Enjuician a portero acusado de matar a una vecina

La víctima tenía 78 años y vivía sola en un departamento, en pleno centro de Bariloche. Le imputan haber actuado con ensañamiento y motivado por un reparto de dinero.

Alfredo Leiva

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La Cámara Primera del Crimen comenzó a debatir ayer la causa por la que llegó a juicio un hombre de 51 años a quien le imputan el delito de “homicidio calificado por ensañamiento y alevosía”, porque el fiscal entendió que mató a una anciana aprovechándose de la confianza que ésta le brindaba, actuando sin riesgo para su persona y con un nivel de violencia innecesario. La acusación refiere que el sangriento hecho ocurrió después de las 17 del 18 de diciembre de 2010 en el departamento de María Ángela Gerling (78), en el primer piso del edificio situado en Moreno 514 de Bariloche, cuando el imputado, Pedro Ibarra, aprovechando la confianza que despertaba en la mujer por ser el portero del edificio, la asesinó utilizando un elemento contundente y con filo, presuntamente un hacha de mano, con la que le asestó “repetidos golpes en la zona de su cráneo y rostro hasta quitarle la vida”. El mecanismo de producción del homicidio, para el juez Martín Lozada, quien estuvo a cargo de la instrucción del caso, “delata un altísimo nivel de violencia ejercido en contra de la víctima, absolutamente innecesario y en un marco de absoluta asimetría en materia de potencial físico-corporal entre el imputado y la occisa”. Aclaró que “el imputado emprendió su ataque sin que ello supusiera un riesgo cierto para su persona”, lo cual terminaría de configurar la agravante de la alevosía. Ibarra se entregó en la comisaría 28 después de varias horas y al saber que lo buscaban, y allí habría confesado el homicidio y la causa de ataque, originada -según su versión- en el reparto del producto de la administración fraudulenta que hacía del dinero de otra vecina, en complicidad con la víctima. La acusación le adjudica haber buscado el dinero mientras la mujer agonizaba, pero eso todavía no está probado. Ibarra se abstuvo de declarar ayer en el inicio del debate, pero no descartó poder hacerlo más adelante. Un hijo de Gerling relató cómo encontró la escena del crimen. Dijo que creyó en un principio que su madre había sufrido una descompensación por su condición de diabética. Describió al imputado como “amigo” de su madre y descartó el robo como móvil del homicidio. El suboficial que recibió a Ibarra en la guardia de la comisaría 28 declaró que el imputado se presentó tranquilo, dijo saber que lo buscaban y confesó que había cometido un homicidio. La concubina de Ibarra, Rosa Huanel, declaró con reticencia pero comprometió a su pareja. El defensor oficial, Gerardo Balog, reclamó que se asimilen la larga convivencia que los une y los tres hijos en común que tienen a las prohibiciones para declarar contra el acusado previstas para cónyuges y familiares directos. Huanel dijo que Ibarra mató a Gerling con un “hachita”, que manejaban el dinero de otra persona y que ese mes no le había dado su parte, y que había utilizado guantes que después descartó. El médico forense Leonardo Saccomanno atendió al imputado, lo notó afligido y con necesidad de hablar de lo que había ocurrido, aún contra el consejo de su defensor. La audiencia continuará esta mañana con la declaración de un nuevo testigo, la eventual ampliación de indagatoria de Ibarra y la presentación de los alegatos.


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