La geografía, un rival más para el deporte

Argentina tiene muchas bondades como espacio geográfico en el sur del continente americano. Distintos climas y relieves hacen del país una fuente inagotable de recursos, esos mismos que lo han sostenido económicamente a lo largo de la historia, pese al entreguismo que siempre está a la orden del día.

Pero en el deporte, las enormes distancias a recorrer por los equipos en distintas disciplinas son un gran escollo, difícil de superar.

Para la mayoría de los equipos argentinos en diferentes niveles, armar un viaje es empezar por presupuestarlo y resolver de dónde sacar el dinero para abonarlo. Las instituciones de mayor peso o categoría no tienen problemas, ya que están a la altura con sus sponsors, recaudaciones e ingresos por derechos de televisión.

Pero a medida que baja la categoría y el club en cuestión está más lejos de Capital Federal, los costos son cada vez más grandes y la complejidad para saldarlos es mayor.

En los últimos meses, el contexto inflacionario conspiró contra cualquier acción que implique un gasto. Hubo un 70% de aumentó en el precio del kilómetro de colectivo. Pasó de 25 a 40 pesos.

Tanto el deporte amateur como el profesional es más difícil de practicar en el interior. Una de las cuestiones básicas para potenciar una actividad es aumentar la competencia. Para ello es necesario obtener recursos que permitan trasladarse, tanto en la propia región, como también a lugares donde la disciplina que se practica es superior.

Los equipos de inferiores y primera división precisan viajar a otras provincias para afrontar competencias que den un salto de calidad. A menor edad, el deporte funciona desde un enfoque social como herramienta de contención y, en ese sentido, los viajes sirven como experiencia de vida y desafío deportivo.

En niveles de deporte profesional o semi profesional, donde hay otras cosas en juego, los torneos nacionales implican moverse a distintos puntos del país como parte del fixture. Primero los trazos pueden ser más cortos, pero a medida que avanzan los torneos los kilómetros aumentan.

Por estas razones, la mayoría de las competencias se regionalizan, es decir: la primera etapa de la temporada se juega por zonas donde los equipos se enfrentan según la proximidad geográfica.

Es así que se puede trazar un paralelo entre el básquet y el fútbol de ascenso. Así como en el Federal A los equipos de Neuquén y Río Negro tienen rivales de ciudades relativamente cercanas, lo mismo ocurre con el Torneo Federal de básquet (tercer nivel nacional) y la Liga Argentina (segunda categoría).

En ambos deportes, cuanta más participación regional haya, mejor será para los participantes. Así surgieron las invitaciones, con el objetivo de reacomodar los torneos y al mismo tiempo favorecer la presencia de los que ya estaban con la baja en los costos. Si bien los ascensos en el fútbol son mayormente por mérito deportivo, en 2014 se invitó a Deportivo Roca, Independiente de Neuquén y Alianza de Cutral Co para que formaran parte del Federal A.

Lo mismo ocurrió en el básquet con Petrolero, Centro Español y Del Progreso, que se fueron sumando y fortalecieron la Conferencia Sur de la Liga Argentina.

Las distancias a recorrer influyen en la cuestión presupuestaria y en el formato de disputa de los torneos.

La Copa Argentina, un alivio para los clubes que la juegan

Cuando Sol de Mayo y Deportivo Roca clasificaron al cuadro principal, los dirigentes de ambas instituciones mencionaron que la organización del torneo se encarga de la logística y el traslado.

La Copa se juega en sedes lejanas y la empresa Torneos y Competencias contempla traslado, hospedaje y comida. Además de enfrentarse con equipos de otra categoría en partidos televisados, para los planteles del ascenso la Copa Argentina representa un premio, porque cuentan con comodidades que durante el año, en general, es muy difícil tener.

El básquet y sus malabares

Para afrontar las dificultades que implica la combinación entre geografía adversa y economía ajustada, el básquet encuentra variantes. Una de ellas son las giras, donde los equipos de otros lugares llegan al alto valle de Río Negro y Neuquén y disputan entre dos y tres partidos contra distintos equipos para no tener que repetir traslado tantas veces al mismo sitio.

Es así que Villa Mitre de Bahía Blanca y Ferro de Puerto Madryn juegan varios encuentros cada vez que viajan a la zona de Allen, Cipolletti, Cinco Saltos y Neuquén por el Torneo Federal de básquet.

Cuando es a la inversa, los equipos de Río Negro y Neuquén llegan a jugar dos veces en un fin de semana contra el mismo equipo. Así le ocurrió a Cinco Saltos hace un par de días, ya que enfrentó el viernes y domingo a Ferro.

