La avenida Olascoaga, una pista de carrera sin control
Los vecinos que viven a lo largo de una de las principales arterias de la ciudad reclaman medidas de seguridad como reductores de velocidad. Grupos de conductores se convocan a través de las redes sociales para hacer picadas. Utilizan estos canales para alertar si hay controles de tránsito.
Un video del momento en el que dos jóvenes se caen de una moto y mueren por el golpe llegó a todos los celulares de Neuquén. Se los ve circular rápido, de noche, por la avenida Olascoaga. Se ve que hay espectadores que los filman. Se los ve caer. Lo que no se ve son lomos de burro, atenuadores de velocidad o autoridades controlando.
Según estadísticas de la organización Bien Argentino, el último año hubo en Neuquén nueve muertes por siniestro s de motos y en el 34% de los casos fueron jóvenes entre los 19 y 30 años (ver aparte).
Francisco Hoffmann (de 30 años) y Evelyn Díaz Sondermann (23) engrosaron esta fría estadística el domingo a la madrugada y sus muertes volvieron a poner en la agenda pública el reclamo por los excesos de velocidad que los vecinos que viven cerca del río realizan desde hace años. En el barrio Río Grande hablan de “zona liberada” y de “pista de carreras” para describir a los grupos que llevan sus estruendosas motos de baja y de alta cilindradas y autos tuneados a los bulevares de la avenida Olascoaga para hacer picadas y piruetas. Todo eso ocurre al ritmo de la música que hacen sonar a todo volumen.
Esta situación es conocida por la Policía y por el Municipio, las dos instituciones encargadas de controlar el tránsito en la ciudad, pero sólo la segunda puede gestionar que se construyan lomos de burro como piden los vecinos (ver aparte) y recomienda la primera.
Dos días después del accidente ningún funcionario municipal ha querido hablar con “Río Negro” sobre cómo se gestiona la seguridad vial en el lugar, ni qué medidas se tomarán después del siniestro fatal.
El comisario mayor Tomás Díaz Pérez, director de Tránsito de la Policía de Neuquén, explicó que aunque según sus estadísticas, tanto las alcoholemias positivas como su graduación han bajado y que secuestran tal cantidad de vehículos que los depósitos están saturados, no alcanza.
“La demanda de Neuquén capital no permite estar en todos lados al mismo tiempo”, resaltó el uniformado. Según su visión experta, lo más efectivo sería tomar una medida permanente como la instalación de reductores de velocidad.
Los “Rápidos y Furiosos”
Díaz Pérez aseguró que los grupos de conductores que se reúnen para demostrar las velocidades a las que pueden llegar sus motos y autos “llevan la fiesta a cualquier lado”.
Los puntos de encuentro se concentran en los extremos de la avenida que recorre la ciudad de norte a sur: cerca del río y en la plaza de Las Banderas. Allí hay circuitos implícitos, que tanto ellos, como los vecinos que viven en ambos sectores, conocen bien.
Se convocan a través de grupos de Whatsapp y de invitaciones a eventos de Facebook. Estos mismos canales utilizan para alertarse cuando se instalan controles de tránsito y el encuentro se cancela o se lleva a otro punto de la ciudad.
“A veces alguno cae”, contó Díaz Pérez y agregó que también se ha hecho seguimiento de esas convocatorias para poder actuar en el lugar.
Esto ocurrió el último fin de semana de marzo, con un operativo nocturno que finalizó con el secuestro de 20 motos por falta de documentación y una alcoholemia positiva.
Sin embargo, estas acciones no disuaden a los conductores. “Son hijos del rigor. Es un continuo tire y afloje”, lamentó el uniformado.
Las estrategias de los vecinos de Río Grande
La última estrategia que se dieron los vecinos del barrio Río Grande para poner un freno (simbólico y literal) a los excesos de velocidad es una petitorio pidiéndole al Municipio que construya lomos de burro sobre la avenida Olascoaga, desde la calle Aconcagua hasta la Democracia.
