La política entre espasmos y acciones

El veranismo calienta calderas para ponerle calor a un acto con mensaje único: la interna. Será en Roca, el 9. En el peronismo Soria y Del Bello se miran de reojo y hacen del Alto Valle un lugar donde nada pueden descuidar. El resto de los partidos avanza hacia las elecciones con desigual paso en materia de alistamiento.

Todos saben que las elecciones están zanja por medio.

Pero algunos las miran desde el azul propio del frío: todavía no arrancaron.

Otros, en cambio, ya están en plena campaña consumiendo sus artificios.

En el radicalismo rionegrino -por caso-, entre veranistas y no veranistas se afirma una colisión que tiene mucho de franca y también de sórdida. El trofeo que espera en un punto del tiempo por venir no es menor, claro está: la candidatura a gobernador.

En el PJ, por su parte, la embestida de los hasta ahora únicos dos precandidatos -Carlos Soria y Juan Carlos del Bello- no logra hacia dentro del partido bloquear la impresión de que en cualquier momento alguien más se sienta a la mesa de las aspiraciones.

El Frente Grande, mientras tanto, se acostumbra al ritmo vertiginoso que le impone su primer juglar y candidato: Julio Arriaga. Ya cerró su fórmula. Y cual audaz correcaminos, el intendente de Cipolletti deja polvaredas densas en la geografía provincial en procura de un único objetivo: sumar fuerzas.

El resto de los partidos consume sus horas pispeando por aquí y por allá, para decidir sin la melancolía de tiempos mejores, un rumbo que les dé sentido en el largo y travieso proceso de la historia.

Así están, por caso, Argentinos por una República de Iguales, aún organizándose, y el MPP, PPR y etc., etc.

En cambio, humilde en número de dirigentes y militantes pero firme en convicciones, el 14 de octubre el Partido Humanista se convirtió en la tercera fuerza política de la provincia.

No ignora que quizá por mucho tiempo aquella épica jornada cuente como única en la historia del partido. Pero con una mesa que conduce sin gritos ni chillidos, el humanismo va a las elecciones con la serenidad de quien no quiere enjuagarse con el montón.

Pero volvamos al grandote de la política rionegrina: la UCR.

De cara a las elecciones internas, su ala más poderosa -el veranismo- decidió mostrar los músculos. Un mensaje de vía única a su rival, el no veranismo, que lideran el vice Bautista Mendioroz, el legislador Fernando Chironi y el intendente de Roca, Ricardo Sarandría.

Para exhibir sus bíceps y tríceps, y también a su precandidato a gobernador Miguel Saiz, el veranismo eligió un gimnasio donde campea con soltura: Roca.

Todo sucederá el 9, al caer la tarde. Y tendrá la forma de movilización y discursos varios que cerrará fogosamente su líder, Pablo Verani.

La elección de la fecha no tiene nada de casual. Porque al día siguiente, en Viedma, los radicales darán rienda suelta al debate en esa pasión que los acompaña desde sus primeros balbuceos: la convención. Un ritual insustancial en materia de poder real en el partido, donde, como decía Julio Roca, siempre mandan los «caudillos y los orilleros, nunca el cerebro».

Conclusión: el veranismo quiere ir al palique de Viedma con su poder luciendo a charol. Y pasearlo ante sus adversarios según venga la dialéctica del palique: palmada o gruñido.

Y en el peronismo en tanto corren los días como las aguas bajo los puentes de Budapest: tan veloces y ruidosas que llegaron a extasiar a los poco románticos militantes de Atila.

Y en la carpa peronista el paso del tiempo pone crecientemente en jaque la posibilidad de lograr una lista de unidad. Y ya se sabe, en este partido la confrontación siempre le mutila poder.

Soria -uno de los precandidatos a gobernador- está instalado en Roca. Del Bello, el otro arcabucero, salta constantemente sin la gracia de la mariposa entre la Capital Federal y este o aquel punto de la provincia.

Pero los dos hacen del Departamento General Roca su teatro de operaciones más exigente. No podía ser de otra manera: ese espacio cobija no menos de 169.000 electores habilitados.

De la mano de un grupo de docentes liderados por la legisladora Eve Adarraga y Amelia Gómez, el sorismo comenzó el sábado en Godoy a definir su propuesta para educación. En días más la sumará a un dossier donde ya se habla de fruticultura y reforma del Estado.

Y Del Bello rastrilló Alto Valle Oeste pregonando lo más firme de su discurso y lo más definido entre los candidatos existentes en la materia: la reforma drástica del sistema político provincial.

Una forma de volver a hacer atractiva a esa necesidad que es la política.


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