Una pelea callejera terminó en tragedia en Choele Choel: hubo condena a prisión condicional

Una discusión, una pelea, un golpe en el rostro y una caída fatal. Una pelea callejera terminó con un hombre muerto y otro condenado a 3 años de prisión condicional. El agresor pidió perdón y el acuerdo fue homologado.

Todo ocurrió en una de las primeras noches de verano en Choele Choel. Las calles del barrio Villa Unión ya estaban en silencio cuando un llamado alertó a la policía: un hombre yacía inconsciente en la vereda. El reloj marcaba las 21:39 del 7 de enero. Al llegar, los uniformados encontraron al hombre asistido por los propios vecinos, casi sentado y con rastros de sangre en la nariz y en los oídos. La ambulancia no tardó en llegar, pero nada pudo evitar lo inevitable: al día siguiente, el hombre falleció en el hospital.

José Esteban Correa Carrasco tenía 69 años y acababa de salir de un comercio en la esquina de Namuncurá y Kennedy cuando, sin un episodio previo, recibió un golpe. El agresor, Eladio Marcelo Huenchuqueo vestido con una remera blanca, lo sorprendió en la vereda. No existía rencor previo. Fue un golpe que devino en una caída fatal y tragedia. Luego, vendrían los informes médicos: múltiples sangrados intracraneales, fractura en la base del cráneo, pérdida de conocimiento y el peor final.


El juicio, el perdón y la condena


El caso fue investigado por el fiscal Germán Balditarra. La defensa, a cargo de Josefina Santos, y la fiscalía llegaron a un acuerdo pleno que fue homologado por el juez de Roca, Emilio Stadler. La calificación legal propuesta fue homicidio preterintencional.

El agresor fue condenado a tres años de prisión condicional, con estrictas pautas de conducta: presentaciones trimestrales ante el IAPL, prohibición del consumo de alcohol y drogas, y la obligación de mantenerse a más de 100 metros de los hijos de la víctima.

Durante la audiencia, el agresor casi rompió en llanto. «Estoy arrepentido, no fue mi intención. Se que una cosa como esta no se puede arreglar, pero quiero decir que no quise hacerlo. Me gustaría pedirle disculpas a sus familiares«, dijo ante el magistrado.


Un acuerdo con el aval de la familia


El agresor no tenía antecedentes penales computables. El caso se sustentó en actas policiales, entrevistas a testigos que reconocieron al imputado por su vestimenta y en informes del hospital que detallaron la gravedad de las lesiones. La familia de la víctima, con el dolor aún fresco, aceptó el acuerdo.

Otro dato importante es que, tras el acuerdo, se renunciaron a los plazos recursivos. La Justicia dio un cierre a una historia marcada por una noche de violencia repentina y por un desenlace irreversible. Una discusión sin sentido terminó con una vida, y aunque la condena sea condicional, el peso de lo sucedido acompañará al condenado durante mucho más que tres años.