Holdouts: no hubo acuerdo y el país ingresa al default

Las negociaciones entre el gobierno y los holdouts fracasaron una vez más. Propuesta de bancos argentinos naufraga, pero las tratativas seguían abiertas. Fondo buitre dice que Argentina “eligió el default”.

FONDOS BUITRE

El fondo NML, que mantiene el litigio judicial con la Argentina por los bonos no reestructurados, declaró que el país “eligió el default”.

“Durante este proceso el mediador propuso numerosas soluciones creativas muchas de las cuales fueron aceptables para nosotros. Argentina se negó a considerar seriamente cualquiera de ellas y eligió el default”, sostuvo en un comunicado.

Este grupo comandado por Paul Singer obtuvo fallo favorable del juez Thomas Griesa en su pelea contra la Argentina, tras negarse a ingresar en las canjes de la deuda.

Una jornada intensa

La de ayer fue una jornada marcada por los intempestivos cambios de rumbo de la información, Argentina volvió a entrar en default, tras una negociación que fracasó en dos instancias: la del gobierno con la mediación del representante del juez Thomas Griesa y los holdouts, y las de los bancos privados que ofrecían comprar la deuda de los bonistas que no entraron al canje. Sin embargo, esta última posibilidad continuaba siendo una posibilidad latente anoche, lo que podía convertir a la cesación de pagos en una situación efímera. Todo este escenario en medio de un sugestivo silencio de los voceros de los fondos buitres.

A las 19 de la víspera, el ministro Axel Kicillof anunció que los fondos especulativos no habían aceptado la propuesta argentina, pero se negó a aceptar la palabra default y criticó al juez Griesa y a los holdouts con dureza.

Se les ofreció a los fondos buitre “ingresar al canje en similares condiciones a los de 2005 y 2010”, informó el ministro desde el Consulado en Nueva York. La oferta fue rechazada, afirmó.

“Argentina tomará absolutamente todas las medidas, acciones, instrumentos de nuestros contratos, del derecho nacional e internacional para que esta situación no se perpetúe en el tiempo”, indicó durante la conferencia.

Durante la exposición, el titular del Palacio de Hacienda dijo que el gobierno defenderá “los canjes de 2005 y 2010 que tan exitosamente hemos hecho”. “No vamos a tomar ningún compromiso que comprometa el futuro de los argentinos”, ratificó.

Mientras esto pasaba, Daniel Pollack, el mediador designado por el juez Griesa anunció que la negociación había fracaso una vez más. Y lo hizo en duros términos. “Los tenedores de bonos, tanto los del canje como los holdouts, sufrirán un daño cada vez más grave y el ciudadano argentino ordinario será la víctima real y definitiva”, aseguró Pollack. Y remató: “Argentina enfrenta un inminente default”.

Durante todo el día los mercados argentinos especularon con la llegada de un acuerdo exitoso que permita evitar la cesación de pagos. La Bolsa porteña subió más del 6% y el dólar paralelo tuvo un importante recorte en su cotización.

Tras el anuncio por parte de Kicillof de que no se había alcanzado consenso con los holdouts, empezó a tomar cuerpo que la propuesta de los bancos argentinos encabezados por el titular del Macro, Jorge Brito, de comprar los bonos en poder los fondos especulativos -alrededor de 1.200 millones de dólares según el fallo de Griesa- había sido aceptada por los holdouts. Esta iniciativa contaba con el apoyo del jefe de Gabinete Jorge Capitanich y del titular del Banco Central, Juan Carlos Fabrega, enfrentados con el ministro de Economía.

El efímero optimismo se derrubó en cuestión de minutos aparentemente marcado por la interna dentro del gobierno nacional antes mencionada. (Ver nota aparte)

La primera en cambiar la situación de la deuda argentina fue la calificadora Standard & Poor’s, que bajó la nota desde CCC- a SD (default selectivo) luego de que el país no pagara a término (después del período de gracia) los intereses del Discount por u$s539 millones. Estos son los fondos que bloqueó el juez Griesa en junio pasado.

En las reuniones que tuvieron los representantes de los banqueros en las oficinas de Pollack, que fue negada de manera despectiva por Kicillof, se analizaron dos propuestas. La primera consistía en entregar una garantía de unos 250 millones de dólares -otras fuentes dicen que los buitres pedían 400 millones- y que el juez Thomas Griesa repusiera el stay hasta fin de año cuando vence la cláusula RUFO y entonces se completara el pago del fallo a los fondos liderados por Singer de más de 1.300 millones.

La segunda era que los bancos privados compraran la totalidad de la deuda a Singer y los otros fondos, la atesoraran hasta fin de año y eventualmente el gobierno les devolviera la inversión más comisiones. Ambas propuestas presentaban dificultades técnicas para su implementación.

Redacción “Río Negro”


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