El petrolero varado ya está en La Pampa: «Mi único pecado fue ir a trabajar»

Estuvo en un puesto caminero de Río Negro. Anoche, luego de cuatro días de espera, lo dejaron ingresar a La Pampa. No puede quedarse en Duval y lo enviaron a aislarse a 100 kilómetros de su hogar. Su familia le dejó víveres cuando cruzó por el puente carretero.

Ricardo Álvarez, con el puente sobre el río Colorado y Duval al fondo. Así inició el viaje hacia su nuevo lugar de aislamiento en La Pampa. Tuvo que volver a pasar por Río Negro.

“Mi único pecado fue ir a trabajar a Neuquén”, dice desde su celular el petrolero pampeano Ricardo Álvarez, que estuvo varado cuatro días en un puesto de la caminera de Río Negro y anoche pudo cruzar a su provincia, que le impedía el ingreso por el control del coronavirus.

Su historia es una odisea de viaje que parece no terminar nunca.

En comunicación con Río Negro, dijo que “es muy loco todo lo que me toca vivir”. No pudo quedarse en su pueblo y cerca de su familia, en General Duval, sino que fue puesto en aislamiento a 100 kilómetros de su casa.

«A mi familia la vi desde lejos cuando pasé por Duval, me habían dejado víveres en el puente carretero. Les agreddecí con una videollamada».

Ricardo Álvarez

“Hablé con otro intendente que está en la línea del río Colorado y me consiguieron un espacio donde hacer una cuarentena aislado”, explicó el trabajador de 36 años.

Prefirió no mencionar el lugar donde está alojado, ya que su reclamo generó mucha tensión en las autoridades de Duval, un pueblo de 600 habitantes y distante a 350 kilómetros de Santa Rosa, la capital pampeana.

Tras la difusión que dio este diario a la situación que vivió Álvarez -durmió tres noches seguidas en su auto- llovieron los mensajes críticos en las redes sociales por el bloqueo que desde Duval aplicaron al trabajador.


La voz de Álvarez suena cansada y el hombre cuenta que por momentos no se orienta bien con los días. Hace 35 días que no está con su familia y sólo los vio de lejos al cruzar anoche por Duval. “Me habían dejado víveres y comida en la mitad del puente carretero”. Su agradecimiento lo envió por videollamadas del celular, la vía de conexión durante su eterno confinamiento.

La intervención del secretario de Transporte de Río Negro, Juan Ignacio Ciancaglini, quien se puso a media tarde de ayer en contacto con su par pampeano y el comité de crisis de la vecina provincia, fue factor decisivo para que el caso de Álvarez se destrabara.


Cómo se inicio el caso


El petrolero había sido convocado el 2 de abril como «trabajador exclusivo» en el yacimiento petrolero de Vaca Muerta. Para cumplir con los requisitos de movilidad vigentes, se dirigió a la comisaría de su pueblo y obtuvo la autorización para poder salir y entrar de la provincia. Sin embargo, al volver el lunes pasado, le impidieron el ingreso. Traía un certificado de apto de salud que le hizo la empresa petrolera.

Anoche, tras el «desbloqueo» de Álvarez, el comisario mayor Alberto Fix, Jefe de la Unidad Regional IV con asiento en 25 de Mayo (La Pampa), explicó la situación en declaraciones que publicó el diario La Arena. «Ocurre que con esta pandemia estamos aprendiendo todos y se dan distintas situaciones. Primero hay que tener en cuenta que en cada localidad la autoridad es el Comité de Crisis que presiden los intendentes Y en los que la Policía tiene una injerencia relativa. También que estamos en una realidad inédita en la que nuestra Provincia tomó decisiones extremas, acordes con ésta realidad, que han dado óptimos resultados», señaló.

Detrás de la situación de Álvarez se reflejan los números y políticas sanitarias distintas. La Pampa registra hoy cinco casos activos y Río Negro 92. La vecina provincia considera “casos sospechosos” a toda persona que tenga historial de viaje en Río Negro, Neuquén, Buenos Aires y Chaco.


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