Plantas autóctonas: las zonas fitogeográficas del país

En esta oportunidad, no nos centramos tanto en las especies como en la distribución. Para entender de qué hablamos cuando mencionamos plantas autóctonas, es necesario repasar las distintas regiones de Argentina.

A la hora de hablar de las especies autóctonas, hay algunas cuestiones puntuales útiles de señalar para entender con mayor profundidad el tema. Estas plantas se distribuyen de diversas maneras a lo largo de nuestro país, y existe una rama de la Geografía, llamada “Fitogeografía”, que da cuenta de la relación entre la vida vegetal y el medio terrestre.


La ingeniera agrónoma y profesora de la cátedra de Botánica de la Universidad Nacional del Comahue, Adriana Bünzli, explicó que la Fitogeografía “también se puede definir como la ciencia que estudia el hábitat de las plantas en la superficie terrestre”.

Esta ciencia tiene una doble dirección. “La primera es la posibilidad de estudiar la estructura y biología de un manto vegetal; mientras que la otra parte se trata de estudiar las especies que constituyen la vegetación, de un determinado territorio”, explicó la especialista en diálogo con RÍO NEGRO.

“Cada especie vegetal posee exigencias particulares, en lo que se refiere a temperatura, humedad, luz, duración del día y muchos otros factores”, acotó la experta.

En principio, es importante resaltar que los factores climáticos tienen un rol principal en la repartición de las plantas sobre la tierra, pero también son factores muy importantes la naturaleza del suelo y la acción de los animales.


“Es lógico que todos estos factores se combinan en forma complejísima y, en ciertos casos, se compensan o anulan”, según los estudios realizados por Ángel Lulio Cabrera, quien implantó sus ideas sobre la fitogeografía de Argentina a través de una serie de ensayos preliminares (1951, 1953, 1958, 1971) y también un tratado definitivo sobre sus Regiones fitogeográficas (1976, 1994).

En este contexto, como decíamos, la Argentina está dividida en provincias fitogeográficas. Las plantas de las bardas corresponden a la vegetación típica de la “provincia fitogeográfica del Monte”, cuya especie característica es la “jarilla”. En cuanto al nombre científico, hablamos de las “Larrea divaricata” y “Larrea cuneifolia”, conocidas como “jarilla hembra” y “jarilla macho” respectivamente.


De esta manera se relaciona la distribución de especies nativas, según el suelo y el clima, y configurando también los mapas. La zona del Alto Valle de Río Negro y Neuquén forma parte así de la provincia fitogeográfica del Monte. La comunidad climax del Monte es el “jarillal” y se refiere a una asociación de “jarillas” (Larrea divaricata, Larrea cuneifolia y Larrea nitida), “mata sebo” (Monttea aphylla) y “monte negro” (Bougainvillea spinosa); además de las especies dominantes que son frecuentes, y algunos arbustos más.

La profesional botánica finalizó explicando que “la provincia del Monte es una estepa arbustiva, con predominancia de arbustos bajos y esparcidos con suelos más o menos desnudo entre ellos”.


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