Viedma: fuertes críticas de la defensa de un imputado de un homicidio a la fiscalía que investiga el caso
El defensor particular cuestionó en la audiencia de reformulación de cargos que el Ministerio Público Fiscal no tenga en cuenta que en la escena del crimen había vainas de otro calibre al que usaron para matar a la víctima. Alega que su asistido disparó para defender su vida. Los acusadores tienen otra teoría.
El único hecho en la que la fiscalía, la querella y la defensa están de acuerdo es que la noche del 9 de mayo del año pasado, en la intersección de las calles 22 y 23 del barrio Mi Bandera de Viedma, mataron de un disparo con un arma de fuego a Jorge Yamir “Coco” Nahuelcheo, de 16 años.
La fiscal Paula de Luque y la querella, representada por el abogado Diego Sacchetti, le atribuyen a Isaías Barrera haber sido el autor del disparo con un revólver calibre 32, que mató al adolescente.
La defensa no niega que el imputado disparó. Pero el defensor particular Damián Torres planteó que hubo circunstancias que la fiscalía omite en los hechos que le imputa a Barrera. Así lo planteó el defensor en la audiencia de reformulación de cargos, que solicitó la fiscalía y que se hizo este miércoles, en Viedma. Torres criticó a la fiscalía por la investigación del caso porque, en su opinión, no es objetiva
El juez de garantías Adrián Dvorzak dirigió la audiencia y admitió los nuevos cargos que la De Luque le imputó a Barrera, con la adhesión de la querella.
Los hechos que la fiscalía y la querella le atribuyen al imputado
La fiscal recordó que el 11 de mayo del año pasado le imputó a Barrera el hecho que ocurrió el 9 de mayo del 2024 a las 21.14, en la intersección de las calles 22 y 23 barrio Mi Bandera de Viedma, cuando disparó con un arma de fuego tipo revolver, calibre 32 largo contra “Coco” Nahuelcheo.
Relató que el proyectil ingresó en la región posterior inferior del hemitórax izquierdo y le causó una hemorragia interna y murió. La fiscal calificó legalmente el hecho como un homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Este miércoles, la fiscal le atribuyó a Barrera haber sido quien el 9 de mayo del 2024 luego de las 21.15, en la intersección de las calles 20 y 23 del barrio Mi Bandera de Viedma amenazó a un joven “apuntándole con el revólver calibre 32 largo apta para el disparo ante el reclamo por la muerte de Nahuelcheo”. Calificó el hecho imputado a Barrera como amenazas agravadas por el uso de armas.
Mencionó como evidencias la declaración del joven amenazado, que relató que había escuchado los disparos esa noche del 9 de mayo del 2024, porque vive en esa dirección. Declaró que salió de su domicilio y advirtió lo que había ocurrido. Afirmó que conocía a la víctima y al imputado.
El testigo dijo, según la fiscalía, que Barrera se le acercó y él le dijo al sospechoso: “¿Qué hiciste?” Y el imputado le apuntó con el arma. Se alejó, pero el imputado seguía apuntándole con el arma hasta que su madre lo abrazó interponiéndose ante esa amenaza, de acuerdo al relato de la fiscal.
De Luque dijo que contaba además con la declaración de la madre del joven amenazado. La fiscal le atribuyó un tercer hecho a Barrera que fue la tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil.
¿Y las vainas calibre 22?
El defensor planteó que los hechos relatados por la fiscalía cumplen con la formalidad que exige el Código Procesal Penal de la provincia. Pero advirtió con relación al primer hecho que “la fiscalía soslaya, que no lo menciona, que más allá del revolver calibre 32 que se le imputa a Barrera había un calibre 22 en el lugar”.
“Y la pregunta es ¿de quién era ese calibre 22? Claramente no está imputado al señor Barrera, ¿entonces de quién era? Y (de) la evidencia surge clara y contundentemente, que ese calibre 22 era de la víctima o de las personas que estaban allí. Eso quiere decir que en ese lugar había dos armas”, sostuvo Torres.
“Entonces, me pregunto y le pregunto a la fiscalía ¿por qué ese punto no lo contempla la fiscalía?”, insistió el defensor.
“No solo esto surge de la evidencia de todos los testigos, sino del propio croquis del área de Criminalística que allí había vainas servidas de ese calibre 22”, indicó.
“Allí había vainas servidas de ese calibre 22 y en la reconstrucción surge que uno de los jóvenes que estaba en el lugar tomó esa arma y corrió a Barrera disparándole”, advirtió.
La teoría de la defensa
Torres observó que la fiscalía “no tiene la misma vara contra el señor Barrera que contra los demás que estuvieron en ese lugar, porque si no la calificación de ese hecho sería completamente distinta”. “Los antecedentes de las personas que estaban en ese lugar. No queda dudas de que si Barrera no hubiese actuado como actuó su vida estaba en riesgo”, afirmó Torres.
Planteó que, ahora, “nos agregan dos hechos, la misma fiscalía y la misma querella, pero los hechos que surgen del caso que debieron investigarse como de quién era esa arma o la corrida de una de las personas que estaba allí al señor Barrera con el arma disparándole, no los investiga la misma fiscalía”.
“O casualidad, el fiscal en jefe dividió los casos y los investiga otro justamente con una finalidad detrás”, sostuvo Torres. “Por eso, en el hecho segundo lo que se ve es esta divergencia. La fiscalía está armando un caso para acusar a una sola parte pero no arma un caso para verlo en su conjunto de que fue lo que pasó”, aseguró.
El defensor enfatizó que “no se condice con la evidencia colectada los hechos dos y tres” relatados por De Luque. Dijo que planteará todo en el control de acusación o llegado el momento en el juicio por jurados.
Torres volvió a preguntarle a la fiscalía ¿por qué no imputaron a nadie por las vainas de calibre 22 que hallaron en el lugar? ¿Le imputaron a alguien ese calibre 22?, ¿hicieron algo con eso? La respuesta es no. Porque hay una clara visualización de que la acusación tiene dos parámetros distintos para juzgarlo a Barrera”.
“No estamos conformes con ninguno de los tres hechos, hay diferencias de cómo sucedieron los hechos, pero es una discusión para la etapa del control de acusación”, dijo.
El juez aceptó el pedido de la fiscalía, la querella y la defensa de aplazar hasta el 5 de septiembre la etapa de la investigación preparatoria. Después, será la etapa del control de la acusación.
También, prorrogaron las medidas cautelares al imputado que está con prisión domiciliaria. Debe mantener el domicilio y no mudarlo, y tiene la prohibición de contacto absoluto respecto a los testigos y de acercamiento al barrio Mi Bandera de Viedma y de la madre de la víctima.
El único hecho en la que la fiscalía, la querella y la defensa están de acuerdo es que la noche del 9 de mayo del año pasado, en la intersección de las calles 22 y 23 del barrio Mi Bandera de Viedma, mataron de un disparo con un arma de fuego a Jorge Yamir “Coco” Nahuelcheo, de 16 años.
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