Javier Lombardo, un actor ante los números de la tele

BUENOS AIRES, (Télam).- Javier Lombardo, uno de los intérpretes del multipremiado filme «Historias mínimas», parte del elenco de la exitosa novela «Padre Coraje», nuevo integrante del espectáculo escénico «Cómico-Stand Up 2» y protagonista de la cinta «Dolores de casada», que se estrenará el 2 de setiembre, consideró que «el rating es despiadado».

«El negocio de la televisión se rige por los números y eso afecta al actor tanto cuando el programa mide bien de rating como cuando anda mal de público», reflexionó Lombardo en charla con Télam.

Al cabalgar sobre esa ambivalencia, comentó que «se vive con frustración cuando los números no dan, pero lo peor que podés hacer es sentirte Gardel si la tabla te favorece».

Haciendo eje en esa variable que parece imponer el ritmo de la tevé vernácula, Lombardo juzgó que «el rating es despiadado y, si bien no llega a condicionar la labor del actor, provoca que se busque un culpable cuando los números no dan o son menores que los esperados».

Yendo más a fondo en su crítica mirada sobre la incidencia del rating en la pantalla chica, apuntó que «lo que está pasando con los programas y los horarios demuestra que la tevé está muy loca y, parece, va a seguir así hasta que el espectador, que tiene un as en la manga, la apague y se vaya a leer un libro».

Hasta que llegue ese momento, Lombardo disfruta de su presente en «Padre Coraje», donde compone al compinche del personaje central encarnado por Facundo Arana, en una novela que, destacó, «está muy bien hecha».

«Estamos haciendo una tira -insistió- que en lo formal arriesgó mucho y que en lo visual tiene una factura de indudable calidad».

Puesto a valorar otra faceta saliente del ciclo nocturno del 13, el también partícipe en los filmes «El descanso» y «El favor» resaltó que «hay momentos en que cuesta creer que 'Padre Coraje' sea diaria y pasen tantas cosas, aunque ese ritmo se siente en la exigencia de trabajo de todo el equipo».

– Pese a tanto trajín, igual se animó a sumarse a «Cómico Stand Up 2» (junto a Peto Menahem, Diego Reinhold, Martín Rocco y Sebastián Wainraich)…

– Sí, porque es un género que siempre me gustó y que pude probar durante los dos años que hice «El Club de la Comedia» en televisión.

– ¿Qué es lo que más le atrae de este formato?

– Básicamente la libertad total para encarar cualquier tema que, como en este caso, tuve la posibilidad de escribir yo mismo.

– ¿Qué asunto aborda en «Cómico Stand Up 2»?

– Escribí un monólogo donde hago un repaso por cosas cotidianas hasta que llego al punto central, que es la vinculación entre el sexo y la tecnología.

– ¿A qué atribuye el auge de piezas basadas en monólogos en la cartelera teatral porteña?

– Hay una razón económica, ya que los gastos son menores (son personas con la sola compañía de un micrófono), pero también artística, porque es un género que en Estados Unidos tiene 200 años de vida y acá está prendiendo porque la gente aprecia el riesgo y la exposición que encierran esas historias narradas cara a cara.

– ¿Cómo vive su regreso al cine para protagonizar junto a Mirta Busnelli la comedia «Dolores de casada», que es el primer filme que dirige Juan Manuel Giménez?

– Con entusiasmo, porque se trata de una historia muy reconocible en la que una pareja con más de 20 años de matrimonio decide separarse pero entonces se da cuenta de que estaba mejor en la convivencia que en la distancia.

– Ante esa multiplicidad de actividades en diferentes ámbitos, ¿puede decir cuál es el que prefiere?

– Si digo cuál elijo mentiría, porque los tres me nutren y requieren trabajos diferentes. La tevé es agotadora pero tiene una masividad increíble, mientras que el teatro y el cine requieren de una mayor elaboración del actor pero indudablemente tienen llegada a menos público.