Medicina en General Roca: Cómo curaban a los pioneros sin hospital ni antibióticos (I parte)

Antes de los antibióticos y los avances de Koch, la salud en nuestro pueblo se defendía con coraje. Repasamos la épica de los cirujanos militares, el polémico enfrentamiento entre la medicina y el Padre Stefenelli, y la lucha por levantar el primer hospital civil, un sueño frustrado por la gran inundación de 1899.

El ejercicio de la medicina no era una profesión, sino una odisea en un asentamiento militar recién fundado. Los primeros héroes vestían uniforme: los cirujanos del ejército, doctores Miguel Gallegos y Apolinario Martini, junto al médico jujeño Marcelino Vargas.

Su noble tarea se realizaba en un vacío de conocimiento. Años antes de que la ciencia identificara al enemigo invisible (Koch aún no descubría los bacilos de la tuberculosis ni del cólera), nuestros médicos libraban una lucha a ciegas.

  • La anestesia estaba en sus comienzos, sin el potente alivio que la cocaína ofrecería más tarde.
  • La cirugía apenas era reconocida al mismo nivel que la medicina.

Mientras más de cuatro mil hombres marchaban hacia el sur, la sanidad colapsaba. Como bien lo relató Leandro Toledo, la falta de hospital, remedios y recursos hacía que «las enfermedades más simples se hacían crónicas e incurables». Las venéreas causaban estragos, pues la ciencia aún no descubría sus agentes causales.


El Primer Refugio (1883-1892)

La primera señal de organización llegó con la estructura militar. En 1883, el Coronel Godoy informó de la existencia de un «grande, sólido y cómodo edificio» destinado a hospital y botica, el primer centro de salud formal en el Fuerte General Roca.

La vida comunal avanzaba. Tras la constitución del gobierno comunal en 1887, se creó la Comisión de Higiene en 1888. Sin embargo, el primer médico municipal llegaría recién el 23 de enero de 1892: el doctor Carlos Keslin.

El Dr. Keslin tuvo que enfrentarse de inmediato a una crisis social. Ante la proliferación de enfermedades sexuales, denunció la situación a las autoridades, recibiendo una estricta autorización para «revisar a todas las mujeres» y tomar medidas contra los casos contagiosos, solicitando con urgencia remedios a la guarnición militar.


El Escándalo del Curanderismo: El Padre Stefenelli

Uno de los capítulos más coloridos y polémicos de la época fue el enfrentamiento entre la medicina formal y la fe.

El misionero salesiano Padre Alejandro Stefenelli fue acusado de curanderismo por los médicos municipales, doctores Cols y Faccioni. Lejos de negarlo, el sacerdote se defendió argumentando que con sus prácticas «se podía hacer mucho bien a los cuerpos y a las almas».

El rigor legal fue contundente: el Consejo Municipal elevó la denuncia a las máximas autoridades provinciales, imponiendo la multa correspondiente. El conflicto fue tan serio que una segunda denuncia por el ejercicio clandestino de la medicina fue elevada directamente a la Comisaría de Policía.


Hacia el Primer Hospital Civil y la Catástrofe (1896-1899)

El esfuerzo de la sociedad civil por la salud se materializó en septiembre de 1896. La comunidad recaudó 419 pesos destinados únicamente a la construcción del primer hospital civil. En ese mismo año, el médico Cristóbal Carbajal fue nombrado para la «asistencia a pobres».

La organización avanzaba:

  • 10 de mayo de 1899: Se prohíbe la venta de medicamentos en los negocios al instalarse la primera farmacia formal.
  • La aparición de una epidemia de viruela obligó a nombrar una Comisión de Higiene para inspección y vigilancia.

La historia se detuvo abruptamente cuando las aguas desbocadas del río arrasaron con el naciente poblado.

El Renacer: A partir del 25 de septiembre de 1899, se ordenó la reconstrucción del nuevo asentamiento en una zona más alta. El Coronel doctor Isidro Lobo, héroe en la lucha contra la viruela, se convirtió en uno de los primeros médicos en radicarse en este «pueblo nuevo», simbolizando el paso a una nueva era de la medicina.

Dr. Isidro Lobo y familia. Esquina de España e Isidro Lobo (principios del siglo XX). El coronel, Cristina Graham e hija en el vestíbulo de su residencia

El ejercicio de la medicina no era una profesión, sino una odisea en un asentamiento militar recién fundado. Los primeros héroes vestían uniforme: los cirujanos del ejército, doctores Miguel Gallegos y Apolinario Martini, junto al médico jujeño Marcelino Vargas.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora