«Los extraños», entre las abducciones y la otra realidad

La hipótesis extraterrestre circuló, en una primera etapa, a través de relatos de avistamientos y contactos con seres y supuestas naves de otros mundos, para luego incorporar las historias sobre abducciones -raptos de seres humanos por presuntas entidades extraterrestres-, un fenómeno que se hizo popular a partir del éxito de la serie de televisión «Expedientes X».

«Se ha simplificado mucho el tema de las abducciones y se ha querido ver solamente la variante extraterrestre, nosotros insistimos que hay otras posibles lecturas. El fenómeno es mucho más vasto, más complejo que la reducción hecha por los investigadores de ovnis», dice el psicólogo Juan José Acevedo, quien junto al médico psiquiatra Héctor Fabián Berlanda, acaban de publicar «Los extraños», una investigación centrada en el estudio de distintos casos de abducciones.

«Mi compañero y yo no creemos, investigamos los relatos de personas que dicen haber visto un ovni o haber pasado una experiencia anómala. Damos cuenta de lo que ocurre después», aclara el especialista y defiende la tesitura de que estas personas deben ser entrevistadas «bajo la supervisión de profesionales en salud mental, no por un investigador de ovnis».

El tema de las abducciones surgió como una hipótesis clínica, «apareció en nuestros consultorios y cuando pasó no teníamos elementos para entenderlos. Nadie puede endilgarse que estudia extraterrestres, porque es una falacia», sostiene Acevedo.

En un porcentaje de los casos estudiados por nosotros, «la gente declaraba que le había ocurrido algo de características desconocidas, pero hay que reconocer que algunas personas no estaban sanas». Con el boom de las series sobre abducciones, en especial «Los Expedientes X» «el trabajo nuestro se centró en casos ocurridos antes de los 90, los casos posteriores estaban viciados por las historias de la televisión».

«Las personas que declaran haber sufrido una experiencia de este tipo relatan que fueron sacadas de sus automóviles o de sus hogares contra su voluntad y fueron luego trasladadas a lugares desconocidos, donde un grupo de pequeñas criaturas humanoides le practicaron una serie de exámenes corporales: desde simples inspecciones hasta complicados procedimientos quirúrgicos», describen en el libro, publicado por la editorial Emecé.

«Si bien el caso de los esposos Hill -que luego de ser hipnotizados contaron que fueron raptados de su automóvil el 19 de septiembre de 1961, en el estado de New Hampshire (Estados Unidos)- fue el que más repercusión alcanzó y el que marcó la tipología clásica del relato de abducción, Brasil fue el país que presentó el primer relato de secuestro en la era moderna de los ovnis», se consigna en «Los extraños».

Ese primer caso fue el de Antonio Villas Boas, un labrador que aseguraba haber mantenido relaciones sexuales en un ovni, con una mujer extraterrestre, un relato reproducido en el libro y que por momentos presenta ribetes desopilantes.

«Fue un acto normal, y ella hizo lo que cualquier otra mujer y lo repitió, después de más caricias. Yo todavía tenía ganas, pero ella se negaba, tratando de escapar (…) Eso era lo que querían de mí, un buen semental para mejorar su raza. (…) Primero me enfadé, pero luego decidí no darle importancia, porque, sea como fuere, había pasado un rato agradable» (sic).

A lo largo de «Los extraños», aparecen mencionados fenómenos como el chamanismo, las experiencias de Stanislav Grof con LSD 25, las del antropólogo Carlos Castaneda y las de Kenneth Ring con sucesos cercanos a la muerte, «entre otras manifestaciones de una conciencia capaz de interpretar una realidad más vasta que la percibida comúnmente».

«Estas distintas lecturas implicaría que puede no estar comprometida la realidad, sino otra percepción diferente de lo que nosotros entendemos como realidad», arriesga Acevedo y, en este sentido, hace referencia también a la realidad virtual y «al estatuto de realidad del sueño».

«Es una cuestión de percepción, creo que la percepción que tenemos es una de las tantas posibles -considera-. Los extraños podrían estar adentro nuestro. Los extraños somos nosotros».

Como proyección, Acevedo avizora el fortalecimiento de un punto de vista ancestral, «mucho más extraño que lo que alcanza a determinar la hipótesis extraterrestre. Creemos que tiene que ver con la conciencia, creemos que tiene que ver con un cambio particular que estamos viviendo: la conciencia del hombre en forma grupal. Esto nos obliga a abrir los ojos. Empezamos a percibir la realidad de forma diferente», dice .

¿Cuáles serían los signos? «Una sensacion de pertenencia a un todo, una profunda necesidad de llenar ese vacío». (Télam)

Mora Cordeu