García Hamilton y la ambigüedad del origen
"Don José. La vida de San Martín" es un "boom" editorial en Argentina. "Molesta porque sería bastardo, indígena o las dos cosas a la vez". "Hay gente infantil que quiere tener un Padre de la Patria ideal".
No sabe a ciencia cierta si la polémica sobre su libro «Don José. La vida de San Martín» es hija de la segregación o del autoritarismo. Tampoco tiene en claro si lo que molesta a algunos sectores -posiblemente- es que el Padre de la Patria puede ser bastardo o aborigen. O las dos cosas juntas. Con el escritor José Ignacio García Hamilton se cumplió con largueza la aseveración popular que sentencia «a río revuelto ganancia de pescador». Su obra es un verdadero fenómeno. Lleva vendido 70 mil ejemplares y va por la novena edición de Sudamericana. Hoy estará en la Feria del Libro, en el Museo del Parque, para firmar ejemplares y charlar con la gente.
Aunque haya escrito numerosos títulos «Azúcar y estudiantes» (teatro), «Vida de un ausente» biografía novelada de Juan Bautista Alberdi, «Cuyano alborotador, la vida de Domingo Faustino Sarmiento», poco se sabía de este tucumano nacido en el seno de una familia de prosapia. Los García Hamilton son dueños del diario «La Gaceta» de Tucumán, donde José Ignacio fue en los setenta, el secretario general de redacción y ocupó el directorio hasta hace tres años. Por estos tiempos está dedicado a escribir y atender su bufete de abogado en la capital federal.
La obra sobre Sarmiento, escrita hace tres años atrás, no recibió la resistencia ni la repercusión que la sanmartiniana. No obstante, fue invitado a disertar sobre el tema en Nueva York y Washington. Otro de sus libros «Los orígenes de nuestra cultura autoritaria (e improductiva)» un ensayo de hace algunos años, tampoco se acerca al fenómeno de venta de «Don José». Sin embargo, fue galardonado por la Secretaría de Cultura de la Nación con mención especial en el género Sociología, para la producción 1987-1990. Y a la «Vida de un ausente» la Fundación Kónex le otorgó el diploma al mérito.
Autoritarismo y segregación
Uno de los temas principales de su charla con «Río Negro» fue el autoritarismo fuertemente arraigado en los argentinos, que pudo vivenciar en carne propia. Es que, a partir de sus viajes al interior para presentar esta biografía novelada, ha recibido agresiones por parte de miembros de la asociación sanmartiniana de Rosario, reacciones adversas en Córdoba y un acto paralelo, de parte de ex liceistas (liceo militar) en Mendoza, que le gritaron «Viva Gregoria Matorras, madre legítima del Libertador».
– Podríamos ensamblar estos hechos con uno de sus ensayos «Los orígenes de nuestra cultura autoritaria (e improductiva)». Sin dudas somos autoritarios.
– Ha habido un brote autoritario sobre este tema. En sectores dogmáticos prefieren una visión cristalizada de San Martín europeo o hijo de españoles y con una familia legítima. Son minoritarios, pero tienen presencia: están en las academias y museos. Ha habido una reacción muy fanática e irracional. Hay gente infantil que necesita mantener la imágen del padre idealizado, porque no quieren madurar, crecer y asumir sus responsabilidades y entonces prefieren tener un padre de la patria idealizado y no revisar sus propias ideas.
– Usted está enterado de episodios de autoritarismo en derredor a la figura de San Martín.
– Un episodio de Junín de los Andes. Fue en el año mil novecientos treinta y pico. En la plaza céntrica, una vez se sembraron papas y como había un busto de San Martín fue el ejército a pisotear con los cascos de los caballos las plantaciones, porque lo consideraban un agravio.
Y en 1950 se clausuraron 49 diarios en el país, porque en algunas una de sus páginas no se ponía después de la fecha la leyenda «Año del libertador general San Martín», de acuerdo con una ley. Era una maniobra política para identificar a Perón que era presidente en ese tiempo con la figura sanmartiniana. Lo cuento porque el autoritarismo en derredor de su figura, no es nuevo. Y a veces se la ha usado, como elemento de opresión por parte de estos sectores.
– Joaquina de Alvear nieta de don Diego, escribió de puño y letra en un libro de contabilidad un diario donde afirma su parentezco con San Martín. ¿Se basó en ese documento?
