Muerte de motociclistas en Neuquén: vecinos denuncian zona liberada

Afirman que el hecho se podría haber evitado si el municipio y la policía escuchara los reclamos que realizan desde hace años y que después de lo ocurrido no se reforzaron los controles. 

Luego de que una pareja de jóvenes petroleros murieran al derrapar la moto en la que circulaban por la avenida Olascoga de Neuquén, cerca del río, los vecinos denunciaron públicamente que el hecho se podría haber evitado si la policía y el municipio hubieran reforzado los controles, como lo reclaman desde hace años.

Desde hace unos cuatro años, entre quienes viven y tienen comercios en el barrio Río Grande han circulado planillas recolectando firmas para reclamar al municipio acciones directas. Muchos han hecho denuncias públicas en los medios locales, no sólo por los ruidos molestos sino por la seguridad de quienes circulan por la zona.

Por el momento, y mientras los vecinos advierten que pueden volver a ocurrir episodios como el de la madrugada de ayer, desde el municipio sólo hay silencio y ningún funcionario recogió el guante de los reclamos.

Oscar, vecino del lugar, coincide en que el problema supera los ruidos molestos que generan las motos de alta cilindrada, los autos tunning y los equipos de sonido y afirmó que es una zona liberada.

«Lamentablemente esto fue la crónica de dos muertes anunciadas. Lo lamento por sus familias, ellos murieron haciendo lo que aparentemente les apasionaba, que era la velocidad, pero se equivocaron de sitio. Esto es un paseo costanero y anda mucha gente de a pie, sentados y en bici. Niños y ancianos», reflexionó.

Además, Oscar cuestionó que anoche no se reforzaron los controles a pesar del siniestro fatal y centró sus críticas en los controles policiales: «si hacen algo, lo hacen mal». Describió que siempre se trata de los mismos grupos, que ya son reconocidos por los vecinos del barrio, y que saben que tienen un grupo de Whatsapp por el que son advertidos de la presencia de agentes y se trasladan a la Plaza de las Banderas.

Alvarito Quintana, quien estaba a cargo de la comisión vecinal hasta el año pasado (las elecciones se harán en junio), resaltó que se trata de una «eterna pelea», cuestionando al municipio por no darles respuesta. Enumeró los reclamos de los vecinos, tanto por los ruidos como la seguridad vial, como cuando hace tres años se quitaron dos atenuadores de velocidad ubicados sobre la avenida, a metros de la calle Aconcagua.

Para Quintana no se previeron las consecuencias de una obra como la del paseo costero , que atraería un gran flujo de visitas al lugar, ni se tiene en cuenta a los vecinos a la hora de gestionar la seguridad del sector.

En años anteriores el municipio inició algunas acciones para controlar la zona de la avenida que llega al balneario Río Grande, parte del paseo costero. Por ejemplo, en diciembre de 2016 se probó restringir el acceso desde las 23 a motos y autos con equipos de música, lo que se repitió un año después, cuando también se informó de multas por ruidos molestos a motociclistas.

Este Año Nuevo se reforzaron los controles, luego de que en la mañana de Navidad el sector se convirtiera en un basural. Sin embargo, las medidas no alcanzan para los vecinos y el accidente fatal los impulsó a renovar su reclamo.


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