Los turistas pagarán más caro el boleto en Bariloche
Gennuso busca que el sistema no vuelva a colapsar por la falta de financiamiento.
A medianoche termina el paro de la UTA. Foto: Archivo
La intendencia de Bariloche quiere avanzar con una reforma estructural en el transporte urbano que ponga fin a los “parches” aplicados al sistema desde hace por lo menos dos décadas y evitar las crisis recurrentes, que periódicamente dejan a la ciudad sin servicios.
El plan incluye un rediseño de recorridos y frecuencias, un nuevo esquema tarifario con boletos diferenciales para los “no residentes” y también un plan de infraestructura para mejorar las calles y ahorrar costos en el desplazamiento de los colectivos.
La presentación a la prensa fue realizada por la vicejefa de Gabinete, Marcela González Abdala, el subsecretario de Planeamiento y Sustentabilidad Urbana, Juan del Valle, y el asesor contratado por el gobierno para desarrollar la reforma, Germán Bussi, que fue funcionario del gobierno de Mauricio Macri.
De alguna manera, la decisión del gobierno de Gennuso es buscar la “sostenibilidad” del sistema con recursos propios, aunque sin renunciar a los subsidios que aportan la provincia y la Nación.
La propuesta oficial es crear dos fondos con ese fin. Uno para cubrir los boletos gratuitos o con quitas parciales, mediante subsidios orientados a la demanda. Y otro para realizar obras que garanticen una mayor eficiencia y comodidad del transporte.
Los funcionarios expusieron el diagnóstico y los alcances del proyecto en una larga conferencia de prensa, pero se guardaron los detalles de las nuevas tasas o contribuciones que Gustavo Gennuso piensa crear para atender ese costo.
González Abdala dijo que entre lunes y martes enviarán dos proyectos al Concejo con esa precisión. En principio, buscarían crear gravámenes con destino presupuestario específico, como ya lo hizo el actual gobierno con la tasa al turista.
Entre las opciones a mano está crear una imposición sobre los combustibles, la titularidad de los autos o el estacionamiento medido. Pero no habría todavía un acuerdo de los técnicos sobre el instrumento más apto.
A la hora de definir las orientaciones generales del plan, Bussi subrayó que un sistema de transporte más eficiente debería estar acompañado de un menor uso de los vehículos particulares, “que generan congestión y contaminación”.
Los funcionarios señalaron que el fondo de “sustentabilidad” debería reunir unos 110 millones de pesos anuales. Y el de infraestructura está pensado para afrontar inversiones por 800 millones de pesos, a lo largo de varios ejercicios.
Plus turista
La decisión del municipio es mantener la gratuidad del boleto para estudiantes de establecimientos públicos de todos los niveles, incorporar la tarjeta para primarios (que hoy viajan sin dejar registro) y cubrir ese costo con subsidio local. Hoy en parte está compensado con tarifa por quienes pagan el boleto pleno.
Otro cambio importante es la diferencia de precio que regirá para los turistas. Fue presentado en realidad como un “descuento para residentes”, que sería del 30 al 35%. Bussi dijo que ese factor influirá en la ecuación general porque según registros de la tarjeta Sube -en el período prepandemia-, el 21% de los pasajeros que tomaban colectivo en Bariloche no tenían domicilio en la ciudad.
El subsidio del boleto estudiantil gratuito también requiere una ingeniería más ajustada porque en período escolar el 30,4% de los usuarios del sistema corresponden a ese segmento y sólo el 42% pagan la tarifa normal. El resto son “atributos” es decir, subgrupos con descuento por razones sociales (jubilados, beneficiarios de planes, trabajadores domésticos), que son compensados por Nación.
El proyecto también prevé la adopción del boleto combinado, con descuentos del 50% en el segundo viaje para quien tome dos servicios sucesivos en un lapso de 90 minutos. Ese beneficio está previsto en el contrato de la empresa Mi Bus, pero nunca se aplicó.
Otra idea es la vuelta a un cuadro tarifario escalonado, con precios acorde a la distancia recorrida, como existió tiempo atrás y fue dejado de lado para imponar la tarifa plana.
El rediseño prevé nuevos recorridos circulares, la adopción de “rondines” en barrios muy alejados como Colonia Suiza y Península San Pedro y “cabeceras únicas” en el centro, para disminuir el tiempo de los colectivos detenidos en horas pico.
Según señalaron los técnicos, con la venta de boletos deprimida por la pandemia la recaudación total del sistema en la actualidad sólo cubre el 63% de los costos operativos.
Entre la profusión de datos que expusieron, uno de los más llamativos indica que el 18% de las calles y rutas recorridas por el transporte urbano en Bariloche son de ripio. Y que el costo adicional derivado de la baja velocidad y del mayor deterioro que provocan en las unidades ronda el 12%.
Por eso la propuesta incluye un plan para construir pavimento en las arterias empleadas por el transporte con una inversión mínima, ya que solo se colocaría hormigón en una franja de 3 metros de ancho en el centro de la calzada, para uso prioritario de los colectivos.
Otras inversiones estarían destinadas a refugios, veredas, mejoras de intersecciones, centros de trasbordo y hasta un sistema de carril exclusivo en la calle Moreno.
Sobre el sustento económico del plan los expositores no adelantaron mucho. Sólo dijeron que el municipio mantendrá sus reclamos para ampliar el subsidio nacional y el provincial, pero buscará una fórmula de mayor “autonomía”, con el desarrollo de recursos propios.
Los funcionarios descartaron cambios en el contrato con la empresa concesionaria Mi Bus, que vence dentro de siete años, y también cualquier posibilidad de municipalizar el servicio. Dijeron que la gestión pública directa “no es viable” y que las experiencias registradas en otros puntos del país y del continente fueron un fracaso.
González Abdala apuntó además que los concejales del Frente de Todos habían propuesto esa vía, pero “en la última reunión desistieron”.
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