La selección argentina, un equipo que acompaña a su suerte

Argentina viene de ganar un partido, contra Uruguay, de esos que antes le eran esquivos. Con una gran actuación de su arquero, un golazo de Di María y la cuota de fortuna necesaria, la selección espera por Brasil, en San Juan, el próximo martes.

El hecho de que el fútbol sea el menos lógico de los deportes le otorga al azar un protagonismo que no tiene en otras disciplinas. De todas formas, tanto las disposiciones tácticas como la actuación de los jugadores muchas veces pasan por encima de la suerte.

Argentina es un equipo que, aún siendo campeón de América y habiendo quebrado el estigma de 28 años sin títulos, se sigue construyendo. Y en ese camino, la victoria sobre Uruguay por 1 a 0 precisa ser ubicada en su justa medida.

Como lo dijo el propio entrenador en conferencia de prensa y también sus futbolistas tras el partido, la selección no jugó bien y estuvo lejos de su mejor nivel.

Además de una gran actuación de Emiliano Martínez, que es un pilar esencial de este equipo, contó con la suerte que muchas veces en las últimas tres décadas la albiceleste no tuvo.

Pero llegar a 26 partidos sin perder en un fútbol tan parejo como el de hoy y jugando una de las Eliminatorias más complicadas del planeta (ver el 8 a 0 de Francia sobre Kazajistan), no puede atribuirse a la fortuna.

El golazo de Ángel Di María es una muestra de ello, porque comienza con un quite y descarga de un jugador que todavía no pudo mostrar en la selección todo lo bueno que ha hecho en los clubes como Paulo Dybala.
Si hay algo que demostró este equipo de Scaloni es que hay jugadores que necesitan más tiempo que otros para adaptarse o explotar con la camiseta de su país, pero que pueden dar grandes satisfacciones.

El caso de Fideo es uno de los más evidentes y lo del cordobés, a quien la suerte tampoco lo ayuda porque también lo persiguen las lesiones, bien puede servir como otro reflejo. En la construcción del equipo rumbo al Mundial, algunos siguen buscando su lugar y todos pueden aportar lo suyo, porque calidad les sobra.

Las perspectivas son positivas porque antes los partidos como el del viernes con Uruguay se empataban o perdían. De hecho Argentina no ganaba allí desde hacía 12 años y cortó esa racha sin victorias como ya lo había hecho contra equipos como Perú o Bolivia en condición de visitante. Esos rivales pueden ser considerados menores, pero si se ubica esos triunfos en un contexto donde también se le ganó una final a Brasil en su casa, el valor es mucho mayor.

En definitiva, todo forma parte de la construcción de un equipo que sabe lo que quiere y, más allá de jugaro bien o mal, acompaña a su suerte con un proceso más que interesante.

Un detalle no menor es que Lionel Messi, bandera y capitán de la selección, guardó energías para el choque del martes, 20:30, contra Brasil en San Juan.


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