La hermana de Carlos Quintriqueo, involucrada en la fuga del tirador Jofré

A medida que avanza la investigación surgen más evidencias sobre la trama de complicidades que contribuyó a la huida de Luján Pedro Darío Jofré de San Martín de los Andes, luego de herir de un disparo a una empleada municipal y atacar a tiros a dos fotógrafos. Los nuevos datos comprometen al sindicato ATE y al entorno más cercano a su secretario general, Carlos Quintriqueo.

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A partir de registro de cámaras de vigilancia, fotografías y testimonios, el equipo de investigadores que conduce el fiscal jefe Agustín García agrega cada día una pieza al rompecabezas de lo sucedido el viernes 29 de julio a las 10:50, cuando grupos antagónicos de ATE se enfrentaron en pleno centro de San Martín de los Andes.

Jofré, un hombre que ingresó a la planta política sin concurso y tenía licencia gremial, estaba en la ciudad desde el día anterior. En medio de las corridas de personal municipal, vecinos y turistas, extrajo un revólver calibre 32 y efectuó varios disparos. Hoy está detenido con prisión preventiva, acusado de tentativa de homicidio.

Según pudo averiguar Río Negro, después de disparar Jofré tiró el revólver y se perdió de la vista de los policías que lo perseguían. Algunos de sus compañeros efectuaron maniobras de distracción para ayudarlo.

Cambio de vehículo

A poca distancia del lugar, una camioneta lo pasó a buscar. Se trata de una Toyota Hilux dominio AC504PM a nombre del gremio ATE. Durante un tiempo se pensó que en ese vehículo Jofré llegó a Neuquén. «Si existió operativo cerrojo de la Policía, no fue eficiente», dijo en su momento el fiscal general José Gerez.

Ahora se sabe que en esa camioneta, Jofré y al menos una persona más viajaron hasta Junín de los Andes, allí la dejaron y se subieron a otro vehículo con el cual siguieron hasta Neuquén, donde el tirador se entregó. Antes se tiñó el pelo y consiguió un defensor particular, Juan Coto.

El 3 de agosto, tal como informó Río Negro, un hombre y una mujer vinculados a ATE entregaron la Toyota en la comisaría de Junín de los Andes. La mujer es Mimí, una hermana de Carlos Quintriqueo.

Trascendió que cuando le preguntaron quiénes le habían dejado la camioneta, respondió que no sabía sus nombres, no supo describirlos físicamente, y el único dato que aportó fue que «no eran rubios».

Para entonces Jofré no se había teñido, o lo dijo para despistar. La cuestión es que desde ese día, la mujer ingresó a la lista de sospechosos de los investigadores.

Otras novedades

• Federico Egea se constituyó en querellante en representación de Elena Cabezas, la empleada municipal que recibió un disparo en la cadera. Es un abogado vinculado al mundo sindical; por ejemplo ejerce la representación de los trabajadores judiciales. Elena pertenece a una línea interna de ATE contraria a la conducción de Quintriqueo.

• Aún no concluyó el peritaje del proyectil que le extrajeron a la víctima, pero un análisis preliminar indica que es del mismo calibre que el revólver que portaba Jofré.

• Tampoco concluyó el análisis del arma, que tiene la numeración limada. Está confirmado que Jofré carecía de autorización para tenencia y portación; la procedencia ilegal del revólver agrava su situación.

• El defensor Juan Coto no hizo hasta el momento ninguna presentación en el legajo. Su deseo es llegar a juicio cuanto antes. Pero sospecha que la fiscalía buscará acumular imputaciones contra su cliente para intentar llevarlo a un juicio por jurados (reservado a delitos con penas superiores a 15 años de prisión). Por ahora parece improbable, pero se verá.