Los hospitalarios de Bariloche protestaron con una sentada en el Centro Cívico

Los trabajadores de Salud de la ciudad cordillerana mantienen sus medidas de fuerza, a diferencia de lo que ocurre en el resto de la provincia. Hoy se manifestaron en el epicentro turístico de la ciudad, engalanado para la Fiesta del Chocolate.

Una nueva movilización para sostener las demandas que llevan adelante desde hace varias semanas realizaron hoy los trabajadores de Salud en el Centro Civico, donde el protagonismo lo tuvieron los hospitalarios, pero con la nutrida solidaridad de organizaciones barriales, políticas, el gremio docente y hasta una delegación neuquina del hospital Castro Rendón.

La modalidad elegida esta vez fue una “sentada” a las puertas del municipio y también al alcance de las cámaras fijas ubicadas en esa esquina, que suelen difundir en tiempo real imágenes de la emblemática postal barilochense para la tevé local y nacional.

“La lucha de Salud es una lucha de todos los trabajadores: los que no llegan a fin de mes, los precarizados, los que reciben por estos días el telegrama de despido. Todos estamos en la misma. Que esta ofensiva no nos agarre en nuestras casas desanimados, hay que fortalecer la unidad” exhortó megáfono en mano Victoria Gracia, trabajadora social del hospital, quien transmitió uno de los primeros mensajes.

La movilización por el hospital convocó a una amplia variedad de organizaciones. (foto Chino Leiva)

Uno de los datos distintivos de la protesta fue el protagonismo creciente de los “autoconvocados” de Salud y el rol secundario ejercido por los gremios. El hospital de Bariloche se mantiene de paro por tiempo indeterminado, según lo resuelto por la asamblea, y solo con el apoyo formal de ATE.

Aun así la movilización fue muy numerosa y de fuerte carácter transversal, ya que hubo representaciones de la Unter, de jubilados, estudiantes de la UNCo; organizaciones políticas como el PTS, el PO e Izquierda Socialista; trabajadores del Conicet, de Vialidad Nacional, la UTEP, estudiantes secundarios y muchos vecinos que se organizaron en sus barrios para acompañar la lucha por la Salud Pública.

Los trabajadores destacaron que “el espíritu” de la covocatoria fue el mismo que reinó durante el abrazo al hospital del sábado pasado y dejaron en claro que el reclamo por mejores salarios sigue en pie y no conformaron hasta ahora las ofertas del gobierno.

El contraste con la fiesta

La decisión de salir a la calles estuvo signada esta vez por el interés de visibilizar el reclamo salarial entre los turistas, que la ciudad recibe en gran número por la Semana Santa, y de contrastar la zozobra económica que padecen los estatales con la Fiesta del Chocolate.

Hubo en la plaza una gran variedad de carteles de confección artesanal, con expresivos mensajes, que no pasaron desapercibidos. “El chocolate sin Salud tiene un sabor amargo”, “esenciales para el pueblo, invisibles para el gobierno”, “una fiesta en una ciudad sin hospital es un insulto para todos” fueron algunas de las leyendas. Otro cartel firmado por docentes pedía “un Ipross que funcione y que atienda la necesidad”, otro de los estudiantes de enfermería de la Universidad del Comahue y en referencia al personal hospitalario dejó sentado que “aprendemos de ellos, luchamos con ellos por la salud de todos”.

También se sumaron a la manifestación con su cartel de apoyo Natalia y Vanesa, dos integrantes de “Socorrista en redes”, una organización que asisten a mujeres decididas a abortar, quienes también padecen la crisis del hospital.

El valor de la unidad

Con un cartel colorido que elaboró su nieto y acompañado de su esposa también llegó a la plaza desde el barrio Tres Lagos Celestino Vera, un hombre de 80 años, con un hijo y una nuera enfermeros, quien quiso decir presente en la sentada. Aseguró que le debía mucho al hospital zonal porque tiene seis hijos, todos nacidos en ese centro sanitario, y por el recuerdo de un accidente grave del que fue atendido “en forma inmejorable”.

Adriana Lizaso, secretaria general de Unter, dedicó un encendido discurso de apoyo a la protesta y de reivindicación de los salarios docentes. También cosechó fuertes aplausos la intervención de Livia, una cocinera del hospital, con 27 años de trabajo, sin encuadramiento gremial, quien habló del cansancio que les causaba cargar con sueldos insuficientes.

Queremos sueldos que estén por arriba de la canasta familiar -señaló Livia-. El gobierno cree que con un básico de 350 mil pesos se vive en Bariloche. Hay compañeros que pagan alquileres de 400 mil pesos y cobran menos que eso. Es una tomada de pelo”.

También subrayó que al reclamo por los haberes se sumó otro que pide el levantamiento de la sanciones a 17 enfermeros, que están con la licencia suspendida y amenaza de despido por realizar las medidas de fuerza. “Es mentira lo que dicen, el servicio nunca se dejó de prestar. Parece la época de la dictadura”, denunció la mujer.

Los cánticos y exhortaciones de los oradores generaron un ida y vuelta en el que se coreó varias veces “salud, escucha, tu lucha es nuestra lucha”, junto al repudio a las medidas de ajuste impuestas desde el gobierno nacional y la exigencia a las centrales obreras para que convoquen a un “paro general”.

Fueron muchos los que destacaron la importancia de “unificar” las luchas gremiales. Y hubo referencias que parecieron concebidas para responder gestos o mensajes previos, como la cartulina de una trabajadora del hospital que decía “no queremos soluciones mágicas, queremos sueldos dignos e insumos para poder ejercer”. Otra concurrió con un cartel que decía simplemente “yo no renuncio, yo elijo defender la salud pública”.

La asamblea de Salud decidió formular una nueva convocatoria para mañana a la tarde en la calle Mitre, en el horario previsto para la confección y reparto de “la barra de chocolate más larga del mundo”.


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