La industria, en el peor momento de los últimos diez años

La mejora en la actividad durante junio deja afuera al sector manufacturero. Altas tasas y devaluación entre las causas.

Redacción

Por Redacción

La actividad económica comenzó a dar signos de rebote en junio, con un alza del 2,6% interanual. Sin embargo, la base de comparación es un 2018 con una muy mala performance, y la mejora que reflejan las estadísticas se sustenta solo en el agro, que en los últimos doce meses muestra una mejora del 49,5% según el Indec. El propio FMI volvió a reconocer esta semana que durante 2019 la economía no se recuperará, y que se espera una caída del 1,3% en el Producto Bruto Interno (PBI) hacia el cierre del año.
En ese marco, el momento que atraviesa la industria nacional es particularmente preocupante, en tanto diferentes factores hacen que en diferentes rubros, la situación sea crítica.
En este sentido, se conoció esta semana el Índice de Producción Industrial (IPI) que elabora la consultora Orlando Ferreres, referido al mes de junio. El informe indica que la actividad industrial cayó un 1% interanual en el mes de junio, y acumula una merma del 6,9% en el primer semestre del año, en relación a la primera mitad del año pasado.
El dato, implica que el nivel de actividad industrial en 2019 es el menor de los últimos diez años, y que el registro actual en la serie del IPI, es muy similar al que se registraba en el año 2009, lo que revela la profundidad del parate.
El mismo informe, detalla que en ciertos rubros, la caída es alarmante. Es el caso de la fabricación de maquinas y equipos, que en el primer semestre se contrajo un 27,2% respecto al mismo periodo de 2018. Algo similar sucede con la industria de metales básicos, que cayó un 11,8% entre enero y junio. En tanto la producción de bebidas se redujo un 9,4% y la de minerales no metálicos un 7,8%.

La industria nacional vive una tormenta perfecta, con demanda deprimida, sin acceso al crédito, y con insumos importados más caros por la devaluación.


Existe un cúmulo de factores que inciden para tal configuración en la matriz productiva nacional. El primero radica en la contracción que experimenta el mercado interno dada la política monetaria ortodoxa aplicada por el Banco Central desde octubre, en sintonía con el ajuste en el marco del acuerdo con el FMI.
El alto nivel que exhibe la tasa de interés producto de la misma política, refuerza el desincentivo al consumo y a la inversión productiva. El Índice de Inversión Bruta Mensual (IBIM), también elaborado por Ferreres, estima que la inversión en términos físicos cayó un 11% en el mes de mayo y acumula una baja del 14% en lo que va del año.
La evolución del tipo de cambio, es otro factor a tener en cuenta. Tal vez no es el de mayor peso en medio de una recesión larga como la actual. Sin embargo, gran parte de la industria nacional sigue utilizando insumos y partes que provienen del exterior. Durante el último año, el incremento de los costos de este tipo de elementos que suelen ser indispensables para la producción, duplica la inflación en pesos. Asimismo, la apertura obliga a muchas pymes industriales a competir en desigualdad de costos con empresas del exterior, lo cual en muchos casos se torna insostenible.
Las noticias sobre el cierre de plantas, la suspensión de personal o el inicio de un concurso de acreedores, se suceden a diario afectando tanto a gigantes de la industria como Arcor, a empresas históricas como Alpargatas, a pequeñas alimenticias como la fábrica de galletitas Tía Maruca o a multinacionales como Puma.
Entre aquellas que logran sobrellevar la situación, el corolario es una capacidad instalada subocupada, con sectores virtualmente paralizados. El último informe del Indec al respecto, señala que la capacidad se utiliza al 62% en términos generales, mientras que en sectores como la industria automotriz las máquinas funcionan al 32%, en metalmecánica al 49,9%, o en textil al 54,6%.

En números

6,9%
La caída de la industria durante la primera mitad del año 2019, en términos interanuales.
32%
La utilización de la capacidad instalada en el sector automotriz. En el rubro textil llega al 54,6% y a nivel general al 62%.

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