La historia detrás de Desértica, la cerveza artesanal que nació en 25 de Mayo y no para de crecer
Mariana Benítez estudió periodismo y gestión cultural y descubrió su vocación emprendedora casi por azar. Hoy lidera junto a su pareja un proyecto que ya planea abrir un hotel boutique.
“Hace diez años vinimos a vivir a 25 de Mayo, La Pampa, que es el pueblo de mi marido, Guillermo Cirer, con él y nuestros dos hijos, uno de ellos recién nacido. Trabajé en la Radio Municipal, pero enseguida vimos que había muchas posibilidades para desarrollar rubros que no había en la ciudad. En 2017 decidimos comenzar con la actividad de elaboración de cerveza artesanal, y lo que había sido un hobby de Guille en casa, se comenzó a convertir en nuestro emprendimiento. Poco a poco me sorprendí de ver que tenía una aptitud comercial y empresarial que no me conocía. Enseguida conectaba con la gente, con los clientes y los proveedores. Al poco tiempo, mi marido dejó su trabajo y ahora ya hace casi cinco años que estamos trabajando los dos exclusivamente en esto”.

Una familia emprendedora que no se detiene
Quienes conocen a Mariana desde siempre saben que ella es así: batalladora todoterreno. Y si es familia, muchísimo mejor. “Casi siempre tenemos la energía suficiente como para derribar todos los obstáculos que se presenten. Trabajamos muchísimo, y además nos gusta acompañar el crecimiento de nuestros hijos: que la escuela, que inglés o deportes. Para todo hace falta tiempo y atención”.

Una marca asociada al pueblo y en expansión regional
Lo que empezó como una pequeña fábrica casera comenzó a crecer. “Para hacer las cosas bien hay que invertir tiempo y dinero, así que –al principio– todo lo que ingresaba iba para comprar más fermentadores o barriles o equipos de frío. Y la gente empezó a conocer y a pedir nuestra cerveza. Fue muy bueno, porque nos la pedían para fiestas y para bares o restoranes, y hasta empezamos a vender en Santa Rosa, Sur de Buenos Aires, Roca y Neuquén”.

Hoy, Cerveza Desértica ya es una marca asociada a 25 de Mayo. Un gran cartel de la empresa luce en la avenida de ingreso a la ciudad, porque Maia y Guillermo tienen desde hace varios años la concesión del restaurante de la Terminal municipal. Y desde el verano le sumaron la concesión de una prestigiosa marca de helados del país.
Nuevas ideas y un sueño: su propio hotel boutique
“Siempre pensamos qué sumar a nuestros emprendimientos y a nuestra localidad. Eso nos llena de energía a diario. El próximo desafío es la construcción de un pequeño hotel boutique para lo cual estamos adquiriendo un predio en el ingreso a 25. Es un proyecto que tuvimos que presentar ante la provincia, que venimos trabajando hace bastante tiempo, y que pronto podremos comenzar a concretar”. Imparables, ellos.

“Hay veces en que la burocracia, o los impuestos, o tener colaboradores, se vuelve una carga pesada. Pero es hermosa la sensación cuando hacemos un evento, viene alguna banda de música al local y se llena de gente, y todos aplauden y se van felices de haber pasado un rato excelente. Ser emprendedor no es fácil, pero hoy siento que fue una buena elección de vida. Trabajamos mucho más que si fuéramos empleados, asumimos riesgos que a veces salen bien y otras mal, pero personalmente tengo libertad, decisión, iniciativas, ganas de progresar y siempre se nos ocurren otras ideas para cambiar y mejorar lo que hacemos. Trabajar en lo que a uno le gusta es buenísimo. Y siento que todo aquello que estudié en la universidad, de algún modo, contribuyó a lo que soy hoy, todo me dio herramientas y conocimientos útiles”.
“Hoy, el lugar que era ‘el pueblo de mi marido’ es ‘nuestro lugar’, donde nos sentimos acompañados y seguros para seguir creciendo en lo laboral y lo personal”, concluye Mariana.
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“Hace diez años vinimos a vivir a 25 de Mayo, La Pampa, que es el pueblo de mi marido, Guillermo Cirer, con él y nuestros dos hijos, uno de ellos recién nacido. Trabajé en la Radio Municipal, pero enseguida vimos que había muchas posibilidades para desarrollar rubros que no había en la ciudad. En 2017 decidimos comenzar con la actividad de elaboración de cerveza artesanal, y lo que había sido un hobby de Guille en casa, se comenzó a convertir en nuestro emprendimiento. Poco a poco me sorprendí de ver que tenía una aptitud comercial y empresarial que no me conocía. Enseguida conectaba con la gente, con los clientes y los proveedores. Al poco tiempo, mi marido dejó su trabajo y ahora ya hace casi cinco años que estamos trabajando los dos exclusivamente en esto”.
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