El telar del engaño, una estafa viral

“Sepan las ‘aguas’ que están cometiendo un delito. Liso y llano. Y ya no vale alegar desconocimiento porque la información está por todos lados. Si estás cobrando, estás estafando a mucha gente. Eso está penado y podes ir en cana”. Así expuso vía twitter la conductora y periodista Julia Mengolini, una vieja estafa que por estos días ha cobrado renovada vigencia en Argentina, combinando un sistema ‘Ponzi’ tradicional con un discurso que mezcla filosofía hindú e ideología feminista, y ofrece una ganancia grande y rápida, valiéndose de la delicada situación económica que atraviesan millones de personas.
Bajo el nombre de “telar de la prosperidad” o “flor de la abundancia”, el mecanismo de ‘inversión’ se trata de un típico esquema piramidal que ofrece multiplicar rápidamente los fondos aportados inicialmente, bajo la condición de sumar nuevos inversores al sistema, a fin de poder subir de nivel.
La propuesta se basa en una flor en forma de mandala, en la que el primer pétalo se denomina ‘fuego’. Para ingresar al sistema, cada inversor hace un aporte inicial, que en general consiste en una suma fija pre establecida. La premisa del fuego es ‘dar’.
El siguiente nivel se denomina ‘aire’, la premisa esta vez es ‘atraer’. Para ‘convertirse’ en aire, cada fuego debe conseguir dos nuevos inversores que quieran ingresar. El tercer nivel se denomina ‘tierra’, la consigna es ‘apoyar’. Para acceder, es necesario que los segundos en ingresar, consigan otros dos inversores.
El último nivel de la pirámide se denomina ‘agua’, y por fin la estructura del mandala indica ‘recibir’. Se accede a ese nivel cuando cada uno de los terceros en ingresar consigue que dos nuevas personas se conviertan en fuego. En esta instancia, cada ‘agua’ recibe su inversión inicial multiplicada por ocho, es decir, multiplica siete veces su aporte.

A primera vista, luce como un negocio lícito y hasta como una excelente inversión. No existe en el planeta una colocación financiera que ofrezca 700% de ganancia en un puñado de días.
La trampa reside en el necesario crecimiento exponencial de la cantidad de personas involucradas. La condición excluyente para alcanzar la ganancia, es lograr el ingreso de nuevos participantes. Esa misión se convierte literalmente en titánica a medida que se suceden las rondas de ‘negocio’. En cada ronda intervienen en total 15 personas. Un sencillo cálculo arroja que llegada la ronda 10, para que todos los participantes puedan cobrar, es necesario involucrar a 8.192 inversores, y llegada la ronda 17, hacen falta 524.288 aportantes. Solo para tomar dimensión del punto, este último número representa el 85% de la población total de la Provincia de Neuquén.
En resumen, lo que sucede habitualmente, es que los primeros en ingresar logran hacerse con la ganancia, y que a medida que el sistema avanza es cada vez más difícil no solo ganar, sino siquiera recuperar la inversión inicial. Vale recordar que quien ingresa debe esperar cuatro rondas completas antes de cobrar.
Lejos de ser una novedad, el telar de la abundancia es una estafa conocida desde hace años, que logró adeptos en países como España, México, Colombia y Chile. Al ser un esquema en el que solo ganan los primeros en ingresar, y que requiere el crecimiento exponencial en la cantidad de participantes, el auge del sistema dura poco en cada lugar donde se implementa.

Naturalmente, el embuste solo puede propagarse valiéndose de la buena fe de las personas que ingresan. En nuestro país, el fraude comenzó a circular en el año 2016, y reapareció con fuerza durante los últimos meses. En esta oportunidad, los estafadores se montaron sobre el auge de la causa feminista e incorporaron el discurso de género al speech con el cual implementan el engaño. ‘Empoderarse como mujeres’ o ‘ir en contra del sistema patriarcal que nos obliga a competir entre nosotras’, son parte del discurso con el que miles de mujeres fueron engañadas en su buena fe. A ello se suma, que una vez dentro, el resto de los participantes ejerce una enorme presión sobre los eslabones más bajos, a fin de que estos logren el objetivo de incorporar a los dos nuevos inversores. Solo ello garantiza que quienes están en un escalón superior puedan cobrar. La denuncia de Mengolini refiere directamente a la inserción que logró el engaño en el movimiento feminista, en el que el colectivo de actrices y el ambiente artístico en general, tiene un peso significativo. En efecto, la cantante Fabiana Cantilo defendió en sus redes sociales el sistema cuando el tema llegó a los medios, y dos días después debió reconocerse públicamente como una víctima más.
El crecimiento de la estafa fue tan grande esta vez, que llamó la atención de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), la cual hizo circular una serie de advertencia s y pautas para detectar el engaño, al tiempo que recomendó a los damnificados denunciar ante la fiscalía en lo criminal y correccional más cercana a quienes extienden la cadena delictiva.