La acción es coordinada por quien hasta el año pasado era el presidente de la comisión barrial, Alvarito Quintana. El referente resaltó que las quejas por los excesos de velocidad y ruidos molestos son parte de una “eterna pelea”.
En la solicitud que el barrio le realiza al director de Tránsito, Facundo Churrarín, explican que desde el último lomo de burro, que se ubica a la altura de la calle Martín Fierro, la avenida se convierte en “una pista de velocidad” en cualquier momento del día.
El dato
- 9
- fueron las muertes en incidentes con motocicletas en el año 2018. El 34% fueron jóvenes entre 19 y 30 años.
- 12
- alcoholemias positivas se registran por semana en los controles. Si bien se redujeron respecto de otros años, el registro sigue siendo preocupante.
Belén y Franco, un triste antecedente
Un monolito de ladrillos se erige en la esquina de Montevideo y avenida Olascoaga, en sus paredes está el triste recuerdo de Belén Araya (19) y Franco Castro (16). Las fotos de sus rostros están desteñidas, pero la imagen de su caso sigue grabada de manera intacta.
Los jóvenes fallecieron el 21 de setiembre de 2008 a las 5:15, cuando José Hermosilla Soto (28) conducía por la avenida Olascoaga una camioneta Suzuki Grand Vitara que había comprado dos días antes. Según las pericias, tenía entre 1,4 y 1,8 gramos de alcohol en sangre en una época donde el máximo permitido era 0,5 . Regresaba de los festejos de su cumpleaños a una velocidad aproximada de 73 kilómetros por hora en una zona donde la máxima es de 25.
En Olascoaga y Montevideo perdió el control, se subió al bulevar de la avenida y atropelló desde atrás a Belén y Franco, quienes murieron en el acto.
El caso fue elevado a juicio y marcó un precedente en la provincia, porque fue la primer condena en el territorio neuquino para un conductor alcoholizado.
Por otro lado, hasta el momento era el único caso del país en que un conductor estaba preso por haber atropellado y matado a dos personas. Solo existía un precedente en el que un conductor fue condenado por homicidio simple con dolo eventual: el de Sebastián Cabello. Sin embargo la Cámara Nacional de Casación Penal revocó esa sentencia y lo dejó en libertad.
El monto de la condena de Hermosilla dejó “sabor a poco” en los familiares de las víctimas porque fue de tan solo cinco años.
En su momento, la querella había solicitado una condena a 25 años de prisión y la fiscalía reclamó 15. La defensa, por otro lado, había pedido la absolución del imputado porque consideró que no podía comprender la criminalidad de sus acciones ni dirigir sus actos debido a la gran cantidad de alcohol que había ingerido.
Hacen campañas de prevención con los jóvenes
En el 2018 murieron en Neuquén nueve personas en incidentes de tránsito con moto, es decir un 15% de las 62 personas que fallecieron en distintos hechos. El 34% de los casos involucró a jóvenes con edades entre los 19 y los 30 años. Las estadísticas marcan una hoja de ruta para quienes abordan la problemática de la imprudencia al volante.
Sandra Torres, titular de la ONG “Bien Argentino” explicó que los índices de siniestrabilidad con moticicletas son alarmantes y en ese contexto explicó que “esta semana comenzamos a trabajar con el SIEN una campaña de concientización con colegios secundarios.
Propusimos trabajar con distintas temáticas y lo que nos sorprendió es que los mismos jóvenes decidieron abordar el consumo responsable de alcohol y drogas a la hora de conducir”.
Sobre la situación de las picadas y la conducción imprudente sobre distintos puntos de la avenida, Torres explicó que “hemos ido a realizar campañas y hablar con los chicos en el lugar, porque los jóvenes que participan cuando ven un uniforme (de la policía) se van. A nosotros nos escuchan, pero después hacen lo que quieren”.
En la policía remarcaron que en los últimos dos años hubo una reducción de casos de alcoholemia positivos por semana, bajaron de 20 a 12.Por otro lado los valores también se redujeron: en el año el valor máximo que se obtuvo fue de 1,86 cuando “los valores altos superaban siempre los 2 gramos y algunos casos cercanos a los 3”.
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