Más de aislación práctica
Una nueva colaboración de un vecino del Alto Valle sobre la importancia de aislar la vivienda.
ANDRéS IFVERSEN, Plottier
A raíz de unos cuantos e-mails interesados en el artículo publicado en este suplemento el 12 de junio, es que me animo a continuar desarrollándolo desde la óptica práctica, y mayormente basado en la experiencia propia. A modo de introducción puedo decir que mi satisfacción aumenta día a día. Normalmente venía prendiendo mi estufa rusa una vez por día y así lograba, con -6 °C bajo cero en el patio a las siete de la mañana siguiente, 16,5 °C adentro. El viernes 1 de julio encendí la estufa rusa tanto a la mañana como a la tarde/noche. ¡Al día siguiente, con -6,5 °C mantenía agradables 18 °C adentro! (Siempre a la mañana siguiente la estufa amanece apagada, sólo con su calor residual). ¡Y el 3 de julio con -7,5 °C afuera mantengo 16 °C adentro, sin haber encendido la estufa ayer!!! Al grano. Para ello me permito usar un dibujo del estupendo Manual de la Estufa Rusa del INTA-Trelew, (www.inta.gov.ar/info/intainfo/doc/estufa.pdf) pudiendo considerarse este escrito de hoy casi como una continuación o ampliación del mismo. En este dibujo se grafica por dónde se nos escapa ese calor que tanto esfuerzo físico y económico nos cuesta. Para ello tenemos dos caminos: hacer las cosas bien desde el principio o mejorar lo que está mal, que creo es el caso de la mayoría de los lectores. Como vemos tenemos una pérdida del 50% en la suma de vidrios y “chifletes” en aberturas y encuentros de cielorrasos con paredes. Cada uno puede encontrar su propia solución para cada caso de pérdida térmica. Las mías fueron: 1. Las viejas ventanas las hermeticé con burletes y las clausuré por el invierno con planchas de policarbonato alveolar pegadas con silicona tipo “fastix” a los marcos. También hay algunos que clavan “nailon” de 100 micrones por fuera con “yeseritos”. Con eso controlamos los “chifletes” y la pérdida por los vidrios. 2. Las puertas se hermetizan bastante bien con burletes de espesor adecuado, en ellas y en las ventanas que se dejan sin cubrir para ventilar. A las puertas de chapa, que debieran estar prohibidas por ser totalmente ineficientes en la protección térmica se las puede aislar fijando un “sándwich” de una plancha de “telgopor” lo más gruesa posible (mínimo 25 mm) y un “chapadur” atornillados a la chapa, mejor sería por dentro (foto 1). Esto también vale para las puertas de madera. Sólo sea prolijo y quedarán bonitas. 3. Y a los cielorrasos hay que “calafatearlos” (tapar rendijas) entre las tablas, rajaduras y nudos con algún sellador de acrílico, no silicona. El acrílico es pintable, la silicona nunca más. Viene en cartuchos de 300 cc. Y lo mismo vale para el encuentro del cielorraso con la pared (foto 2). Salvo que se haya revocado después de machimbrar, siempre quedan importantes espacios abiertos por donde se escapa el aire caliente (siempre que entra aire frío por algún agujero, como ser cerraduras, ventilaciones, tomacorrientes que comunican con el exterior (foto 3) y un largo etc. es porque está saliendo calor por arriba a través de algún agujero). Aún en el caso del revoque posterior al machimbrado es conveniente sellar con acrílico. Espero que les haya servido. Por cualquier consulta no duden en ponerse en contacto conmigo que con mucho gusto les ayudaré. Mi nuevo e-mail es andres.ifversen @hotmail.com.
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1) Puerta desprolijamente aislada por fuera. 2) Calafateando el encuentro del cielorraso con la pared. 3) Demostración con humo del “chiflete” que entra por un tomacorriente.
ANDRéS IFVERSEN, Plottier
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