En el primer día sin vice, De la Rúa y «Chacho» cruzaron cargos

"De la Rúa no dio cuenta de las cosas que yo estaba pidiendo", le reprochó Alvarez.

Las profundas lesiones abiertas en la Alianza con la renuncia del vicepresidente Carlos «Chacho» Alvarez, continuaban ayer al desnudo.

El día después de la convulsionante novedad, tanto Alvarez como De la Rúa intentaron ser prudentes acerca de lo que piensan uno del otro, pero no pudieron evitar sinceridades.

El ex vicepresidente se mostró completamente en desacuerdo con las primeras expresiones del discurso presidencial de antenoche en el sentido de que en el país «no hay crisis». «Disiento -dijo «Chacho» con énfasis-. «Hay una profunda crisis moral en la Argentina y el Senado es un reflejo». Pero le puso más filo a sus palabras: «…Y hay un un 15% de desempleo, que es una situación crítica para la gente».

Alvarez trató de convencer de que su ida nada tiene que ver con un proyecto político personal o una postulación a senador. «Si ahora me hablan de cargos, salgo corriendo».

Dejó en claro que se va porque De la Rúa «no dio cuenta de las cosas que yo estaba pidiendo». Y fue más elocuente: «No podía convivir con esa gente (del Senado). No puedo ser hipócrita. No tengo estómago», dijo.

De la Rúa no se quedó atrás. En una salida que lo unió a dos frepasistas amigos de «Chacho» -su ministra Graciela Fernández Meijide y el intendente porteño Aníbal Ibarra-, el Presidente le reprochó haberlo dejado «en el camino» ante «la pesada carga» recibida cuando asumieron. «Uno de pronto deja la bolsa y yo tengo que alzar las dos», fue la figura empleada para manifestar su bronca.

Además, negó que su ex vice desconociera los cambios que iba a realizar en el gabinete.

De la Rúa optó ayer por hacer salidas públicas (la bienvenida a la delegación argentina que fue a Sidney y visitas a un comedor de los «Carasucias» y al hogar de un cura) para dar una imagen fuerte en correspondencia lo pretendido por su discurso de antenoche y sentir algo de calor popular .Pero el shock seguía por dentro. «Lamento que se haya ido… Cuando Alvarez me comunicó la decisión ya era muy firme, pero si el tema era un nombramiento, esto me parece que era algo remediable. Con haberlo dicho antes eso se resolvía», fue la sorprendente frase del Presidente. Estaban a tono de las versiones que indicaban que el jefe de Estado estaba dispuesto a retroceder con algunos nombramientos que más irritaron a Chacho y que fueron la gota que lo decidió a renunciar.

Todo indica que no sólo la ratificación de Flamarique sino también la incorporación de Patricia Bullrich fueron los bocados indigestos. De todos modos, un retroceso en la decisión hubiera generado una débil señal presidencial al país.

«Conspiraciones»

Las grietas en la Alianza quedaron ratificadas también con la sospecha de Alvarez de que hubo sectores de la UCR que conspiraron.

El ex vicepresidente ayer se decía convencido de que el titular de la SIDE, Fernando De Santibañes, y el ex ministro alfonsinista, Enrique «Coti» Nosiglia, se unieron para forzar el alejamiento de Alvarez y «quebrar» la Alianza, tal la versión periodística que tomó fuerza en las últimas horas. «Lamentablemente alguna gente está cerca del Presidente y esto es lo que yo siento como preocupante», dijo ayer. Tanto Santibañes como Nosiglia son enemigos declarados de «Chacho».

Según hicieron trascender hombres cercanos al ex vicepresidente, Carlos Alvarez se va a dedicar a fortalecer la Alianza junto al ex presidente Raúl Alfonsín. En esa orientación, no se descartaba una inminente reunión entre ambos.

Igual visión tenía Aníbal Ibarra quien, si bien admitía que la Alianza «quedó resquebrajada» tras la renuncia , veía la necesidad de «fortalecer» la coalición para «gobernar bien».

Graciela Fernández Meijide coincidía: «La Alianza se construyó para seguir» y reafirmó que el reclamo de Alvarez era: «cada uno en su lugar». Su afirmación, sumada a las del propio Presidente, dejaban en claro la continuidad de la ministra de Desarrollo Social y Medio Ambiente, único exponente del Frepaso en los más altos cargos del gabinete.

El presidente de Diputados, Rafael Pascual, insistió en su pronóstico de que la UCR y el Frepaso mantendrán una postura común, convencimiento que era puesto en duda por analistas de ambos sectores.

De la Rúa fue particularmente cuidadoso en ese aspecto: A la Alianza «la vamos a cuidar entre todos», dijo y admitió que no tiene inconvenientes en llamarlo a Alvarez «en cualquier momento».

Del lado de «Chacho» se consideraba que podía haber un gesto similar, aunque se daba por descontado que el ex vicepresidente no se guardaría nada y sería mucho más duro en su prédica sin los condicionamientos del cargo.

Gobernadores

Desde el peronismo, gobernadores de siete de los principales distritos del país, salieron respaldar la autoridad presidencial . Sin embargo, opinaron que «la crisis partidaria desatada ha sido irresponsablemente trasladada a las instituciones «.

Entre los firmantes estaban nada menos que Ruckauf, De la Sota, Reutemann, Marín, Maza, Romero y Manfredotti. Apuntaron contra las «aspiraciones» de Alvarez y propusieron «un consenso político básico» frente a la crisis. Por la noche se reunieron otros dirigentes peronistas para analizar la situación.