Ya lo habían hecho de esa forma Pacífico y Pérfora. Las fechas no siguen su curso nominal, sino que se planea para cumplir con todos los compromisos de la forma lo más sensata posible.

La Liga Argentina implementa otro recurso como los partidos en noches consecutivas.

Normalmente, en nuestro país los equipos de básquet profesional no tienen partidos en jornadas seguidas durante la temporada regular. Apenas se empleaba esa forma de juego en torneos cortos, como el Súper 4 de mitad de temporada, que reúne a los mejores de la primera fase y se resuelve en dos días.

Para la 2018/2019, la Asociación de Clubes, que regula y organiza el certamen, determinó que en las giras de tres juegos, los equipos puedan disputar dos de ellos en noches consecutivas.

Hay un desgaste importante desde lo físico y los entrenadores se ven obligados a rotar más veces de las que muchas veces quisieran, pero no deja de ser un vuelta de tuerca para que la competencia pueda subsistir.

En el fútbol eso es imposible de hacer, ya que la preparación física, la superficie en la que se juega y el propio deporte, no permiten recuperar a los jugadores para desarrollar el juego con normalidad. A nadie se le cruza por la cabeza que se jueguen dos partidos seguidos contra el mismo rival por el simple hecho de abaratar costos.

Ese ‘‘achique’’ de gastos apenas ocurre cuando el fixture hace jugar a algún equipo entre semana en la misma zona en la que tiene un partido pendiente, como le ocurrió a Villa Mitre durante el último Federal A. Cumplió los minutos de un cotejo pendiente contra Cipolletti, que se había suspendido por incidentes, y visitó Independiente en La Chacra de Neuquén Capital durante la misma semana. En vez de volver a Bahía Blanca, el plantel se quedó en la zona.

Lo que se hace en el básquet tiene puntos a favor y en contra. Es que el programa de partidos que no tenga correlación lineal puede hacer que toquen los rivales más accesibles al final o al principio según se decida.

Por otra parte, es una vía de ahorro que suma a la hora del balance total, en una coyuntura donde la plata nunca sobra.

Para concluir, la cuestión geográfica influye en el desarrolle de toda actividad. Los casos del fútbol y básquet regional sirven para evidenciar una realidad con la que tienen que convivir los jugadores, dirigentes y hasta los propios hinchas.

Provincias con tamaño de país: una realidad ineludible

Varios países europeos o de primer mundo tienen otra inversión en la rama deportiva. Eso se plasma en las competencias internacionales, por ejemplo los juegos olímpicos, donde los que puntean el medallero son casi siempre los mismos países.

Pero se mencionó anteriormente, fortalecer las competencias internas es uno de los aspectos a tener en cuenta para potenciar las distintas disciplinas.

En este sentido, hay países que tienen una gran ventaja, como los europeos.

Mientras las provincias argentinas tienen extensiones importantes, como Neuquén (94.078 km2) y Río Negro (203.013), hay países del viejo continente que tienen superficies similares en tamaño y la movilidad es mucho más sencilla.

Es el caso de España (505.990), Francia (643.801) e Italia (301.338).

Si a eso se le suman buenas vías de comunicación, como trenes y rutas en estado adecuado, el traslado es mucho menos traumático en relación a sudamérica. Eso permite que para cualquier deporte sea más accesible tener más y mejor competencia con equipos (y/o jugadores) del mismo país o de otros distintos inclusive.

De Bilbao, en el norte de España, a Málaga en el sur, hay 920 kilómetros. Es menos de lo que tienen que viajar Independiente de Neuquén, Cipolletti y Deportivo Roca para jugar con Alvarado en Mar del Plata en la fase regional del Federal A (950).

En un caso más extremo, la superficie de Neuquén es más del doble en relación a la de Portugal (92.212).

En general, la otra gran diferencia está en el valor que se le da al deporte como arma para el desarrollo social e imagen ante el mundo. Si no sería difícil de explicar cómo Estados Unidos (9.834), China (9.597) y Rusia (17.098. 242) dominan los medalleros de muchos deportes.

En parte eso se debe a la gran cantidad de habitantes y a su condición imperialista-dominante desde lo económico. Pero es pertinente mencionar que también hay razones vinculadas a la inversión que cada país hace en este plano, donde Argentina tiene menos presupuesto año tras año.

En la primera fase del Federal A, el equipo zonal que más camino recorrió fue Sol de Mayo de Viedma con 8.156 kilómetros. Lo siguieron Independiente de Neuquén (8.080), Cipolletti (7948) y Deportivo Roca (7588).