– Hice una investigacion de varios años, cuando estaba escribiendo el libro. Primero escuché la versión por allegados y familiares y encontré una copia de ese documento firmado por doña Joaquina Alvear y Quintanilla de Arrotea en 1877, donde cuenta todos los personajes importantes dentro de la familia. Un álbum que escribe para sus descendientes. Señala que están los generales Madariaga, Piran y por parte de su marido descienden del virrey Liniers, del virrey del Pino y dice soy sobrina del general San Martín porque él es hijo de mi abuelo don Diego y de una guaraní. Este testimonio firmado es más que una version oral.
– El original lo tenía el genealogista Diego Herrera Vegas.¿Cómo se vincula lo suyo y lo de él? ¿Vio el original?
– No. Después que publiqué mi libro, me enteré que el original lo tenía Herrera Vegas. El me llama y me lo dice.
– ¿No se le ocurrió difundirlo antes que usted?
– Herrera Vegas hizo una reunión con gente del Instituto Sanmartiniano y según lo manifiesta en un reportaje de «Ambito Financiero» hicieron un pacto de silencio. Cuenta en esa publicación, que los del sanmartiniano le dijeron que el documento era importante, pero no era conveniente que se sepa.
– ¿Qué molesta tanto? ¿Lo bastardo o lo indígena?.
– Las dos cosas y ser hijo natural. No olvidemos que hasta hace muy poco no se permitía en los liceos militares, el ingreso de hijos naturales y por eso es que algunos dicen: ¡¿cómo es la cosa, por ser hijo natural no puedo ser militar y de golpe resulta que el ´Padre Nuestro´ era hijo natural?! Puede venir por ahí. Supongo que esto ha cambiado porque en la ley ya no existe la división entre hijos naturales y legítimos, pero quizás no cambien las costumbres en el espíritu general.
Feria del Libro: para ver y oír
NEUQUEN (AN).- Siete expositores abarcan la mayor parte de la oferta bibliográfica de editoriales del país y del extranjero. Hay materiales que no suele encontrarse en las librerías y curiosidades sobre ciencia, técnica, el ciberespecio y hasta los más sencillos libros de bolsillo para los pibes.
El público interesado puede asistir a los talleres y charlas que se realizan diariamente en la sala Rego, ubicada en Vuelta de Obligado y las ferrovías.
Hoy, entre las 17.30 y 19.30, se desarrollará el taller «El diario en la escuela» a cargo de la coordinadora regional Beatriz Vallejos. Esta formación continuará en la misma sala Rego, mañana, en el mismo horario. También hoy, a las 19.30, en el Museo del Parque estará José García Hamilton.
El lunes, a las 16, habrá un taller sobre la voz.
Eva Perón lo quería más blanco
Hace poco, el genealogista Diego Herrera Vegas, el historiador Hugo Chumbita y uno de los descendientes de Diego de Alvear, Ramón Santamaría, solicitaron un estudio profundo sobre los orígenes de San Martín. Se podría pedir el ADN.
«Respeto a quienes piden el ADN -confió García Hamilton-, pero como escritor no me disgusta un San Martín ambiguo: que puede haber tenido sangre indígena pero también era muy europeo por su temperamento. Era muy organizado, muy metódico, participaba de las ideas más vanguardistas europeas de la época, de las ideas de la revolución francesa, libertad, igualdad, fraternidad.
«Era masón y la masonería postulaba las ideas de ciencia, filantropía, tolerancia. Ahora, respecto a quienes piden el ADN, no es un detalle irrelevante, no es sin importancia. Pero es que el hombre, es hijo de sus obras. Lo importante en él, es lo que hizo, más que de quien era hijo».
«Rescato la parte grande de don José, y las debilidades, enfermedades y humillaciones que sufría porque la suegra le decía plebeyo, el cholo (mestizo), el indio. Pero también digo que tocaba la guitarra, pintaba sobre caballete, que se enamora cuando está en Lima».
«Pero se da una paradoja, poniendo los defectos para mi se hace muy querible. Muchos me lo dicen, este hombre se hace más proximo, al ponerle los defectos se hace mejor.»
Respecto del cuadro tardicional de banderas y laureles y al oscuro narigón que estaba oculto, comentó el autor: «Hay una anécdota de Evita Perón, que había llegado a la plaza en 1950, cuando se conmemoraban 100 años de la muerte y lo llama al secretario de Cultura y le dice: che, ese San Martín que está en la plaza es muy negro.
«Y entonces éste le responde: vea señora son cuadros de la época, San Martín era así. No. No, le dice, yo lo quiero más blanco, así que cambialo, ponelo más blanco».
Hasta ella, que defendía a los negritos».
Beatriz Sciutto
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