En tanto, los gobernadores de la región prefirieron mantener silencio sobre el cisma. Verani argumentó claras razones de salud (no se repuso aún de una nueva sesión de quimioterapia).

Y Sobisch pidió que lo esperaran. Mantenía el buen humor que mostraba apenas conoció la renuncia de «Chacho», una aversión que se profundizó el día en que su contrincante política, la senadora Silvia Sapag, denunciaba a Cantarero, Melgarejo, Sobisch y Romero en una misma trama de oscuros negocios petroleros; con la aprobación de Alvarez. De hecho, se supo que ayer invirtió en un llamado telefónico para explicitar el respaldo a De la Rúa.

El gobernador de San Juan, el aliancista Alfredo Avelín, pidió públicamente la renuncia de todos sus funcionarios para dar «dar un claro mensaje moral a la sociedad». Su pedido estaba a tono con el reclamo del senador radical Leopoldo Moreau.

De la Rúa quiere a más frepasistas en el gobierno

La aspiración de que Carlos «Chacho» Alvarez presida el Comité de Gestión de la Alianza, la participación de más frepasistas en el gobierno y la renovación de autoridades en el Senado de la Nación fueron algunos de los temas que analizó el presidente Fernando De la Rúa durante una serie de entrevistas que mantuvo ayer en Olivos.

Fuentes inobjetables revelaron que De la Rúa se reunió con Raúl Alfonsín y con los flamantes Jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y el secretario General de la Presidencia, Carlos Becerra.

De la Rúa estaría dispuesto a intervenir directamente en la renovación de las autoridades de la Cámara de Senadores, según se desprende de sus propias declaraciones y de las conversaciones que mantuvo en en la residencia de Olivos.

«Yo no podía actuar ahí porque estaba el vicepresidente al frente. Ahora, me parece que tendré que actuar porque no me gusta dejar las cosas a medias y si alguien se aparta (por Alvarez) yo trataré de hacer algo», destacó ayer en su recorrida por el sur de la Capital.

Uno busca y el otro encuentra

El día después de la renuncia del vicepresidente Alvarez encontró a los dos principales protagonistas de la escena política en movimiento.

De la Rúa intentó desde temprano dar una imagen de hiperactivo, haciendo un despliegue improvisado y poco natural que lo llevó desde Olivos a recibir, junto a Fernández Meijide y Aníbal Ibarra, a la delegación de argentinos que participó en Sidney, para seguir la ronda por Pompeya en una visita al comedor de los «Carasucias», en Mataderos, y otra al hogar del padre Leoncio.

A pocas horas de la mañana no pudo evitar el reproche hacia Chacho, a quien acusó de haberlo dejado solo con todo. El primer comentario del presidente dejó traslucir que «asumirá» la actividad que llevaba adelante el vicepresidente, comenzando por el Senado, donde se pondrá «al frente» de la crisis.

Quedó claro que el primer mandatario, luego de la tormenta política buscó tomar la temperatura ambiente, no sólo en contacto con sus filas, fundamentalmente con la gente.

El ex vicepresidente, Carlos «Chacho» Alvarez cumplió ayer con el rito casi cotidiano de desayunar con los infaltables diarios delante, que le devolvieron las imágenes de uno de los días más decisivos de su intensa carrera política.

Por un momento lo embargaron las sensaciones entremezcladas de la jornada anterior, cuando renunció decidido pero emocionado a la vicepresidencia de la Nación.

Alrededor de las 10 atendió a los periodistas que aguardaban su presencia a la salida de su domicilio. Enfundado en una campera azul, de vaqueros y zapatillas, «Chacho» contestó sin prisa, saludó y devolvió besos de los transeúntes y hasta invitó a los cronistas a tomar un café, en el bar «Varela Varelita», una suerte de segunda casa por la cotidianeidad con la que lo visita.

Le llevó casi 20 minutos transitar los escasos 50 metros que separan al edificio en que vive de su café preferido. Es que debió detenerse a cada paso para responder a las muestras de afecto de los vecinos.

El peronismo preocupado

El gobernador Carlos Ruckauf se reunió inesperadamente ayer en la Casa de la Provincia, en esta Capital, con varios de sus colaboradores y dirigentes justicialistas para analizar la situación política a la luz de la renuncia de Carlos Alvarez a la vicepresidencia.

La convocatoria sorprendió a los invitados que empezaron a deliberar poco después de las 18. Entre los asistentes al encuentro con Ruckauf figuraron el vicegobernador Felipe Solá, el senador Antonio Cafiero, el sindicalista Hugo Moyano, los intendentes Juan José Alvarez, Julio Alak y Alberto Balestini.

Además, estuvieron los funcionarios bonaerenses, José Octavio Bordón y «Cacho» Caselli, el economista Ricardo Gutiérrez y el sindicalista Mariano West.

Las fuentes consultadas dijeron que la reunión se gestó a partir de la «preocupación» generada por la renuncia de Chacho y las «diferencias internas» perceptibles en la Alianza. Algunos de los asistentes, en sintonía con el documento dado a conocer por los gobernadores del PJ, recriminaron al presidente Fernando De la Rúa y a Alvarez el haber «trasladado la interna a la Instituciones de la República».


Las profundas lesiones abiertas en la Alianza con la renuncia del vicepresidente Carlos "Chacho" Alvarez, continuaban ayer al desnudo.

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