Generación eléctrica: los ejes que explican la baja en la tarifa de luz 

Durante los primeros 9 meses del año cayó el uso de combustibles líquidos en las usinas, más contaminantes y caros. Aumentó la generación hidroeléctrica un 84% interanual. Ambos impactaron en el precio estacional de la energía.

El abaratamiento en el precio estacional de la energía que anunció el Gobierno, y que tendrá impacto en la tarifa de luz de usuarios sin subsidios, se explica por diversos factores. Un cambio en la participación de las diversas fuentes de generación de Argentina originó la inusual reducción y también muestra la incidencia de los cambios naturales (sequía) y de las decisiones políticas. 

A nivel general, la reducción para usuarios denominados N1 (segmentación tarifaria) será de un promedio de 9%, para el período de noviembre a febrero de 2024, y tendrá un impacto variado en las diversas jurisdicciones del país. Esta caída se explica principalmente por una mayor oferta hidroeléctrica y una menor demanda combustibles líquidos en las centrales térmicas.  

Los datos se desprenden de los informes oficiales que elabora la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) de manera mensual y de información procesada por Energía On.  

En números

84%
es lo que aumentó a nivel interanual la generación hidroeléctrica en septiembre.

El abaratamiento en los costos de generación se explica por diversos factores: primero y principal, por un salto en la generación hidroeléctrica del 84% interanual en septiembre, que se originó por mayores caudales, respecto a los años anteriores, fuertemente marcados por una sequía más crítica. 

Esto fue el habilitador para que se reduzca la generación térmica, que en el mismo período registró una caída del 13,77%. Haciendo un doble clic (detalles adelante) las usinas de todo el país aumentaron el uso de gas natural y redujeron sustancialmente la quema de combustibles de mayor huella de carbono, como gasoil, fueloil y carbón mineral.  

La reducción en la tarifa de luz para los usuarios que no tienen más subsidios en Neuquén será de 7% para usuarios de Calf y de 3% para los del Epen. (Foto: Matías Subat)

La caída en el uso de líquidos y carbón en las centrales térmicas de todo el país, además de generar un impacto ambiental positivo, se traduce en un abaratamiento en el precio estacional de la energía, por menores importaciones.  

Como se marcó más arriba, este escenario muestra el impacto de los cambios que se originan en el abastecimiento del parque generador del país por los vaivenes climáticos y, en paralelo, por las decisiones políticas en cuanto al reemplazo de esa oferta.  

Por la imposibilidad (oferta en caída) de aumentar las compras de gas boliviano, los picos de demanda local se cubren, en menor medida, con la importación de energía eléctrica. En su mayoría con compras más grandes de Gas Natural Licuado y cargamentos de líquidos como gasoil y fueloil (dependiendo el año).  

En núemeros

36,7%
es la demanda de energía que se cubrió de la mano de las represas durante septiembre.

Según los datos del informe de Cammesa, la generación térmica en septiembre cubrió la demanda en un 41,4%, mientras que la hidráulica otro 36,7%. En menor escala, las renovables aportaron el 14,9% de la oferta y las centrales nucleares otro 7%. 

Exactamente hace un año, en septiembre de 2022, el 54% de la demanda eléctrica se cubrió con energía térmica; el 23% por las represas; mientras que las renovables y plantas nucleares aportaron el 16% y 7% restante.  


Energía eléctrica: la reducción en el uso de combustibles líquidos 


Durante los primeros nueve meses del año, se amplió la tendencia a la baja de la participación de los combustibles líquidos en las centrales. En paralelo, se mantuvo el salto en el uso de gas natural, más barato y con menor generación de emisiones. 

Los datos oficiales de Cammesa dan cuenta que, las centrales térmicas de todo el país utilizaron unos 1.233.000 metros cúbicos de gasoil. Se trata de una marcada caída del 40,14% interanual, respecto a los 2.060.000 metros cúbicos de 2022.  

En números

40,14%
es lo que cayó el uso de gasoil en las centrales térmicas de todo el país.

En el período de análisis se registró otra caída interanual drástica del 34,26% en el uso de fueloil. Según los datos oficiales se utilizaron unas 660.000 toneladas, mientras que en 2022 fueron 1.004.000 toneladas.

En cuanto al gas, los datos de Cammesa dan cuenta que se quemó un promedio de 40,11 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d) durante los primeros 9 meses del año. A nivel interanual se ve un salto del 5,24% (38,11 MMm3/d promedio 9 meses 2022) que además del salto en el volumen, es más barato y menos contaminante que el resto de los combustibles. 

Por último, el uso de carbón mineral en las centrales fue de 515.000 toneladas en el período de análisis. Equivale a una caída del 23% respecto a los mismos meses de 2022 (669.000 toneladas). 


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