Bariloche: el policía imputado por el femicidio de su novia tenía un antecedente por violencia de género
El sospechoso de haber efectuado el tiro que mató a Estefanía Civardi fue imputado por el homicidio agravado y le impusieron cuatro meses de prisión preventiva.
La audiencia de formulación de cargos al policía sospechado del femicidio se hizo este jueves en Bariloche. (foto Alfredo Leiva)
La madrugada del miércoles una detonación retumbó en el interior de una vivienda, que está ubicada en la calle Radales 856 de Bariloche. El sonido traspasó las paredes, según relató un testigo a los investigadores. Nadie imaginó que en el interior de ese domicilio, Cristina Estefanía Civardi había recibido un tiro en su cuello que provocó su muerte.
La joven no estaba sola en su vivienda. El empleado policial Emerson Rubén Marín estaba con ella. Era su novio desde hace un mes. Y es el principal sospechoso para la fiscalía, porque el proyectil calibre 9 milímetros salió de su arma reglamentaria. La víctima tenía 22 años.
El recorrido letal del proyectil
La fiscal jefa Betiana Cendón atribuyó este jueves al policía, de 34 años, el homicidio de la joven que ocurrió, según la hipótesis preliminar de la fiscalía, alrededor de las 2 del 30 de julio último, en el domicilio de la víctima.
Cendón relató ayer que mientras la joven estaba recostada en su cama, ubicada en la planta alta de la vivienda, Marín le efectuó un disparo a corta distancia con su arma reglamentaria. La bala impactó en la región lateral derecha de la tráquea.
Indicó que el proyectil siguió una trayectoria vertical ascendente, ligeramente de izquierda a derecha, de adelante hacia atrás, con orificio de salida en la zona occipital derecha, provocándole destrucción encefálica y causándole la muerte de manera inmediata.
La fiscal calificó de manera provisoria el hecho atribuido al sospechoso como un homicidio triplemente calificado por el vínculo, por haber sido cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género (femicidio) y mediante el empleo de un arma de fuego. El Código Penal sanciona ese delito con la prisión perpetua. No hay otra pena posible.
El sospechoso llamó a una compañera de trabajo
Cendón sostuvo los cargos contra el sospechoso con el acta de procedimiento policial, que hizo personal de la comisaría Segunda, donde cumplía funciones Marín. También contaba con las declaraciones que en la fiscalía tomaron a los dos policías (compañeros de trabajo del imputado) que fueron los primeros que llegaron al domicilio.
Cendón dijo que Marín llamó a una compañera de trabajo que estaba de guardia y ella se presentó en el lugar de la tragedia, con otro policía. Indicó que el sospechoso no se comunicó con el 911, para informar lo que había sucedido.
Los policías avisaron a la fiscal de turno, Alejandra Bartolomé, que pidió la intervención de personal de Gendarmería tal como lo indica la directiva de la Procuración, cuando el sospechoso de un hecho delictivo es un empleado de la Policía de Río Negro.
Los fiscales tienen otra directiva de la Procuración: cuando ocurre la muerte violenta de una mujer, deben de iniciar la investigación como un femicidio. La fiscal dijo al juez de garantías César Lanfranchi que contaba además con informes preliminares de la autopsia y del perito balístico.
Lo que escuchó un vecino
También, dijo que contaban con la declaración de un vecino que relató que había escuchado murmullos y una detonación, porque su vivienda es contigua a la de la víctima. Ese testigo dijo que había escuchado: “qué hice o qué hiciste”. No estaba seguro. Afirmó que era la voz de un hombre.
Cendón dijo que la víctima estaba en su cama con su mano derecha hacia afuera, pero el arma estaba apoyada en una mesa de luz. Explicó que, según el perito balístico Roberto Nigris, “una segunda bala en boca tenía el arma”.
“Nigris explicó que es mucha la fuerza que hay que hacer para sostener o empuñar el arma luego del primer disparo para que quede habilitado el segundo disparo”, comentó. Dijo que era muy difícil que la víctima tuviera la fuerza para hacerlo. Cendón pidió cuatro meses para investigar el caso.
Y adelantó que la familia de la víctima, que estaba en la sala donde se desarrolló este jueves la audiencia de formulación de cargos en el edificio de Tribunales de John O´Connor al 20, se constituirá como querellante en la causa.
La teoría de la defensa
El defensor particular Estanislao Cazaux, que asistió al imputado en la audiencia, junto con su colega Mauro Lezcano, no cuestionó la imputación de la fiscalía.
Pero adelantó que trabajarán para demostrar que el hecho ocurrió de otra manera. Fuentes judiciales plantearon que para la defensa existe la posibilidad de una autodeterminación.
Tras escuchar a la fiscal y la defensa, Lanfranchi admitió los cargos contra el policía, que fue separado en las últimas horas de la Policía rionegrina. El juez habilitó la investigación del caso durante cuatro meses. En ese plazo, la fiscalía y la defensa deberán recolectar pruebas para corroborar sus hipótesis.
Una antecedente de violencia de género
Cendón pidió la prisión preventiva para el sospechoso porque alegó que si estaba en libertad podía entorpecer la investigación.
Dijo que la familia de la víctima y testigos tienen miedo. Y advirtió rasgos de la personalidad de Marín que se tienen que tener en cuenta y destacó que se le otorgó en 2023 una probation por hechos de violencia con la expareja, en la zona de la costa atlántica rionegrina.
La fiscal advirtió que «todas las comisarías están abarrotadas de detenidos del mismo modo que el penal 3». Sostuvo que deben garantizar la seguridad de Marín que es un empleado policial. Por eso, pidió que cumpla la prisión preventiva en la comisaría 10 de San Antonio Oeste garantizando la conectividad para él sus defensores. La defensa no se opuso.
Lanfranchi le impuso la prisión preventiva a Marín hasta el 1 de diciembre en la comisaria 10 de SAO . Mientras se organiza su traslado seguirá alojado en la comisaria 36 de Dina Huapi.
La madrugada del miércoles una detonación retumbó en el interior de una vivienda, que está ubicada en la calle Radales 856 de Bariloche. El sonido traspasó las paredes, según relató un testigo a los investigadores. Nadie imaginó que en el interior de ese domicilio, Cristina Estefanía Civardi había recibido un tiro en su cuello que provocó su muerte.
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