La competencia ya está en marcha
El MPN como partido predominante y competitivo ya tiene en carpeta tres nombres para suceder a Omar Gutiérrez en un juego del tero virtual.
Competencia, predominancia y hegemonía. Son conceptos con los que se destila la política neuquina, según la óptica y el interés de cada sector.
Después del resultado de las elecciones intermedias, se comenzó a perfilar la renovación de la gobernación para el 2023 en el partido predominante y también en la oposición funcional.
“Voy a enfocarme en ser un buen diputado nacional”, dijo el electo legislador por el MPN, Rolando Figueroa. Eso respondió cuando le preguntaron si seguía en pie su intención de ser candidato a gobernador. Esquivó la respuesta para no entorpecer la interesada convivencia que logró con Jorge Sapag, Omar Gutiérrez y Guillermo Pereyra.
Así como hace el tero que simula empollar en un lugar pero tienen el nido en otro, el “desobediente” sabe que está en marcha un operativo no clásico para generarle un competidor desde el sector Azul del MPN.
Se trata del vicegobernador Marcos Koopmann con quien el oficialismo del partido predominante buscará mantener los hilos de la conducción neuquina. Mariano Gaido, intendente de Neuquén, jura y perjura que le interesa repetir otro período. En medio de la grieta entre Gutiérrez y Figueroa tras las PASO, pudo salir indemne de uno y otro sector e hizo valer su estrategia limitada a la ciudad de Neuquén para renovar el Concejo Deliberante. De todas formas “no hay nada cerrado, se verá cómo marcha el operativo Koopmann”, aseguró uno de los que conoce desde adentro la cocina Azul.
Quienes actúan por fuera del partido provincial aún no terminan de digerir los resultados, malos y buenos, de las elecciones del 14.
Este sector tiene cierta experiencia en las lides de construir un candidato. Jorge Sapag sabía que no podía ser reelecto, para no perder el poder hizo surgir voces que lo impulsaban a una tercera gobernación, como el grito del tero, para asustar a posibles predadores. Finalmente surgió en 2015 la figura de Omar Gutiérrez. Este, a diferencia de su antecesor, se agenció una convivencia interesada con Figueroa para no cruzar la línea de la gobernabilidad interna e inició el operativo para la sucesión. Todavía está pendiente si se terminó la tercera parte en el MPN o tiene sobrevida.
Como dijo un dirigente nacional en relación con Neuquén. Como es difícil de vencer al MPN sale más barato negociar apoyos a nivel nacional que invertir recursos en derrocarlo. Como un axioma, tanto los justicialistas como los radicales, en todas sus cepas y variantes, lo han repetido y no han invertido más que lo necesario para aparentar oposición frente a la predominancia. Después moldean el concepto de la hegemonía del partido-Estado y se autoconvencen.
En definitiva, el partido predominante tiene, hasta ahora, tres nombres de aspirantes a sentarse en el sillón debajo de la torre del reloj en la calle Roca y Rioja.
Por fuera se lo menciona a Darío Martínez, actual secretario de Energía de la Nación y formal titular del consejo provincial del Partido Justicialista. En Cambia Neuquén todavía no terminan de digerir el resultado del 14 aunque, como demuestra la trazabilidad del sector, nada indica que, de surgir una figura para el máximo cargo, el resto la vaya a respetar.
El excandidato a gobernador Ramón Rioseco habló despojado de las telarañas personalistas de los partidos grandes y ensayó una idea. Armar una PASO con toda la oposición al MPN, incluyendo a la izquierda, para resolver el candidato a gobernador y luego, copiar del mejor alumno que aprobó el examen, ir con listas colectoras para la Legislatura. Dijo que así lo había hecho el MPN y, si bien le salió un poco caro, logró cierta gobernabilidad y apoyo al candidato Gutiérrez.
Práctico y pragmático dijo que, en realidad, lo que interesa a la paleta de colores que integran el “afuera del MPN” es un espacio en cuerpos colegiados como una forma de sobrevivencia política y partidaria.
Nadie dijo “esta boca es mía” cuando expuso la idea. Es que no hay muchos interesados en verse en el espejo y admitir falencias, una característica que también profesa el “dentro del MPN”.
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