar en bicicleta o patinar en un marco de inusual belleza, por senderos limpios y cuidados, es un “perro verde” dentro de una ciudad.


Desde la Isla 132 hacia el este se observan bancos de  cemento, cestos de metal,  islas con plazas, juegos adaptados para discapacitados, gimnasios al aire libre, control policial, cartelería y señalización, parkings periódicos,  farolas en buena parte de su traza , ciclovías y senderos que transforman al lugar en un espacio atípico para estos lares. El respeto a la vegetación contigua al río y el agregado de césped y  de nuevas plantas entre los caminos,  aportan atractivo al nuevo vergel citadino.


El “efecto de espacio verde” repercute en distintos aspectos, dentro de los cuales me permito destacar:
1. Respeto a la naturaleza: No se trata solo de una cuestión de sensaciones. Según un estudio de la UNLP, en una hora, una hectárea arbolada produce oxígeno para 40 personas, enviando  la humedad del ambiente a los mantos acuíferos y aumentando el agua subterránea.  El verde permite almacenar hasta 6 toneladas de CO por individuo, absorbe y bloquea el ruido del ambiente urbano. Otro de los beneficios de los tejados verdes es la retención del 40% del agua de lluvia. También pueden retrasar 18 minutos el pico de agua en lluvias intensas, lo que evita el colapso de los sistemas de drenaje urbanos.
En un recomendable video corto de YouTube  titulado “La importancia de los parques y los jardines en la naturación urbana” de la Universidad Politécnica de Madrid, se remarca que el espacio verde produce una reducción de temperatura en los meses cálidos y una protección de los edificios  y de la erosión del suelo en los meses duros.  Señala a su vez que la vegetación debe estar conectada y existir una corriente de aire entre ella.


2. Promoción de la salud física y mental: Compartir con otras personas que también buscan contraer y estirar músculos, descontracturar sus articulaciones,  ceder tensiones, oxigenar pulmones y sobre todo su cerebro, resulta contagioso.
La Organización Mundial de la Salud sostiene que debe haber 9 m² de áreas verdes por habitante de mínima, estableciendo como  superficie óptima  la de entre 10 y 15 m2 por habitante.
Es sabido que los espacios naturales estimulan  la realización de la actividad física y ésta, a su vez, mejora el funcionamiento del sistema inmune, ayuda a los diabéticos a alcanzar niveles saludables de glucosa en sangre, a los hipertensos a controlar la presión y en general  a reducir el stress y el exceso  de peso.
Científicos del Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Illinois han concluido que la naturaleza es un factor influyente en  la predisposición del buen  comportamiento humano y en la reducción del nivel de violencia. Según los investigadores, en zonas de espacios verdes, la gente es más generosa, siente menos angustia mental y existen fuertes lazos de vecindad social y solidaridad.
También Unicef en su informe “The Necessity of Urban Green Space for Children’s Optimal Development”, revela evidencia científica de que los espacios verdes pueden mejorar los efectos negativos de la vida en la ciudad y ayudar a los niños y niñas a desarrollar todo su potencial.


Es sabido que los espacios naturales estimulan la realización de la actividad física y ésta, a su vez, mejora la salud. Influye en el buen comportamiento y en la reducción del nivel de violencia.



3. Continuidad: Otra buena noticia es que, aun ante el cambio de signo político en la intendencia capitalina, se ha respetado la Ley nacional 27001 que desde el 2014  declaró a Neuquén como la  “Capital nacional del senderismo urbano”.


En los considerandos de aquella norma se destacaron los espacios del  Parque Norte y la costa ribereña del río Limay, entre la Avenida Olascoaga y la Isla 132; el balneario Río Grande, con sus senderos peatonales y bicisendas como los escenarios principales para la actividad física de los habitantes.  
También es de  resaltar la prolongación de la costanera hacia el oeste posibilitando un extenso recorrido para quien realiza actividades aeróbicas o segmenta sus prácticas.


Con las obras mencionadas, el hombre se ha amigado con la naturaleza, logrando un equilibrio perfecto que  preserva la biodiversidad, impidiendo la contaminación visual,  la combustión,  el ruido y  la concentración humana.  La necesidad de contar con pulmones verdes, como el descripto,  lleva a que se preserve ese marco en el estado en el que actualmente se encuentra.


Es de esperar que las autoridades municipales no cedan al grave error de que, detrás de un negocio inmobiliario circunstancial,  se resigne el valioso patrimonio natural contorneada por el brazo del rio de la Isla 132.
Pensar hoy en el Jardín de Neuquén es tan importante como el comedor o el hall de la ciudad. Las saludables innovaciones realizadas en el Parque Norte, Parque Este, ex cárcel y  Parque Oeste que suman belleza y personalidad a la Ciudad  permiten suponer que el tan necesario efecto espacio verde se ha de preservar.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios