Inés y Oscar Ragni: «Ni odio ni venganza, justicia»

Son los padres de Oscar, quien sigue desaparecido. Piden que no haya limitaciones a la prensa en el juicio.

NEUQUÉN (AN/ACE) – «Debe quedar bien claro que los organismos de derechos humanos, que hace 30 años estamos reclamando en la calle, no alentamos el odio ni pedimos venganza, solo pedimos que se haga justicia y que los responsables reciban el castigo que se merecen».

Inés y Antonio Oscar Ragni son los padres del estudiante de arquitectura Oscar Alfredo Ragni, la única de las víctimas de los hechos que serán ventilados en juicio oral desde el mes que viene que sigue desaparecida.

Desgranaron la enorme expectativa que tienen, plantearon objeciones a las limitaciones que habría para transmitir las jornadas por la prensa, pero destacaron su conformismo por haber llegado a esta instancia crucial después de tanto sufrimiento.

«A los imputados los conocemos, cuando les íbamos a preguntar por nuestro hijo y por lo que estaba pasando eran quienes nos decían que no sabían nada, pero se ha demostrado que sabían todo. Ahora, lo que pedimos es poder mirarlos a la cara, por eso no estamos de acuerdo con que coloquen mamparas de vidrio para protegerlos», señalaron.

Inés y Antonio participaron el miércoles de una reunión con los jueces que habrán de conducir el juicio, en la que les informaron detalles de las audiencias.

Además de pedir que no se coloque la mampara, también solicitaron que se permita a los medios de prensa transmitir en vivo y en directo las audiencias. «Porque no sólo las víctimas, los miembros de los organismos y los familiares de las víctimas quieren seguir el proceso, sino también la sociedad y sabido es que no todos podrán ingresar a las audiencias», precisaron.

No obstante, remarcaron que esperarán una resolución favorable a sus planteos y que, de cualquier modo, «no podemos dejar de reconocer que es de gran importancia haber llegado a esta instancia. No se puede olvidar que hace 30 años que estamos luchando para que se haga justicia. Lo otro se enmarca en la ansiedad, en la gran expectativa que tenemos».

Opinaron que, a diferencia de otros sectores que pretendían que este juicio incluyera a todos los responsables, «nosotros creemos que no se podía esperar a juzgarlos a todos a las vez. Con este juicio empezamos, que es lo importante. Ya ser verá cómo seguimos».

El joven Ragni fue secuestrado de casa de calle Mascardi a las 11:30 del 23 del '76, por un grupo de tareas que estaba comandado por un policía federal, según se identificaron.

David Lugones y José Giménez -fallecido-, quienes fueron llevados a «La Escuelita» dijeron haber reconocido la voz de Ragni. Se especula que el joven estuvo en ese centro clandestino, donde padeció tormentos, al menos hasta enero de 1977.


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