La firma que se gestó en la vieja YPF

La privatización de la petrolera en 1990 derivó en la creación de pequeñas empresas de servicios.En ese contexto nació una de las únicas firmas que hoy opera en la Cuenca Neuquina. Calibran instrumentos y válvulas.

No sólo la comarca petrolera de Cutral Co y Plaza Huincul padeció el impacto económico-social de la privatización de YPF en la década de 1990 sino que esa situación se replicó en cada punto del país donde la empresa estatal tenía operaciones. Sólo en el Complejo Industrial La Plata, también conocido como Polo Petroquímico, quedaron sin empleo unas 3.000 personas.

Mediante acuerdos con el sindicato y el ministerio de Trabajo, muchos de esos exempleados se fueron agrupando para conformar pequeñas empresas y prestar servicios a la YPF que quedó en manos de la española Repsol. Así nació Tisico en 1991, con su primer contrato para el servicio de reparación y calibración de instrumentos y válvulas de control.

“Pocos años después comenzamos a incursionar en los rubros de obras y montajes eléctricos de media y baja tensión, construcción de tableros de comando, instalaciones antiexplosivas y presurización industrial”, comenta Rubén Camilletti, presidente de la compañía desde sus inicios.

“Con una importante inversión extendimos la actividad hacia la construcción y los montajes, brindando todas las especialidades en obras y servicios industriales”, explicó. Aquella pequeña empresa tiene hoy 760 empleados, una importante flota de equipos y vehículos propios y durante 27 años presta servicios en forma ininterrumpida.

En números

27 años
de trayectoria ininterrumpida tiene la firma. Como otras compañías se creó luego de la privatización de YPF en 1990.

La vinculación de Tisico con la Cuenca Neuquina es de larga data. En la provincia tiene una base operativa en Plaza Huincul cerca de la refinería de YPF, donde brinda servicios desde hace doce años. “Además contamos con otra base más reciente de 7.000 metros cuadrados en Añelo, donde tenemos galpones y oficinas”, indicó Camilletti.

Si bien el principal cliente sigue siendo YPF, la compañía trabaja tanto para otras operadoras como con grandes empresas de servicio. “Hemos realizado muchos trabajos de zanjeo para oleoductos, gasoductos y acueductos con una máquina especial como la Trencor T1060, que además se usa para trabajos de pozos petroleros”, señaló.

En números

760
empleados hay en Tisco SA. En Neuquén tienen una base en Añelo y otra en Plaza Huincul.

Al respecto, detalló que “la diferencia de este equipo con otros métodos de excavación es la rapidez, ya que es la zanjadora que puede realizar más cantidad de metros de excavación por día, con capacidad para trabajar suelos rocosos y dejar todo listo para colocar el ducto y tapar”.

En sus dos bases operativas en la provincia Tisico tiene equipos propios como retroexcavadoras, motoniveladoras y grúas para distintos trabajos en yacimiento. “Vaca Muerta ubica a la Argentina como uno de los países del mundo con más alto potencial para el desarrollo de hidrocarburos no convencionales, así que somos muy optimistas”, cerró Camilletti.

Desde La Plata miran con buenos ojos el desarrollo de Vaca Muerta

Tisico SA se encuentra en el Complejo Industrial La Plata (CILP), que pertenece a YPF y es uno de los más importantes de América del Sur, con una capacidad de refinación de casi 200.000 barriles por día. Allí se procesan todas las variedades de crudo que se producen en el país para obtener productos lubricantes, parafinas, asfaltos y petroquímicos.

En casi tres décadas de trayectoria, desde su creación por necesidad luego de la privatización de YPF, la empresa se expandió hasta cubrir un amplio espectro de servicios que incluyen obras, montajes, mantenimiento y reparación de equipos industriales para el sector oil & gas.

El presidente de Tisico, Rubén Camilletti, aseguró que “el futuro de Vaca Muerta es prometedor si se logra una buena explotación” y consideró que “si bien algunos proyectos se demoraron en el último tiempo, en los próximos años va a aumentar la actividad, ya sea de exploración, perforación, y tendido de oleoductos y gasoductos”.

En este sentido, destacó que “para que todo eso se logre lo más importante es un ritmo sostenido de inversión, que además permitirá el crecimiento de áreas asociadas como la refinería y la petroquímica, ambas actividades demandantes de mano de obra especializada”.

Camilletti concluyó que “la situación económica y financiera afecta a todo el empresariado, aunque el impacto en el sector petrolero no es tan fuerte como en otros rubros”.


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