«Wayra» en Neuquén: el impresionante show de Fuerza Bruta se instala en el Ruca Che

La aclamada compañía de teatro performático ofrecerá seis funciones de su principal espectáculo con un impresionante despliegue técnico y escénico. Se presentará desde el martes 18 al domingo 23 de abril en el estadio Ruca Che.

Fuerza Bruta ya está en Neuquén y otros vientos soplarán en la ciudad: llega “Wayra”. Hace unos días ya que la compañía dirigida por Diqui James y Gaby Kerpel está montando el impresionante espectáculo de teatro, danza, baile y performance que se presentará en el estadio Ruca Che, desde el martes 18 al domingo 23. Un enorme despliegue técnico y escénico que desata los sentidos de un público al que todo le sucede encima y alrededor, literalmente. Escenas sin escenarios, “Wayra”, palabra quechua que significa viento, es, como todo lo que hace Fuerza Bruta, teatro de acción. Y la acción sucede, siempre, en todas partes.


Para abordar una obra como “Wayra” hay que entender Fuerza Bruta. Y para eso hay que volver a los performáticos y exploratorios años 80 en la Argentina. A mediados de aquella década, Diqui James ingresó en la Organización Negra, grupo escénico “undernativo” que en 1989 sorprendió al mundo con una performance inédita: escalaron el Obelisco. En 1992, con parte de ese grupo, fundó De la Guarda, acaso más festiva y menos oscura que la Organización Negra, pero igual de expansiva: ni allá ni acá, todo sucedía en todas partes. Y en 2005, con parte de ese grupo, Diqui James dio forma a Fuerza Bruta, cuya primera creación fue “Wayra”, estrenada en el Luna Park, en 2011.


Fuerza Bruta: teatro de acción



“Nosotros hacemos teatro de acción, nos gusta definirnos de esa forma”, dice de sí mismo Fabio D’Aquila, coordinador general de Fuerza Bruta, en un diálogo con RÍO NEGRO. “Cómo construimos el relato, la situación y cómo transcurren las cosas es claramente teatro. Lo que no es teatro es cómo nos presentamos: el público está de pie, la mayoría de las escenas suceden en el aire, el público participa de las escenas… Esto es lo que un poco nos separa del teatro y nos acerca más a los conciertos. Como concepto nos gustaba eso: darle al teatro esa cosa que encontrábamos nosotros en los conciertos”.


Wayra”, que en un principio se llamó “Look Up”, parte desde lugares oscuros y opresivos para llegar al estallido, la liberación y su necesaria celebración. Pero todo cambió con la pandemia. Si ya de por sí ninguna puesta en escena es igual a la otra, Fuerza Bruta lo es menos aún. Pero, como a todos, la pandemia lo reformuló todo al interior de Fuerza Bruta. ¿Hacia donde se supone que corre ese sujeto trajeado de blanco que no para de darse contra todo lo que se le cruza en su camino? Ese sujeto trajeado de blanco es el personaje de la escena más figurativa de “Wayra”, una especie de yuppie que camina, pero que luego corre como loco desesperada y furiosamente poniendo el cuerpo a todo lo que se le cruza por delante.

“Cuando la estrenamos y durante todo el primer periodo de shows, entre 2011 y 2015, estábamos convencidos que era de esa forma, el protagonista moría a los dos minutos de show (risas) porque queríamos transmitir eso, ese choque”, cuenta D’Aquila. “Las cosas fueron modificándose, particularmente por la pandemia. Nos hizo reflexionar muchísimo sobre lo que hacemos, sobre la obra que estábamos presentando”.

El último show de Wayra antes de la cuarentena había sido a fines de 2019 y recién pudieron volver para las vacaciones de invierno del año pasado, en Obras. Y volvieron con la idea de que algo (nos) había pasado, entonces resignificaron la obra. Si Fuerza Bruta y sus antecesoras se caracterizaron por una oscuridad que luego daba paso a una descarga de energía y generar una sensación de liberación; ahora, también se trata de eso, pero más luminoso y celebratorio.


“Antes, buscábamos ciertos elementos de choque, de presión y tensión para que después todo se liberen. El ejemplo más claro es el personaje del corredor. A ese tipo le empiezan a pasar cosas, correr, atravesar obstáculos, romper paredes , pasar puertas, le empieza a pasar de todo y dentro de esas cosas que le pasan, el tipo recibe un disparo, hay una explosión de sangre y muere . Lo que decidimos fue quitarle ese dramatismo, esa parte que hacía referencia a cosas mas oscuras, como la muerte o situaciones densas. Nuestra sensación, sobre lo vivido y sobre lo que pensamos del público, es que no quiere ya vivir cosas densas en esa etapa de reciente pospandemia, la búsqueda de lo que sentimos es una necesidad de celebración, poder liberar presiones y divertirnos y pasarla bien. Le dimos ese nuevo tono al show en general. Antes también pasaba esto, pero con unos relatos más oscuros y dramáticos, ahora es más para arriba”.


«Wayra»: despliegue escénico y desarrollo técnico para el arte



“Wayra” tiene varias escenas con un desarrollo técnico importantísimo. Una de ellas incluye una súper pileta con un fondo transparente súper finito. Dentro sucede toda una escena con chicas cuales sirenas en un mar sobre la cabeza del público. La otra escena está motorizada por el viento: es una globa que se expande sobre la cabeza del público, luego se infla y le sigue una interacción de actrices y un actor colgados que empiezan a jugar con esa globa y a interactuar con el público.


La escena del corredor, ocurre en la primera parte del espectáculo. Otra escena es una en la que el público queda “encerrado” detrás de una cortina plateada como si estuviera dentro de una lata y allí sucede una escena con las protagonistas corriendo como si fueran olas plateadas, algo muy visual.
Una parte más interactiva, más a tierra, que trabajamos con una murga porteña, “Los amantes de la Boca” y desarrollamos como una especie de murga propia en la cual nuestras actrices y actores terminan bailando y estimulando al público a que se vaya liberando. Se suma una especie de DJ, que nosotros llamamos arengador, con una música muy dance muy arriba”.


Pero, para saber de qué va todo lo dicho, habrá que estar allí. Debajo de ese mar contenido y frente al corredor alocado. Dentro de la lata y entre bailarines sinérgicos. Porque, como dirá Fabio D’Aquila: “El fuerte de nuestro espectáculo es vivir la experiencia colectiva del momento; y no tendría sentido si fuera ante unas pocas personas, no pasaría nada”.


Las entradas, desde $6325, se consiguen a través de ticketek.com.ar


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