Orquídea patagónica, una belleza

Tratamos una de las plantas que embellece los suelos neuquinos, de la mano del biólogo Hernán López, del Jardín Botánico de Plottier.

En esta ocasión, en nuestra sección de plantas autóctonas, hablaremos de la orquídea, una de las plantas que embellece los suelos neuquinos.


Esta especie habita y se distribuye desde la hermosa provincia neuquina hasta Magallanes, y también se la puede apreciar en regiones limítrofes con Chile. Se la encuentra entre altitudes de 200 a 1300 metros sobre el nivel del mar, en las regiones biogeográficas de la Patagonia y Altoandina. Con certeza, además poder apreciar su presencia en Neuquén, también se la encuentra en Río Negro, Chubut y Santa Cruz.

Esta especie es muy llamativa por la delicadeza de sus flores, que nacen al comenzar el verano, y se la encuentra en lugares de suelos arenosos y de cenizas volcánicas, presente en laderas bajas, en los claros de bosques, en praderas abiertas y también en estepas.

Su nombre científico es “Chloraea magellanica Hook” y se la llama comúnmente “Orquídea de magallanes”, “Orquidea porcelana”, “Lengua de loro” y “Lirio verde” y pertenece a la familia de las “Orchidaceae”.

“La familia de las orquídeas presenta especies terrestres que crecen sobre otras plantas (epifitas) o se alimentan de detritos (saprofitas)”, explica el biólogo Hernán López, del Jardín Botánico de Plottier. “Además, comprenden una de las mayores familias de plantas: alrededor de 1.000 géneros y entre 15.000 a 20.000 especies”, añade.

Existen alrededor de 200 especies de orquídeas a lo largo y ancho de nuestro país.


López explica que en Argentina “existen cerca de 200 especies de orquídeas distribuidas en 41 géneros y se pueden encontrar en ambientes subtropicales y áreas templadas en varios tipos de ambientes. La mayoría pueden permanecer varios años (perennes), emergiendo cada estación, reproduciéndose y luego entrar en un periodo de reposo o dormancia al final de la estación”. Además, señala que “se trata de una especie muy llamativa por sus flores verdosas, con nerviaciones marcadas que crece en ambientes montañosos principalmente y bajo las bajas temperaturas”.

López también relata que la forma de crecimiento o hábito de la especie es una hierba, perenne, es decir que su ciclo de vida puede durar varios años.

En cuanto a la descripción botánica de la especie, según el profesional, “son plantas erguidas de 30 a 60 centímetros de altura, con hojas basales hasta 20 centímetros de longitud. Dichas hojas son caulinares de 7 a 20 centímetros de largo y de 1 a 4 cm. de ancho. Las inflorescencias se encuentran formando una espiga de pocas flores (5), las cuales son muy perfumadas, afirma el profesional, mientras que, en los sépalos, esta especie presenta estructura en forma de papilas de color verde”.

Este género y la especie en particular se caracterizan por presentar en los sépalos y pétalos nervadura reticulada, intensamente dibujada, contrastando con la lámina; el sépalo dorsal mide de 28 a 35 milímetros de largo y 7 a 11 mm de ancho y presenta entre 5 y 7 nervaduras, de forma oblonga y en forma de lanza o lanceolado. En cuanto a los sépalos laterales, estos miden de 25 a 32 milímetros de largo y entre 5 a 11 milímetro de ancho. Los pétalos por su parte, indica el experto que miden de 18 a 25 mm de largo y 8 a 12 mm de ancho, estos de forma ovados, agudos, con 5 a 7 nervaduras. El labelo, que es una de las partes florales más desarrollada en las orquídeas, mide entre 15 a 20 mm de largo y entre 8 a 11 mm de ancho y puede ser entero o con tres lóbulos, triangulares. El labelo es blanco con el borde amarillo y la columna de 12-16 mm, arqueada, con ala recta de 1 mm de ancho.

Se distribuye desde la provincia neuquina hasta la zona de Magallanes, y es muy común en las regiones limítrofes con suelo chileno.


“Dado su tamaño poblacional, la especie no presenta preocupación de peligro en relación a su categoría de conservación”, asegura el experto, y señala que “se promueve la conservación de la especie para permitir que pueda seguir desarrollándose en su ambiente exclusivo de Sudamérica”.

Esta orquídea terrestre crece en regiones extremadamente frías y no tolera ambientes más cálidos. Están distribuidas a lo largo de las regiones montañosas del sur de Chile y Argentina y florece en la primavera, cuando las nieves se funden y las parte aéreas se mueren a principios del verano. En el suelo permanece unas raíces engrosadas como órgano reservante, que permite la brotación en la siguiente primavera. “Es una especie que no suele encontrase bajo cultivo, no se aconseja la colecta de ejemplares silvestres para cultivo a los fines de preservar la especie”, cerró el especialista López.


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