Más que un sofisma, menos que un placebo

Anunciar lo mismo muchas veces y en poco tiempo ya es una complicación comunicacional. Contradecir sobre la marcha un anuncio reciente genera confusiones. El Gobierno y ciertos periodistas debieran cuidar estos detalles, para no desacreditarse.

El primer instrumento para combatir este virus es la verdad, valor innegociable ante ambigüedades y conceptos indeterminados oficialmente proferidos con toda profusidad. Partiendo de premisas falsas, dan por supuesto -con altas cuotas de cinismo y manipulación- que toda la población tiene satisfechas sus necesidades físicas esenciales, digo -entre otras- una educación sanitaria suficiente, digo “por qué”, “cómo”, “cuándo” y “con qué debe/mos cuidarse/cuidarnos”.

Alta temeridad cuando la pobreza e indigencia treparían a un 50% de la población, sin menoscabo de un muy opaco humor social.

Pícaramente, nada se dice sobre “la madre del borrego”: digo desigualdad, digo corrupción, digo privilegios. Irrefutablemente “este es el quid de la cuestión”, el origen de todo, la razón por la que algo es como es… ¡la profanación de tanta “ ciudadanía”!

Gobernantes y medios/ periodistas monotemáticos (covid-19), haciendo uso y abuso del miedo social con un discurso atemorizador, nos dejan sin opción en nuestros confinamientos, hoy habitados por toda incertidumbre, desconfianza, morbilidad, impaciencia y hartazgo.

De consuno, dichos gobiernos con poca humildad, prudencia, empatía, sincronización ni fundamentos interdisciplinarios nos impusieron cinco fases de cuarentena para -supuestamente- superar airosamente la pandemia.

Es así como se alimenta el discurso de la incertidumbre y el discurso del miedo, en medio de una pandemia en la que conforme aumentan los casos se ajustan las medidas restrictivas y se marcha hacia el vacío socioeconómico del presente y del futuro.

Estamos en presencia de una población forzosamente recluida a merced de discursos, programas y relatos que se elaboran solamente en torno a la pandemia, los que retransmitidos sin intermitencias e transformaron en una pandemia mediática, cuyos efectos nocivos ya se empiezan a observar. Finalmente, tantas idas y vueltas en un mismo plan antipandemia generan dudas razonables sobre el verdadero alcance y efectividad de sus fases confirmando así, formalmente, la substancia de nuestra titulación: ¿más que un sofisma, menos que un placebo?

Roberto Fermín Bertossi Experto Coneau/ cooperativismo

Córdoba


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