Juzgan a un ginecólogo por dos casos de abuso sexual en Neuquén

Ayer el tribunal escuchó los testimonios de las víctimas, que son dos hermanas, y el jueves serán los alegatos. Luego los jueces decidirán si es responsable o no. Guillermo Focaccia ya había enfrentando una denuncia similar pero fue sobreseído en 2011.

El ginecólogo Guillermo Focaccia se sentó ayer por primera vez en el banquillo de los acusados. El fiscal Andrés Azar le imputó el delito de abuso sexual cometido contra dos jóvenes hermanas, que tienen 25 y 26 años, en su consultorio médico ubicado en el centro capitalino, durante los años 2014 y 2016. El tribunal -integrado por Ana Malvido, María Gagliano y Lucas Yancarelli- deberá definir si lo declara o no responsable de los hechos.

Está previsto que el juicio se extienda hasta el próximo jueves, día en que se desarrollarán los alegatos. Según relató el defensor, Juan Coto, el imputado fue el primero en hablar ante el tribunal y negó los hechos (ver aparte). Luego los magistrados oyeron el testimonio de las víctimas y de su madre.

La Ciudad Judicial, dónde se realiza el debate, amaneció empapelada con la cara del médico y la leyenda: “¡Pasá la Voz! Hay abuso en el consultorio”. La intervención estuvo a cargo de la Colectiva Feminista La Revuelta que acompaña a las denunciantes desde el inicio del proceso.

“Justicia sería que el delito no hubiera ocurrido, que no tuviéramos que estar acá, que estas chicas no hubieran sufrido el abuso que sufrieron en el consultorio. Estamos hablando de una persona que porta un apellido de mucho prestigio y entonces eso también dificulta denunciar, intimida a la hora de denunciar”, aseguró la activista feminista, Ruth Zurbriggen.

Nueve años atrás el ginecólogo fue acusado por un hecho similar, pero no llegó a juicio. El 6 de diciembre de 2011 los jueces Andrés Repetto, Luis María Fernández y Héctor Dedominichi lo sobreseyeron. En su resolución expresaron que “existió consentimiento de la denunciante para enfrentar la consulta desnuda.”

La joven que lo denunció entonces fue conocida como “AR”. Ayer “AR” pudo salirse del clóset de las iniciales: concurrió a la Ciudad Judicial, puso su voz y su rostro. “En ese momento yo no tuve la escucha de la justicia, de hecho tuve una cantidad de momentos de revictimización”, afirmó Soledad Roldán, profesora de la Universidad Nacional del Comahue.

Consultada sobre los motivos que la llevaron a presentarse públicamente con su nombre y apellido, contó: “Yo sentía que había que podérselo bancar, porque es mucha la exposición, uno escucha comentarios de desprecio hacia quienes denuncian. A eso uno le tiene que poner el cuerpo y bancárselo. Hay que transcurrir. Tiene que ver con estar más entera para poder sostener esto, más allá de que lo supieran muchos de mis compañeros de trabajo. No es que ha sido oculto, pero si es eso: poder sostenerlo con el cuerpo, poder sostenerlo con el camino que hice. Hoy siento que estoy acá de otra manera.”

El acusado negó los hechos

El imputado pidió hablar ayer ante el tribunal y efectuó su descargo. Lo hizo antes de que los jueces escucharan las declaraciones testimoniales de las dos víctimas y su madre.

El médico negó los hechos por los que se lo acusa, según contó su defensor, Juan Coto. Reconoció que ambas jóvenes fueron sus pacientes, pero dijo que las prácticas que las víctimas definen como abusivas son de rutina médica.

El fiscal Andrés Azar le imputó al ginecólogo los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante, tanto por el tiempo de duración como por el modo de comisión, continuado, en concurso real con abuso sexual simple, en calidad de autor. Los hechos que le enrostran ocurrieron entre 2014 y 2016.


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