Lecturas recomendadas: “Théa”, de Mazarine Pingeot
Cecilia Boggio eligió para esta semana otra novela situada en el duro 1982, en este caso escrita por la reconocida Mazarine Pingeot. Alianzas y traiciones durante una época agitada políticamente, crecimiento de los personajes, un romance intempestivo... tiene de todo.
Este es el último libro que les comento, por ahora, cuya historia transcurre en 1982. No sé si fue casualidad que leyera los dos seguidos, o si fue quizás una manera de exorcizar los duros recuerdos de esa época.
Théa, Alfaguara 2017, traducida del francés por Alan Paul, es la décima tercera novela de Mazarine Pingeot, Doctora en Letras, egresada de la Sorbona, profesora en esa Universidad, escritora muy reconocida y periodista.
Pingeot nació en 1974 en Aviñón, hija “escondida” del presidente francés François Mitterrand fue famosa a partir de 1994, pocos meses antes de que su padre muriera porque, cuando los medios de comunicación publicaron una foto de Mitterrand saliendo de un restaurante junto a ella, el secreto familiar se hizo público y fue totalmente admitido por el presidente.
Fuera de este chisme social que conmovió a toda Francia en aquella época, Mazarine Pigeot se consolidó como una premiada escritora ya a partir de su primer libro, “Primera Novela” que como dicen los críticos significó su ingreso más que exitoso al mundo literario.
1982, Joseph una estudiante de Letras que está trabajando en su tesina sobre la búsqueda de los orígenes, lleva ese nombre masculino porque era el de su hermano. El niño a los cuatro años había muerto en un accidente en Argelia, el país de donde sus padres eran oriundos. Con la liberación de dicho territorio, estos franceses argelinos “pies negros” emigraron a París y guardaron completo silencio de lo vivido en su tierra.
Joseph, hija única, ha vivido sin saber nada de la vida anterior de sus padres; y logra alejarse de ese silencio opresivo, dedicándose de lleno a su carrera. Se reúne con un grupo de compañeros la facultad que militan políticamente y así se cruza con Antoine, un exiliado argentino. Ella, fascinada por él, decide informarse sobre Argentina, y pasa las horas en la biblioteca rastreando las huellas del terrorismo. Es así que descubre por qué Antoine, está en Paris y sufre la culpa de ser un sobreviviente.
Los hechos la llevan también a conocer el papel de su callado padre en la guerra de la liberación de Argelia y descubre una dolorosa verdad. Este hecho trastorna toda su vida.
Mientras tanto ella y Antoine viven un amor pasional incontenible. Pero el argentino es imprevisible, aparece y desaparece de su vida sin explicaciones claras, y sin embargo se aman profundamente. Él le cambia el nombre y la llamará Théa, como la titánide de la mitología griega.
Guerra de las Malvinas vivida en París, recrudecimiento de la represión en Argentina y el desenlace de la novela.
Esta tan apretada síntesis del argumento deja de lado otros personajes importantes y muchos episodios valiosos. Théa es una novela que desenmascara el contradictorio papel de Francia con nuestro país en esa época, por un lado entrenado en la represión a los países latinoamericanos y por otro aceptando a todos sus refugiados políticos.
También es una novela de aprendizaje, en la que la muchacha de 22 años se hace adulta en esa búsqueda de sus orígenes y en su capacidad de amar.
Escrita en primera persona, sabremos qué piensa la protagonista, cómo sufre e intenta lograr los medios para conocer, no solo sus orígenes, sino también para conocerse a sí misma. Lee, escucha, lleva una libreta de notas, visita a su abuela senil, entrevista a un profesor de la facultad que conoció a su padre en Argelia hasta, llegar a esa madurez que le permitirá una acertada decisión. Valió la pena leerla.
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