Hay un 'menú' con suficientes atractivos

Armellini se convirtió en el rival a batir, tras sus dos 'pole'.

La mesa está servida y sólo hay que degustar de los 'platos'. No uno, sino cuatro en este caso, equivalentes a la cantidad de competencias que forman parte del ambicioso programa que la AVGR le preparó a la falange 'tuerca' de la región.

Eso sí, a levantarse temprano, porque a las 10 se levantará el telón con una sucesión de finales (Copa KIA, Desafío Chrysler y TC-2000) que derivarán en unas tres horas y media a vivirlas a toda velocidad.

Como oferta, de lo mejor. Ojalá el tiempo -lindo el viernes y amenazante ayer- acompañe, porque a la cartelera no le falta nada. Autos a granel y pilotos de primerísimo nivel.

En el TC-2000, como es habitual, habrá dos carreras (11,10 y 13.10), con la 'madrugada' de la KIA (a las 10, en punto) y la prueba intermedia de la otra monomarca, la Chrysler, a las 12.20.

El autódromo está alistado como en sus mejores galas. El decorado es el de siempre -si hay sol, la arboleda es más que suficiente- y desde hace 48 horas viene entregándose una actividad en pista cada vez más interesante, cobrando ayer ritmo pleno de carrera con las decisivas pruebas de clasificación, donde Lucas Armellini se convirtió en el amo absoluto del TC-2000.

«Tengo un auto que funciona bárbaro. Todo anduvo bien, por lo que ahora mucho dependerá de no errarle en la largada y hacer un trabajo inteligente en las dos carreras. Este es un circuito que no deja mucho lugar para pasarse. Por eso la partida será fundamental».

Lucas Armellini estaba exultante. El joven nicoleño (22 años, debutante en julio de este año en el TC-2000) había estacionado al Honda Civic en su box y el dibujo de una sonrisa de boca a boca exteriorizaba cuan particular era este momento. Acababa de construir nada menos que las dos «pole», algo que no es poca cosa.

Sin embargo… Y la memoria es la mejor referencia. Aunque Armellini no lo dijo, quizá por su mente haya pasado la ingrata experiencia del 22 de agosto en Bahía Blanca (carreras 13 y 14), cuando tras la excepcional actuación sabatina -también copando el primer lugar en las dos clasificaciones-, al día siguiente su auto lo dejó plantado.

¿Hacía falta recordarle ahora semejante desventura? No, pero probablemente no lo olvide y haya hecho todo lo posible para espantar a las brujas con el propósito de que no le pase de nuevo.

Como se esperaba, la clasificación acomodó un poco mejor a los candidatos. Eso sí, sin grandes mejoras en los tiempos. Apenas se limaron unas 500 milésimas los tiempos de los ensayos. Un modelo de compuesto más duro y una pista donde la adherencia no es la ideal (además, bajó la temperatura ambiente casi diez grados en relación con el viernes), el récord de los récords (Martin, con 1.07.127 de julio del '97) se mantiene imbatible.

Lo bueno de la propuesta para hoy es que el contingente viene parejo. Con 19 autos metidos en un segundo para la primera carrera y 15 en igual 'brecha' para la segunda, la perspectiva habla de guerra sin cuartel. Y habrá ritmo endemoniado, pero es fatal quedar fuera de la caravana, en un circuito que en sus 2.600 metros tiene escasos sitios para pasar.

Todo indica que Honda es el auto a batir, porque además del 'poleman, el «Pato» Silva y Nelson García apuestan a lo grande. Los Escort están al acecho. Gabriel Ponce de León se coló segundo para la primera final, con Daniel Cingolani y Luis Belloso ocupando los puestos cuarto y quinto. En la segunda, sólo Henry Martin se metió de cuña entre los autos japoneses que hoy dominan la categoría.

Después, a suerte y verdad. Sorprende lo del equipo Mitsubishi por las dos aristas tan opuestas. Mientras Gabriel Furlán se ufanaba de su sexto lugar para la carrera que irá de remate, el «Flaco» Traverso masculló la bronca toda la tarde porque no pudo hacer caminar a su auto en un escenario donde la historia lo tiene como el más ganador: 8 victorias en 16 presentaciones.

Ni hablar bajo la 'tienda' de VW, donde se hacen figurillas para explicar que los males de Hernández, Altuna y Tuero radicaban en la falta de adherencia de sus autos.

El complemento (ver pág. 63 ) entusiasma. Es que en el Desafío Chrysler, el motocrosista barilochense Nicolás Madero hizo el 'uno' (1.20.852) con los Pisandelli (Fabián y Juan Cruz) -hijos del siempre admirado Alfredo que en las décadas del setenta y ochenta era una de las figuras del automovilismo zonal- pisándole los talones. En la Copa KIA, lo mejor fue de Marcos Fernández (1.21.810) con Ernesto Bessone (h) a 89 milésimas y tercero el allense Julián Crespo.

Traverso y el dolor de ya no ser

Era entendible el humor del «Flaco» Traverso. Un piloto como él, con 8 triunfos -algunos memorables- en 16 presentaciones del TC-2000 en Roca, con toda la fama encima e idolatrado por doquier, penó con el Mitsubishi tanto el viernes como ayer. No pudo ir más arriba del puesto 17 (así largará la segunda carrera, porque en la anterior estará en el vigésimo lugar) y cada vez que entraba en boxes, mejor ni hablar.

Para colmo, parece que le avisaron mal del tiempo que disponía en la última tanda y cuando bajó del auto, enfiló derecho hacia la torre para expresar el desencanto. El «todo bien» con un gesto bastante hosco que le dio a algunos movileros, explicaba el ánimo del ramallense. Y con justa razón. En rigor, no se merece este presente.


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