El tarifazo y la crisis hacen caer la demanda de gas y electricidad

El consumo per cápita en los hogares atendidos por Camuzzi disminuyó 0,5% en 2018. En Neuquén se registró una baja global del 5,7% en las ventas de energía. En Río Negro hubo un repunte ínfimo, menor al crecimiento vegetativo de usuarios.

En algunas ciudades de la región, las facturas de electricidad llegaron con aumentos tales que se hacen difíciles de pagar. (Foto: Alfredo Leiva)

El gas aumentará otro 30% en abril y, como ya había subido un 50% en octubre, cuando llegue el invierno el alza en las facturas se hará sentir más que el calor en las estufas. De todos modos, el subsidio al consumo residencial en la Patagonia volverá a suavizar los efectos de los tarifazos; tal vez por eso la caída real de la demanda fue el año pasado de sólo el 0,5% en la región.

En cambio, en la demanda de electricidad se nota más el efecto del crecimiento de las tarifas, que es mayor en algunas ciudades que en otras, según cuál sea la distribuidora. Lo cierto es que en la provincia de Neuquén hubo un 5,7% menos de demanda global en 2018 respecto de 2017 y en Río Negro se registró un crecimiento ínfimo, del 0,8%, que no acompaña siquiera el aumento de la cantidad de usuarios.

En enero del año pasado, el costo de generación y transporte de la electricidad estaba en 1.440 pesos por megavatio hora (MWh), unos 75 dólares de ese entonces. Pero se trasladaban a la tarifa 812 pesos; el resto se cubría con subsidio.

Si el precio mayorista de la electricidad no hubiera crecido un 53% en el último año, lo que se traslada a la tarifa final cubriría el costo y no habrían hecho falta ni subsidios estatales ni nuevos tarifazos, pero en enero de 2019 la relación fue la siguiente: el MWh tuvo un costo de 2.286 (unos 60 dólares) y a las tarifas finales se trasladaron 1.486 pesos. Los datos surgen de los informes de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista (Cammesa), una entidad mixta que maneja la secretaría de Energía.

Como se ve la brecha se agranda y la tarifa no llega a cubrir los costos, a pesar de la magnitud de los incrementos. Hay contratos en dólares con generadores, especialmente los de energías renovables, cuyos ingresos se disparan en cada devaluación.

A los valores del abastecimiento mayorista se le suman las tarifas de cada distribuidora. La más barata es la de Edersa, que atiende todo Río Negro, menos Bariloche y Río Colorado. Y la más cara es la cooperativa CALF, de la ciudad de Neuquén.

En el servicio de gas hay una estructura similar. En los últimos tres años ha ido creciendo el costo de extraer el combustible y de transportarlo, a la par de revisiones de las tarifas de las distribuidoras como Camuzzi, que también crecieron.

Alivio
Como en la Patagonia rige un subsidio al consumo residencial (que no se financia con aportes del Tesoro sino con una pequeña cuota que pagan todos los usuarios del país), el tarifazo llega diluido a las familias de Río Negro y Neuquén.
En 2017 en la Patagonia cada hogar consumía en promedio 3.991 metros cúbicos de gas por año. El año pasado esa demanda media fue de 3.968 metros cúbicos, un 0,5% menos.
De manera global, en las provincias más australes del país hubo un aumento del consumo de gas del 1,1%, inferior al crecimiento de la cantidad de usuarios: un 2,5% más.


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