Pese a las trabas, la actividad en Vaca Muerta se encamina a tener su mejor año
Entre enero y septiembre se completó un total de 10.693 etapas de fractura, el mejor parámetro para medir el nivel de actividad en la formación. Marca un incremento interanual del 17,5%.
Las compañías mejoraron su eficiencia para hacer más trabajos con los mismos sets.
El 2023 no ha sido un año sencillo para el desarrollo de Vaca Muerta no solo por el contexto macroeconómico nacional, sino en especial por las trabas a las importaciones que generaron serios inconvenientes. Sin embargo, el nivel de actividad en la formación shale medido en términos de cantidad de etapas de fractura se encamina a cerrar el mejor año de su historia.
En detalle, entre enero y septiembre pasado se completó un total de 10.693 etapas de fracturas a lo largo y ancho de Vaca Muerta. Este nivel de trabajos en el fracking marca un salto del 17,5% en relación con el mismo período del año pasado.
Si se lo compara también con lo sucedido en 2021, el nivel de actividad subió mucho más aún, un 47,18%, ya que en ese período se habían completado solo 7.265 etapas de fracturas.
De acuerdo al informe elaborado por la Fundación Contactos Energéticos, en lo que va del año el nivel de actividad que marcan estos trabajos necesarios para poder poner en producción los nuevos pozos, estuvieron en manos de once de las doce empresas que operan en la formación shale.
La única firma que hasta la fecha no realizó trabajos de fractura de pozos fue ExxonMobil, la misma firma que le puso el cartel de “en venta” a sus áreas de Vaca Muerta en julio pasado.
Literalmente la mitad de las 10.693 etapas de fracturas realizadas estuvieron a cargo de YPF que completó en estos 9 meses 5.385 punciones. La siguió Vista, la firma de Miguel Galuccio, con 1093 etapas; Pan American Energy (PAE) con 943; la petrolera del Grupo Techint, Tecpetrol, con 685; y Pluspetrol con 526.
Pampa Energía ya superó el total de actividad que había marcado el año pasado en Vaca Muerta y sumó 498 punciones; seguida por otra firma que también batió su registro del 2022 como es TotalEnergies con 487 etapas.
La lista se completa con Shell con 472 etapas de fracturas realizadas; Chevron con 317 en su primer año con fuerte actividad propia; Phoenix Global Resources (PGR) con 287 y Capex con 28.
El incremento de la cantidad de punciones realizadas hasta la fecha permite esperar que este año cierre con el récord absoluto de actividad, que es el del año pasado cuando se completaron 12.521 punciones.
A menos de 2.000 etapas de llegar a ese valor, todo dependerá de lo que suceda en estos últimos meses del año en donde el clima electoral tendrá un fuerte impacto.
En un escenario de cierta estabilidad de trabajos, podría esperarse que este 2023 finalice cerca de las 14.500 etapas de fracturas realizadas. Sin embargo, ese nivel podría verse afectado por el complejo escenario nacional y reducirse a poco más de 13.000 punciones, un valor pese al cual el buen desempeño de la primera mitad del año le permitiría al 2023 batir el récord histórico de actividad.
Vaca Muerta y las claves del incremento
Detrás de este récord de actividad en Vaca Muerta existen tres grandes factores. El primero y más claro es la ampliación de la capacidad de transporte. En gas natural la puesta en funcionamiento del Gasoducto Néstor Kirchner permitió a las empresas poder pisar el acelerador de sus desarrollos que el año pasado se habían visto limitados al no poder inyectar más gas en las redes.
Y en el petróleo sucedió lo mismo con la red de Oleoductos del Valle (Oldeval) primero ampliada indirectamente con la reapertura del Oleoducto Trasandino a Chile y luego con la primera mejora del programa Duplicar Plus.
La eficiencia de las operaciones es el segundo factor clave en este incremento de la actividad, ya que las compañías lograron incrementar notablemente la cantidad de fracturas realizadas por cada set, tanto en eficiencias puntuales como por medio de la técnica del dual frac.
Y finalmente, el tercer factor que incide en el incremento de la actividad es el contexto macroeconómico del país, que en momentos en lo que más dólares faltaron en el Banco Central llevó a una traba en las importaciones de insumos y herramientas que perjudicó el desarrollo de estos trabajos.
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